Bahía Blanca | Martes, 24 de junio

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NUEVA OPERACION SIN INCISIONES

Quirófano y... adiós al ardor Los casos leves de acidez estomacal (reflujo gastroesofágico) se curan con un simple cambio de dieta. Si se vuelve crónico, hay fármacos, aunque el tratamiento es de por vida. Para los casos graves existe una cirugía a la que pocos se quieren someter. Por eso, ahora se está intentando tratarlo mediante una cirugía endoscópica, sin incisión.



Quirófano y... adiós al ardor




Los casos leves de acidez estomacal (reflujo gastroesofágico) se curan con un simple cambio de dieta. Si se vuelve crónico, hay fármacos, aunque el tratamiento es de por vida. Para los casos graves existe una cirugía a la que pocos se quieren someter. Por eso, ahora se está intentando tratarlo mediante una cirugía endoscópica, sin incisión.















 Una horrible sensación de ardor en el pecho y de que la comida sube por la garganta.


 Esto, que suele conocerse como acidez estomacal, es lo que los médicos llaman reflujo gastroesofágico.


 Según un estudio realizado, hace unos años, en el país, afecta a alrededor del 23 por ciento de los argentinos mayores de 18 años.


 Afortunadamente, este trastorno tiene tratamiento.


 Los modernos fármacos que se usan para combatirlo tienen más de un 90 por ciento de eficacia.


 Pero la única desventaja es que el tratamiento farmacológico es de por vida.


 La otra opción posible es quirúrgica, pero no todos los pacientes ni los médicos están a favor de recurrir a una cirugía (con los riesgos potenciales que esta implica), para un problema que, en definitiva, no es discapacitante y puede solucionarse con fármacos.


 Es por eso que en los últimos años ha sido desarrollada una cirugía, aún menos invasiva que la convencional laparoscopía, que suele emplearse en los pacientes con reflujo gastroesofágico.


 La llamada funduplicatura transoral no requiere hacer incisiones, ya que se opera a través de la boca del paciente.


 Y si bien se realiza con anestesia general, su posoperatorio es mínimo.


 Los pacientes pueden volver a su casa al día siguiente de la intervención, sin más cuidados que evitar los esfuerzos y respetar una dieta blanda por unas semanas.


 Ahora bien, ¿en qué consiste esta nueva intervención?


  A través de un fibroscopio o endoscopio, como los que se usan para hacer los distintos procedimientos de esófago, se llega al interior del estómago.


 "Con instrumentos especiales se hace una tracción hacia abajo, hacia la parte inferior del estómago de la unión esófago-gástrica, lo que permite construir una válvula que evita el paso del contenido del estómago al esófago", explicó el doctor Alejandro Nieponice, director del Programa de Invasión Mínima Esófago-Gástrica de la Fundación Favaloro.


 Junto con su equipo, Niepomice realizó a principios de noviembre la primera (y única hasta ahora) funduplicatura transoral de la Argentina.


 El paciente, un empleado bonaerense de 36 años, evoluciona favorablemente tras la operación que le permitió dejar de tomar los medicamentos que debía ingerir diariamente, para tener bajo control la acidez.


 "A las 9 de la mañana entre al quirófano, salí a las 13 y a las 4 de la tarde del día siguiente ya estaba en casa", recordó Diego Lanci, el primer paciente en se tratado en la Argentina con una funduplicatura transoral, una cirugía que comenzó a realizar hace tan sólo dos años y que aún es considerada un tratamiento experimental.


 Diego cuenta que, a la semana de la cirugía, pudo abandonar los medicamentos que debía tomar dos veces al día, antes de cada comida.


 "La operación fue espectacular, porque vivir toda tu vida con acidez es terrorífico", agregó Diego.


 


 Una molestia tratable.


 "La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce por el paso del contenido del estómago al esófago", explicó el doctor Adolfo Badaloni, director del Programa de Cirugía Esófago-Gástrica de la Fundación Favaloro.


 Habitualmente, en la unión esófago-estómago hay una válvula, que si es incompetente, por distintas circunstancias, permite el paso del contenido del estomago y/o el duodeno al esófago, que no está habituado a estar en contacto con ácidos o con alcales.


