Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Preocupa la inseguridad en el barrio Palos Verdes

Varios vecinos del barrio residencial Palos Verdes, que está ubicado en cercanías del Bahía Blanca Plaza Shopping y que se expande de manera sostenida desde 2003, están organizando una reunión para el próximo martes, con el objeto de analizar el principal tema de preocupación: la inseguridad. La iniciativa, motorizada a partir de una cadena masiva de e-mails, surgió el pasado fin de semana, cuando se conoció que uno de los pobladores y su familia fueron víctimas de un asalto con armas.

 Varios vecinos del barrio residencial Palos Verdes, que está ubicado en cercanías del Bahía Blanca Plaza Shopping y que se expande de manera sostenida desde 2003, están organizando una reunión para el próximo martes, con el objeto de analizar el principal tema de preocupación: la inseguridad.


 La iniciativa, motorizada a partir de una cadena masiva de e-mails, surgió el pasado fin de semana, cuando se conoció que uno de los pobladores y su familia fueron víctimas de un asalto con armas.


 "Se dan hechos, lo que pasa es que no trascienden", expresó Walter Urban, de 38 años, quien fue reducido en su casa de Pasteur 3267, el pasado sábado por la noche, junto con su mujer y sus tres hijos: un bebé y dos niños de 5 y 6 años de edad.


 "A través de los correos nos enteramos que hubo otros dos robos importantes y tres intentos, que fueron cerquita en el tiempo y el espacio, aunque ninguno a mano armada, pero sí en viviendas vacías y otras que se están terminando", agregó.


 Urban dijo que tiene conocimiento de la formación de una sociedad de fomento en el sector, aunque desconoce quiénes la integran y si ya cuenta con personería jurídica, entre otros aspectos.


 Por ese motivo, los vecinos que se contactaron por correos electrónicos planean encontrarse, a fin de coordinar este tipo de situaciones, tanto con la policía como con funcionarios de la delegación municipal Centro.


 "La mayoría de las familias de acá tienen chicos mi señora habla con las vecinas y antes sacaban la basura de noche, pero ahora son las 9 y no querés ni ir a comprar algo que te falta para la comida. Queda el problema psicológico instalado y no en una sola casa", afirmó el damnificado.


 Agregó que hasta el mes pasado, un patrullero dependiente de la comisaría Primera recorría las 18 manzanas del barrio (ya hay más de 200 casas construidas), aunque, según se supo, el policía que lo hacía actualmente está supliendo a una colega, con licencia, y en las últimas semanas esa medida quedó sin efecto.


 "El sólo acto de tener una presencia, en forma constante, sirve para prevenir. Teniendo un policía cerca, el tipo ya va analizar si entra o no", opinó Urban.

Una pesadilla.




 Consultado el vecino respecto de las características del delito que lo tuvo como víctima, dijo que se produjo cuando iba a salir de su casa, para ir a buscar la comida que había encargado, alrededor de las 21.30.


 "Iba a subir al coche (se encontraba en un garaje cerrado, pero sin portón) y me encañonó un flaco. Mis dos hijos (de 5 y 6 años) ya estaban arriba del auto, pero los dejó ahí y a mi me hizo entrar por la puerta lateral", explicó.


 "Le pregunté si quería plata --continuó--, saqué la billetera, pero me dijo 'vamos para adentro'. 'Decime cuánto querés, porque adentro está mi señora con el bebé', pero igual entramos y me dijo no hagás b... que somos dos'".


 De vuelta en la cocina, Urban advirtió el ingreso del segundo delincuente. "Me puso la pistola en las costillas", relató.


 Todos llegaron hasta el comedor, donde fue reducida la mujer del denunciante, quien estaba con el bebé en sus brazos.


 "Nos hicieron agachar y, mientras el más joven apuntaba, el otro revolvía; nos llevaron a la pieza e hicieron el mismo procedimiento. Después buscaron en la oficina", indicó.


 Completada la requisa de la finca, los sujetos se apoderaron de unos 1.800 pesos, 300 dólares, un maletín con documentación, una máquina de coser, un taladro grande, dos cámaras fotográficas (una Pentax K-1000 con dos objetivos y flash y otra Cannon, pero manual), dos gemelos de oro para corbata (recuerdos de la familia), las alianzas y una máquina para cortar cabello.

Pedían cámaras y notebook.




 "Insistían con cámaras digitales o notebook y eso no teníamos, y el temor de mi señora era ése, porque, que hoy por hoy no tengas una cámara digital, no te lo creen, ya que cualquiera tiene una cámara digital, pero nosotros no somos de comprar tecnología, sino que compramos lo que necesitamos para trabajar", explicó.


