Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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"La Nueva Provincia", Un siglo y once años después

Cuatro páginas, impresas en una máquina de segunda mano, ganaron las calles bahienses el lunes 1 de agosto de 1898. Aquella tirada de 1.360 ejemplares selló el primer paso de un camino abierto por el educador, político y periodista Enrique Julio. A partir del siglo XIX, fueron apareciendo, en Bahía Blanca, diferentes órganos de prensa, aunque ninguno de ellos destinado a supervivir.

Cuatro páginas, impresas en una máquina de segunda mano, ganaron las calles bahienses el lunes 1 de agosto de 1898. Aquella tirada de 1.360 ejemplares selló el primer paso de un camino abierto por el educador, político y periodista Enrique Julio.








 A partir del siglo XIX, fueron apareciendo, en Bahía Blanca, diferentes órganos de prensa, aunque ninguno de ellos destinado a supervivir.


 Fue el 1 de agosto de 1898 cuando un diario, llamado "La Nueva Provincia", irrumpió en la sociedad bahiense, alentado por el espíritu del educador, político y periodista Enrique Julio.


 Julio nació en Tinogasta, Catamarca, y cursó sus estudios de maestro en Mendoza; a los 15 años, fundó la revista "Primeras Hojas" y, posteriormente, también en la provincia cuyana, la revista "Alborada".


 Luego, se radicó en Bahía Blanca, donde ejerció, en principio, la función docente, dictando clases de historia, geografía, castellano e instrucción cívica, menester que luego abandonaría por el periodismo y la política.


 En aquellos tiempos, el hasta entonces pequeño pueblo aumentó de población en forma casi explosiva, pasando de 3.000, en 1885, a 9.000 habitantes, en 1893. También surgían los primeros muelles de Ingeniero White.


 Estos, y otros cambios, permitían vislumbrar la importancia que adquiriría aquel centro urbano.


 Don Enrique Julio llegaría a dirigir, en 1896, uno de los periódicos más destacados de la época, "El Deber" y, dos años después, inauguraría su propio diario, "La Nueva Provincia", con sede en la esquina de Soler y Alsina.


 Al fallecimiento de don Enrique, el 28 de octubre de 1940, el diario fue dirigido por su esposa, en un principio, y por sus descendientes, hasta nuestros días.


 Tal como lo sugiere su nombre, el diario motorizaba el proyecto de su creador: constituir un nuevo estado federal que auspiciara los intereses regionales, para lo cual se crearon dos comisiones; una, en Bahía Blanca, que tenía como secretario al propio Julio, y otra en Buenos Aires.


 La nueva provincia a constituirse tendría como capital a Bahía Blanca y extendería sus límites hasta La Pampa y Río Negro; por entonces, territorios nacionales.


 Si bien el proyecto no llegó a concretarse, el devenir de la historia ha demostrado con creces la conveniencia de haberlo hecho, aunque su no materialización no ha sido óbice para que el diario continúe siendo permanente portavoz de valores, intereses e inquietudes de un gran sector de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro, Neuquén y, en general, la Patagonia toda.

Los inicios.
En sus comienzos, el diario se hacía artesanalmente, colocando la tipografía letra por letra e imprimiendo hoja por hoja.





 En 1910, se adquirió una rotativa doble Augsburg; en 1928, para el centenario de la ciudad, se inauguró el edificio de Sarmiento 54, para, finalmente, trasladarse a la actual sede de Rodríguez 55.


 En calle Sarmiento, funcionaba una rotativa Augsburg Man, alemana, que permitió la impresión en dos colores, la cual cumplió con creces su cometido durante 48 años.


 Corría 1976 cuando se instaló el sistema de impresión offset, merced a una máquina Goss Urbanite, que imprime en cuatro colores, a un ritmo de unos 16.000 ejemplares por hora.


 Desde 1992, se dejó atrás el armado artesanal de páginas, sustituido por un sistema totalmente electrónico. De tal manera, se han ido incorporando los cambios que imponen las épocas.


 A lo largo de su historia, "La Nueva Provincia" ha sido merecedora de distintos premios, como el SIP-Mergenthaler, distinción que otorga la Sociedad Interamericana de Prensa a la publicación que se haya destacado en su país por su obra en beneficio de la comunidad, además de innumerables galardones de las más diversas entidades, tanto al periódico como a integrantes de su plantel periodístico.


 Actualmente, la dirección general es ejercida por Diana Julio de Massot, quien desempeña esa función desde el 23 de abril de 1959. La señora de Massot es nieta de Don Enrique Julio, fundador de "La Nueva Provincia".


