Un soldado habría marcado el destino del "Graf Spee"
Un soldado francés muerto en Alsacia durante la guerra franco-prusiana de 1870 pudo haber jugado involuntariamente un papel en el fatal destino, 70 años después, del acorazado de bolsillo alemán "Graf Spee", en una de las primeras batallas navales de la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar frente a las costas uruguayas.
Los restos del "Graf Spee" --que había zarpado de Alemania en agosto de 1939 y era una pesadilla para los aliados por su efectividad para hundir buques mercantes-- aún reposan bajo las turbias aguas del Río de la Plata frente a Montevideo.
Averiado tras enfrentarse el 13 de diciembre de 1939 a los cruceros británicos "Exeter" y "Ajax", y el neozelandés "Achilles" a unos 370 km al este de Montevideo, el "Graf Spee" se refugió en la bahía de la capital uruguaya para ser reparado.
Elvira Voulminot, uruguaya de 85 años, explicó que la única compañía capaz de reparar el buque, dirigida por su suegro, Alberto, se negó a hacerlo.
"El capitán alemán Hans Langsdorff fue a ver a mi suegro en su empresa para reparar el barco. Le ofreció un cheque en blanco pero mi suegro le dijo que no", cuenta la anciana.
¿Por qué? Porque "su abuelo (Joseph Voulminot) fue el primer muerto de la guerra franco-prusiana de 1870 cuando las tropas prusianas invadieron Alsacia. En la localidad alsaciana de Colmar hay una calle que se llama Voulminot y una tumba esculpida por Auguste Bartholdi", oriundo de esa ciudad y creador de la Estatua de la Libertad.
Pero el testimonio de Elvira no es compartido por toda su familia. Su sobrino Alberto Regusci dice que no es más que una "anécdota", y que su tío abuelo declinó el pedido de Langsdorff simplemente porque "estaba convencido de que los nazis eran horribles".
"La gente olvida que en Uruguay ese barco representaba al régimen nazi", dijo por su parte Daniel Acosta y Lara, coautor junto a Federico Leicht del libro "Graf Spee. De Wilhelmshaven al Río de la Plata".
"No hay documentos para confirmar ese testimonio", agregó, y estimó que "hay mucho folclore en este tema".
Tras estudiar archivos alemanes, el autor develó sin embargo una de las razones por las que Langsdorff decidió hundir el "Graf Spee" el 17 de diciembre de 1939.
"Una caldera auxiliar del barco, indispensable para preparar el combustible, había sido dañada durante la batalla. No estaba protegida por la coraza del barco por problemas de espacio vinculados a los límites impuestos (a Alemania) por el Tratado de Versalles de 1919, que le prohibió construir buques de más de 10.000 toneladas", explica.
"Era el talón de Aquiles del barco y si eso se terminaba sabiendo, todos los demás barcos del mismo tipo se hubieran hecho vulnerables", agregó.
Por otro lado, Langsdorff ocultó ese detalle a los expertos uruguayos que habían abordado el "Graf Spee" mientras estaba fondeado en Montevideo.
Ante la negativa de Voulminot, obreros alemanes solucionaron el problema con la ayuda de un soldador de la empresa, "a quien Langsdorff le ofreció a cambio sus prismáticos", vendidos décadas más tarde "en una subasta en Inglaterra por 354.000 libras esterlinas", según Daniel Acosta y Lara.
Tras una trama diplomática con filtración de información falsa urdida por el embajador de Londres, Eugen Millington Drake, Langsdorff se creyó acechado por una poderosa flota británica y temió por la captura del "Graf Spee".
El 17 de diciembre, cuando vencía el plazo de 72 horas dado por el neutral gobierno uruguayo para que reparara el buque y se marchara, unas 250.000 personas se aglomeraron en el puerto y en la rambla de Montevideo para presenciar lo que creían sería una formidable batalla naval.
Pero, mientras el sol se ponía en el horizonte, lo que presenciaron fue la explosión del "Graf Spee", que había sido escoltado por el buque mercante alemán "Tacoma" (requisado luego por el gobierno uruguayo y convertido en cárcel en 1973) hasta apenas pasado el límite internacional de tres millas (5,5 km).
Ardió durante tres días y se fue hundiendo por estribor, llevando sus secretos al fondo del Río de la Plata.
Alemania rechaza la venta de los restos
MONTEVIDEO (AFP-NA) -- Alemania desea evitar la comercialización de los símbolos del nazismo y apoya la creación de un museo para la exhibición de los restos del "Graf Spee", dijo el ministro alemán de Relaciones Exteriores.
De visita en Montevideo en el marco de una gira latinoamericana, el ministro germano Guido Westerwelle afirmó que su "deseo es evitar que los restos de los símbolos del régimen nazi lleguen al comercio".
"Lo que queremos realmente es que se haga un trato constructivo" de los restos y "Alemania está dispuesta a colaborar (...) para que se presenten dentro de un contexto histórico, como un museo".
Buzos especializados uruguayos rescataron en 2006 la imponente águila nazi, de 2,8 metros de largo por 2 de alto y 350 kilos, del "Graf Spee".
Dos años antes habían rescatado el telémetro, instrumento óptico de 27 toneladas en forma de cruz con 6 m de alto por 10,5 de ancho, que se usaba para asegurar la precisión de la artillería.
"Queremos una resolución constructiva de este problema", dijo Westerwelle, cuyo gobierno interpuso una protesta para evitar la venta de los restos del "Graf Spee".
El grupo de rescate submarino uruguayo del "Graf Spee" se proponía sacar los cañones y otras piezas, pero un decreto del gobierno uruguayo se lo impidió.