Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Villa Miramar

Hace 60 años, en agosto de 1949, Villa Miramar se consolidaba como un barrio llamado a convertirse, en un "pequeño y pujante pueblo de campaña". "La razón del espacio vital, ha extendido sobre la pintoresca cuesta que bordea la avenida Pringles, una barriada que poco a poco ha ido configurando una característica especial. Se han agrupado las casas, con vecinos nutridos del interés común y en base a sus esfuerzos personales". De esta manera resumió este diario, hace 60 años, el perfil de un barrio que tomó su nombre por su "sentido panorámico", dado que "desde la altitud que lo circunda" podía advertirse "la olla" que cobija a Bahía Blanca, permitiendo "la visión de una ciudad pujante y de las aguas de su bahía".

 Hace 60 años, en agosto de 1949, Villa Miramar se consolidaba como un barrio llamado a convertirse, en un "pequeño y pujante pueblo de campaña".


 "La razón del espacio vital, ha extendido sobre la pintoresca cuesta que bordea la avenida Pringles, una barriada que poco a poco ha ido configurando una característica especial. Se han agrupado las casas, con vecinos nutridos del interés común y en base a sus esfuerzos personales". De esta manera resumió este diario, hace 60 años, el perfil de un barrio que tomó su nombre por su "sentido panorámico", dado que "desde la altitud que lo circunda" podía advertirse "la olla" que cobija a Bahía Blanca, permitiendo "la visión de una ciudad pujante y de las aguas de su bahía".


 Villa Miramar se desarrollaba en "tres o cuatro manzanas", con pequeñas casas habitación para trabajadores, "núcleo suficiente para hacer del lugar un pequeño y pujante pueblo de campaña", sugirió "La Nueva Provincia".


 Claro que, como todos los "barrios humildes y laboriosos", tenía sus problemas, los cuales era manifestados a las autoridades comunales por una inquieta comisión vecinal.


 Uno de esos inconvenientes era la falta de agua. Pese a estar frente mismo a los depósitos de Aguas Corrientes y ver correr por "algunas calles extraviadas" las aguas sobrantes del vecino surgente, los habitantes debían recurrir cada día a un grifo público ubicado sobre la avenida. Si bien tenían energía eléctrica, se carecía de alumbrado público, lo cual retardaba todo posible progreso.


 "Villa Miramar tendrá, por su condición de zona alta y de perspectiva, claras condiciones de mejoramiento si se cumplen algunos estímulos desde los poderes públicos", se mencionó entonces.