Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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Guasones agotó las entradas y dio un gran show en Olimpo

Si lo mirás medio de lejos, sin entrar en detalles, Facundo Soto (voz, guitarra y armónica de Guasones) es muy parecido a Luis Alberto Spinetta en su juventud, en su etapa de Los Socios del Desierto. Musicalmente es otra cosa, claro. Pero sí podemos compararlos en algún punto: el respeto por el público.

 Si lo mirás medio de lejos, sin entrar en detalles, Facundo Soto (voz, guitarra y armónica de Guasones) es muy parecido a Luis Alberto Spinetta en su juventud, en su etapa de Los Socios del Desierto. Musicalmente es otra cosa, claro. Pero sí podemos compararlos en algún punto: el respeto por el público.


 Guasones lo tiene siempre presente. Y no hace demagogia. Va al grano, a tocar. Una de las claves para que el sábado pasado haya llenado el salón del club Olimpo no sólo son sus temas de rock baladoso como Down, Una noche más o Reyes de la noche sino también sus temas casi punks que sobre el final le dieron tanta pasión al vivo (Como un lobo, Baila, baila o Dame).


 Letras sinceras transmitidas a veces con un rock and roll polenta, a veces con baldas románticas y guitarra acústica, algunos jugueteos con ritmos reggaes o directamente punk/rock pero del "careta" le dan a la banda platense una identidad propia que la ayuda a despegarse de la etiqueta de "rolinga".


 Completaron el grupo Maximiliano Timczyszyn (guitarra y coros), Damián Celedon (batería) y Esteban Monti (bajo).


 Ocurrieron algunos hechos curiosos en su paso por Bahía. En primer lugar se agotaron las entradas (1.000), lo que demuestra el ascenso que está teniendo Guasones en nuestra ciudad. El tope máximo de capacidad permitido por la Municipalidad fue respetado razón por la que algunos se quedaron afuera con todas las ganas de ver el show.


 En segundo lugar la influencia del clima, del calor del sábado. Fue tanto el consumo de energía que había en el club Olimpo y alrededores que sumado a las luces y al consumo propio del sonido detonaron un efecto nocivo.


 Los graves (bajo y bombo principalmente) hacían colapsar la energía y cada tanto la banda quedaba casi muda, lo que resaltaba el constante aliento de la gente.


 El flaco de la consola hizo malabares para que la energía se corte la menor cantidad de veces posible durante el repertorio. La solución fue bajar el bombo y el bajo en la consola, dándole prioridad a los demás instrumentos. Mientras tanto, el iluminador intentó no accionar muchas luces juntas.


 El show fue uno de los primeros de la temporada en materia de rock. Y si tenemos en cuenta la convocatoria y la calidad de la oferta podemos afirmar que arrancó muy bien. Como para ilusionarse con que en el futuro próximo lleguen bandas de probada jerarquía.


 
No lo podía creer



 Mayra Urquiola estaba enloquecida. Iba y venía, corría, saltaba, cantaba y gritaba. No podía creer que estaba viendo por primera a su banda favorita, al grupo que hace tres años que escucha por radio pero que hasta el sábado pasado nunca había visto en vivo.


 Ella tiene 15 años y es de Coronel Pringles. Llegó al show acompañada de dos amigas (Agustina Piñeiro (13) y Florencia Arance (13)) y la mamá y la tía de una de ellas.


 "Vinimos específicamente a ver a Facu (Soto, el cantante) y a Guasones. Hace tres años que los seguimos. Estamos felices", dijo Mayra.


 De todos los fanáticos ellas fueron las más originales. Se pintaron la cara de blanco acentuando con negro los ojos, al mejor estilo Guasones.

Franco Pignol/"La Nueva Provincia"