Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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CARLOS PAZ

ESTANCIAS, LEYENDAS Y AVENTURAS Al sur del Valle de Punilla, sobre las orillas del lago San Roque, la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz es el principal destino turístico de la provincia mediterránea. Cercana a la ciudad capital, desde allí se pueden visitar las viejas estancias jesuíticas, conocer desde lo alto el majestuoso macizo de Los Gigantes y realizar deportes de aventura.



ESTANCIAS, LEYENDAS Y AVENTURAS


Al sur del Valle de Punilla, sobre las orillas del lago San Roque, la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz es el principal destino turístico de la provincia mediterránea. Cercana a la ciudad capital, desde allí se pueden visitar las viejas estancias jesuíticas, conocer desde lo alto el majestuoso macizo de Los Gigantes y realizar deportes de aventura.













 Los expedicionarios de Occidente que, allá por la década de 1950, comenzaron a llegar a la cadena montañosa de los Himalayas fueron, sin saberlo, los precursores de lo que ahora se conoce como "turismo de aventura", un eslabón de la industria de los viajes que crece incesantemente.


 La geografía del planeta fue y seguirá siendo la gran desafiadora de los nuevos viajeros, aquellos que dejaron de ser turistas pasivos que sólo transitaban paisajes y escuchaban relatos para convertirse en actores activos vuelan en parapente desde la cima de las montañas, desafían en gomones los rápidos de los ríos y cabalgan por valles y quebradas.


 La villa cordobesa fue pionera en esta nueva modalidad del ocio aventurero, apoyada por un clima excepcional que deviene de su ubicación --a los 31 grados de latitud sur-- y, por su altura, respecto del mar, que brinda una inefable sensación de bienestar todo el año.


 La historia también dejó huellas profundas en las actuales tierras cordobesas.


 Los conquistadores españoles llegaron a la antigua morada de los comechingones, cuando la tribu mayor de ese pueblo vivía en la confluencia de los actuales ríos Cosquín y San Antonio, paraje al que llamaban quisquisacate, que significa "junta de ríos".


 Aún ahora, a orillas de ríos y arroyos se encuentran morteros de roca que esos nativos barbados, gobernados por un cacicazgo hereditario, usaban para moler los granos del maíz que cultivaban en el valle espléndido.


 Según cuenta el historiador Salvador Canals Frau, en su libro "Las poblaciones indígenas de la Argentina", fue otro pueblo nativo, los sanavirones, quienes comenzaron a llamar comechingones a sus vecinos, por la costumbre de éstos de vivir en cuevas, a las que rodeaban de pircas para cobijarse del viento y la lluvia.


 En realidad, eran casas cuadriláteras semi-subterráneas, con techo de paja y palos, que tenían una entrada descendente y un alero de piedra, de las que han quedado vestigios en los alrededores del balneario El Fantasio.


 Con los conquistadores hispánicos también llegaron los evangelizadores jesuitas, que antes de ser injustamente expulsados del nuevo mundo dejaron un legado imborrable.




 La Manzana Jesuítica.


 Desde Villa Carlos Paz se realizan excursiones hacia la Manzana Jesuítica, en la ciudad capital, y también a la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, construida en 1643, donde actualmente funciona el museo "Casa del Virrey Liniers".


 Allí los frailes levantaron un obraje para la producción textil, aunque la agricultura y la ganadería --en especial, el comercio de mulas-- eran la base de la economía, y dejaron una iglesia de fachada barroca. Y, a pesar del tiempo, aún se conservan vestigios del molino y del horno que estaba junto a las acequias.


 La cercana estancia jesuítica de Colonia Caroya fue el primer establecimiento rural que la orden religiosa organizó en 1616 y que, dos siglos después, entre 1814 y 1816, ofició de fábrica de armas para el Ejército del Norte, urgido por las guerras de la independencia.


 Más cerca en el tiempo, sus muros albergaron a los primeros inmigrantes del Friuli, región del norte de Italia, que fueron quienes fundaron Colonia Caroya.


 Pero fue la Estancia Santa Catalina, que los frailes construyeron, en 1622, cerca de la actual Jesús María, el más grande de los establecimientos productivos que levantaron los frailes.


 De hecho, fue el gran centro de producción agropecuaria, que llegó a tener miles de cabezas de ganado, obrajes con telares, herrería y carpintería.


 Su monumental iglesia también tiene una fachada barroca, en la que ya se nota cierta influencia del estilo arquitectónico centroeuropeo.


 Junto al lugar santo aún se pueden ver las ruinas del noviciado y también la ranchería, que eran las habitaciones de los esclavos.




 Con gran dinámica.


 Pero más allá de la historia, Villa Carlos Paz es una ciudad dinámica y moderna que, además de ser principal centro turístico, ya es plaza preferida de los elencos teatrales, que compiten con muy buena suerte con la oferta de espectáculos de Mar del Plata.


 Carlos Paz también tiene una telesilla situada en un complejo que ocupa 17 hectáreas, un medio de elevación que recorre poco más de mil metros y que, en su momento, fue la única de Sudamérica.