 Esto hace que se lesione y que el paciente experimente síntomas como la acidez o la sensación de regurgitación.


 A veces, los casos leves pueden solucionarse sólo con un cambio en la dieta.


 Para el resto, hasta ahora había dos opciones: el tratamiento médico y el quirúrgico.


 "Entre el 20 y el 23 por ciento de los pacientes requeriría, en algún momento de su evolución, un tratamiento quirúrgico, mientras que el resto se puede manejar con medicamentos, como los inhibidores de la bomba de protones", señaló el doctor Badaloni.


 Explicó el especialista que en aquellos que tienen tratamiento médico hay un grupo de pacientes que tienen un reflujo importante, pero que no alcanza como para decir si hay que operarlo.


 "Son border y ese grupo fundamentalmente es el que se beneficiaría con esta nueva cirugía endoscópica", aseguró.


 "El paciente más adecuado para este nuevo tratamiento es el que depende de la medicación para no tener los síntomas", dijo el doctor Blair Jobe, profesor de cirugía de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, uno de los investigadores que desarrolló la nueva cirugía.


 Este profesional visitó recientemente la Argentina, para participar del la puesta a punto de la intervención en nuestro país.


 "Operar a estos pacientes es tratar de mejorar la calidad de vida, evitando la medicación de por vida, ya que es ahí donde se juega el costo de hacer o no un procedimiento invasivo", dijo Nieponice.


 Después, enumeró los beneficios de la nueva técnica:


 * El posoperatorio es mucho más liviano.


 * La recuperación es más rápida, porque el paciente no tiene incisiones, lo que de por sí también tiene beneficios cosméticos, sobre todo si se trata de un paciente joven.



(DESTACAR)

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de cada cuatro argentinos adultos, aproximadamente, sufre de reflujo gastroesofágico.


A veces los casos leves pueden solucionarse sólo con un cambio de la dieta. Para el resto, hasta ahora había dos opciones: el tratamiento médico y el quirúrgico.


Con instrumentos especiales se hace una tracción hacia abajo, hacia la parte inferior del estómago de la unión esófago-gástrica, lo que permite construir una válvula que evita el paso del contenido del estómago al esófago.


A la semana de la cirugía, el paciente operado pudo abandonar los medicamentos que debía tomar, dos veces al día, antes de cada comida.


(opinion)


¿Qué hacer?


DR.OSCAR G. CASALINI (*)
































 La enfermedad por reflujo gastroesofágico es el resultado del pasaje de cantidades excesivas de ácido desde el estómago al esófago, causando daños en su mucosa.


 Es una entidad muy frecuente y numerosos estudios indican que, al menos, la mitad de la población refiere sensación de acidez o ardor en el pecho, una vez al mes, y una de cada cuatro personas, una vez a la semana.


 Es habitual la automedicación, de la mano de una muy flexible legislación, que permite la propaganda indiscriminada de fármacos y "remedios disfrazados de alimentos", fundamentalmente en radio y televisión.


 Lo cierto es que, frecuentemente, los síntomas típicos, como el ardor en la mitad del pecho y la regurgitación de alimentos o ácido hacia la garganta y los síntomas no tan típicos, como el dolor de pecho y la tos, limitan el bienestar de una buena parte de la sociedad.


 Sólo una minoría de pacientes con este trastorno requerirá tratamiento médico continuo o cirugía laparoscópica o endoscópica como solución permanente.


 En la inmensa mayoría de los casos la enfermedad se controla con las modificaciones en el estilo de vida, que llamamos "tratamiento higiénico-dietético".


 Las medidas higiénicas implican: elevación de la cabecera de la cama (8 a 10 centímetros), en caso de que el reflujo sea nocturno; evitar el uso de prendas ajustadas; pérdida del sobrepeso; no acostarse inmediatamente después de comer y eliminar el cigarrillo.


 En cuanto a la dieta, se debe restringir la ingesta de alimentos grasos, frituras, chocolates, menta y alcohol.


 Con estas simples medidas, se disminuye la formación de ácido en el estómago y se evita su pasaje al esófago, contribuyendo a mejorar la calidad de vida y a no permitir que el trastorno se haga crónico y aparezcan las complicaciones que realmente son indeseables.


(*) Especialista Consultor en Gastroenterología.