Las "casas" del diario









 La historia de "La Nueva Provincia" se inició en una modesta vivienda de calle Alsina esquina Soler.


 Desde ese lugar, el lunes 1 de agosto de 1898, salió a la calle la primera edición de 4 páginas, preparada con una "Marinoni" de segunda mano, máquina de imprimir manual que exigía una ardua tarea a sus operadores.


 Exactamente de 1.360 ejemplares fue la primera tirada impresa en ese lugar.


 En 1903, el diario se trasladó a uno de los edificios más modernos, por entonces, de la ciudad, el que, hasta unos meses antes, ocupara el club Del Progreso, en calle Sarmiento 22, frente a la plaza Rivadavia.


 Ese club social, fundado en 1883, había sido el primero en su tipo, nucleando a lo más distinguido de la sociedad bahiense. No había, en esa época, otro más adecuado, por diseño arquitectónico y espacio para ubicar a la empresa, que estaba en pleno crecimiento.


 Por entonces, alrededor de la Plaza, sólo existía el imponente edificio construido por el banco de Londres y Río de la Plata, en Alsina esquina Chiclana, que aún se conserva, aunque con otro destino.


 Sólo un año después, el Banco Nación levantaría su primer edificio propio, en Estomba esquina avenida Colón (donde hoy se ubica la Aduana), mientras que Bahía Blanca comenzaría a levantar su primera obra pública: el Palacio Municipal.


 El siguiente "habitante" importante de la calle Sarmiento se levantaría en 1910, con el proyecto del arquitecto alemán Carlos Nordman para la sede propia del Banco Alemán Transatlántico, en la esquina de Sarmiento y Estomba (ex Rentas y actualmente, ya remodelado, a punto de ser ocupado por el Concejo Deliberante).


 "La Nueva Provincia" editó su primer número en Sarmiento 22 el martes 14 de abril de 1903. La empresa ocuparía ese edificio durante poco más de 25 años, durante los cuales editó 8.886 números.


 Su nuevo destino, ocupando por primera vez un edificio propio, fue a pocos metros de ese lugar.


 En 1926, Don Enrique Julio, fundador y director del diario, había adquirido unos terrenos en la primera cuadra de calle Moreno, frente al Palacio de Correos, con la idea de erigirlo allí.


 Pero, en febrero de 1927, el martillero Pablo Amorín anunció el remate de la "valiosa propiedad ocupada por el teatro Rivadavia", dividida en tres lotes, de calle Sarmiento 70.


 Eran poco menos de 1.700 m2 de terreno (2.428 "varas", de acuerdo con el sistema de medición de la época).


 Don Enrique Julio logró comprar los terrenos "en block", al no haber interesados para la compra en la forma que se había loteado. A partir de allí, la concreción de la nueva obra tuvo un importante dinamismo.


 A las 11 de la mañana del 1 de agosto de 1927 (hace, hoy, 82 años), la confitería, pastelería y bombonería "Central", de los señores Rinaldi y Faiazzo, servía un "vermouth" en el terreno, festejando el inicio de la obra diseñada por el ingeniero civil Adalberto Torcuato Pagano.


 El 1 de octubre de 1928, el diario comenzó a atender en el nuevo edificio y, exactamente, para el 31 aniversario, 1 de agosto de 1929, realizó la inauguración oficial.


 Comenzaba una historia de casi 70 años, hasta la nueva mudanza al edificio que ocupa actualmente el diario, en calle Rodríguez 55.

Testimonios.
Los edificios que ocupara el diario durante su historia han corrido distinta suerte. El fundacional de Alsina y Soler fue demolido a fines de la década del 60. En el lugar, una referencia histórica da cuenta de su existencia.





 Similar suerte corrió el edificio de calle Sarmiento 22, que fue demolido en 1943, aunque el destino quiso que un paño del frente se mantuviera en pie. Ese sitio aún puede admirarse; "escondido" entre las nuevas construcciones, es un elemento significativo de nuestra historia y el más antiguo de todos los que rodean la plaza Rivadavia.


 Queda, por último, el edificio de Sarmiento 64, incluido en el Patrimonio Arquitectónico de la ciudad, que fuera puesto en valor en varias ocasiones; la última de ellas, en 1998 (centenario del diario), incluyó la reposición de las réplicas de los conjuntos de Atlantes retirados de su frente a mediados de la década del 60.


 En la actualidad, es sede del Colegio de Abogados de Bahía Blanca.