 Urban confesó que, pese a la tensión de saber que sus hijos habían quedado en el vehículo y que su mujer se encontraba con el pequeño en brazos, siempre se mantuvo calmo, por la tranquilidad que le transmitía el mayor de los ladrones, que tendría entre 35 y 38 años.


 "Era más avezado, el que manejaba la situación. El otro (de unos 25 años de edad) estaba cubierto con un gorro de lana y con un cuello y se le veían los ojos nada más. Es más, al más grande le dije 'me preocupan los chicos, llevate el coche, que está en marcha, pero bajalos'. Y me dijo que me quedara tranquilo", sostuvo.


 Cuando los sujetos ya se habían fugado en la moto que dejaron a la vuelta de la casa, sobre la calle Sívori, Urban supo que el más veterano de ellos mantuvo un trato preferencial con sus hijos.


 "Me dijeron los chicos que cuando entró (el malhechor) les dijo 'mami y papi ahora vienen' y les pidió que se quedaran en el auto, que los íbamos a ir a buscar. El más grande (de los niños) también me dijo que (el desconocido) se metió la llave del coche en el bolsillo y que después la había tirado y así la pude encontrar", agregó.


 Urban insistió en que "no se portaron mal, ni con los chicos ni con mi señora, a quien no apuntaron en ningún momento. No estaban drogados ni tomados y me tranquilizó el más grande, porque si te encañonan a un hijo, le hacen un daño irrecuperable en lo psicológico".


 Por último, el hombre se mostró sorprendido por la impunidad con la cual llegaron y se fueron, ya que en la casa de enfrente se estaba festejando un cumpleaños y había varias personas y en otra, que da a la parte trasera, dos hombres trabajaban con potentes reflectores, para la instalación de un tanque.


 Igualmente, nadie vio nada...


 




Medidas básicas. Más allá de las conclusiones que se puedan consensuar en la reunión del martes, Walter Urban reclamó que los propios vecinos adopten medidas básicas para la seguridad --y también la higiene--, como el desmalezamiento de baldíos. En Altos de Bahía (un barrio cercano) es más difícil actuar porque está todo parquizado y no tienen dónde esconderse. "Acá hay que evitar los conos de sombras y tenemos que empezar nosotros, con cosas simples", dijo.


El móvil está, falta personal














 El jefe de la Policía Distrital, capitán Marcelo Fabián Bianchettín, admitió que con los vecinos del sector que comprende a los barrios Altos de la Bahía, Palos Verdes y Patagonia Chico, existe un compromiso de otorgar un móvil para hacer recorridas diarias fijas, pero que ese servicio no se puede prestar aún por falta de personal.


 De todas formas, el funcionario policial aclaró que en esa zona "hay un circuito diario en horarios discontínuos".


 "Hay un móvil que recorre de Pilmaiquén hacia el Patagonia Norte y el otro afectado, gran parte del día, con recorridas alternativas, no de forma fija, de Pilmaiquén hacia el sector situado detrás del shopping", señaló Bianchettín.


 "Yo estuve reunido con los vecinos, en febrero o marzo, y les prometí que, con la futura llegada de efectivos a Bahía Blanca, esa cuadrícula va a quedar delimitada de esa manera y, llegado el momento, vamos a presentar a quiénes van a estar fijos, cosa que no hemos podido hacer por una carencia de personal, no porque no hayamos querido. El móvil asignado a ese sector es el 091", agregó.


 El jefe policial reconoció que, por las características del sector, resulta imprescindible que un patrullero recorra en forma contínua los barrios mencionados.


 "La cercanía de la villa hace necesario tener un cuidado especial, pero es una promesa que yo le hice a la gente de ese barrio y el doctor (Gabriel) Rojas (juez en lo Correccional Nº 2) es quien lleva el mapa del delito, o sea que él se entera de todo lo que ocurre en la barriada", indicó.


 Bianchettín señaló que el violento atraco que el sábado sufrió la familia Urban, sería el primero de esas características, según la información que la fuerza de seguridad maneja.


 "Nadie está exento a sufrir un delito, pero, concretamente, de estas características, que yo recuerde, es el primer hecho. El móvil ya está; está en un servicio que es discontínuo. Con la llegada de personal, esa cuadrícula la vamos a cortar en dos; de Pilmaiquén hacia el Patagonia Norte y de Pilmaiquén hacia el sector de atrás del shopping", insistió.