 La primera comenzó a funcionar en 1955, debido a la tenacidad de los austriacos Rodolfo Wiedner y Federico Plock, quienes al recibir la negativa del Arzobispado para construir un cable carril en el Cerro de la Cruz, compraron los terrenos y concretaron su proyecto.


 La actual data de 1980 y tiene 26 sillas biplaza de acero tubular y un cable sostenido por cuatro torres de acero que soporta 45 toneladas de peso.


 En la parte superior, a 900 metros de altura, se llega a una confitería y a un mirador desde el que se ven las Sierras Grandes y la silueta de Los Gigantes, un sitio especial para la practica del montañismo en equipos.




 Mirando el lago.


 Otro clásico de la ciudad son los barcos que surcan las aguas del Lago San Roque y los trencitos que bordean ese espejo de agua, un perímetro en el que se encuentran numerosos balnearios y clubes náuticos.


 La vuelta al lago es un paseo que recorre el llamado camino "de las cien curvas", atraviesa el residencial barrio Costa Azul y pasa por dos miradores.


 El regreso es por la margen opuesta, un camino llano donde está el inconcluso monolito a Cristóbal Colón que data de 1892, fecha del cuarto centenario de la llegada de los españoles a América, levantado donde se creía, en aquellos tiempos, que estaba el centro del país.


 En realidad, la provincia de Córdoba está en el centro de la República Argentina y en ella confluyen caminos que vienen desde los cuatro puntos cardinales.


 Y su principal ciudad turística, Villa Carlos Paz, está recostada sobre el cordón montañoso de las Sierras Chicas y es la puerta de entrada al bellísimo Valle de Punilla, el mismo cuyos aires marearon las cabezas de aquellos soldados que pisaban tierras casi vírgenes.

CORINA CANALE


PARA RECUADRO

El observatorio













 En el camino hacia Las Jarillas se encuentra la Estación Astrofísica y Estación Terrena de Bosque Alegre, popularmente conocida como "el observatorio", que tiene un telescopio que pesa 37 toneladas, un espejo de 21 centímetros de espesor y una cúpula de casi veinte metros de diámetro que brilla bajo el sol.


 Fundado el 5 de julio de 1942, fue uno de los primeros observatorios del hemisferio sur en condiciones de investigar objetos extragalácticos, tales como estrellas dobles, múltiples, cúmulos, nebulosas y galaxias.


 Se encuentra a 29 kilómetros de Carlos Paz, cerca de la localidad de San Antonio.


 Su cúpula puede girar 360 grados y permite orientar la abertura de cuatro metros de luz hacia el lugar del cielo que se quiere observar.



RECUADRO


Leyenda del Indio Bamba











 El poema Bamba, del escritor cordobés Ataliva Herrera, quedó plasmado en el monumento del escultor Miguel Pablo Borgarella, también nacido en Córdoba, a pedido del urbanizador José Muñoz, loteador de tierras de Carlos Paz y Villa del Lago.


 El monumento está emplazado a 8 kilómetros de la villa, en lo que iba a ser una plaza, con la intención de que esa obra atrajera a potenciales compradores de terrenos.


 Borgarello realizó, entre 1949 y 1951, algunos pasajes del poema Bamba, como "El rapto de María Magdalena", "María Magdalena con sus cuatro hijos y el perro Jasmín", "La Bruja" y "El Cóndor", en un grupo escultórico de 17 metros de alto hecho con cemento y piedras.


 El poema cuenta que el bello mulato Bamba era hijo de la negra Dominga y el capitán Tristán de Allende, que no lo reconoce como tal y a quien su hermano Juan de Allende lo pone a su servicio y le confía el cuidado de su única hija María Magdalena.


 Bamba, de quién se decía que era "hijo del duende siestero", protagoniza con la joven una trágica historia de amor que los guías de la villa cuentan con todos sus detalle.


RECUADRO


Punilla y el "soroche"












 El nombre de "punilla", que identifica a este valle cordobés, se originó en el "soroche" que padecieron los soldados que acompañaban al militar español Lorenzo Suárez de Figueroa, en 1572, cuando, por orden del gobernador, efectuaban un reconocimiento de esta comarca.


 Las crónicas de esa expedición dan cuenta que fue una "puna pequeña", una punilla, queriendo decir que "fue un mareo pequeño" el que se ensañó con la cabeza de aquellos hombres.


Datos de interés







 Villa Carlos Paz fue fundada por Carlos N. Paz, el 16 de julio de 1913, en terrenos de la Estancia Santa Leocadia, donde el río San Antonio vuelca sus aguas en el lago San Roque.


 Su embalse surgió de la construcción del dique, entre 1887 y 1890.


Las caminatas







 Se pueden hacer desde el puente carretero de la Avenida Uruguay, donde el río San Antonio se convierte en lago.


 Desde allí se ve el Casino y, atravesando un puente, se llega al barrio Suiza Argentina.


 En la calle Bialet Massé, de ese barrio, está la casa en la que vivió un corto tiempo el compositor español Manuel de Falla, para luego afincarse definitivamente en Alta Gracia.


"Ruta de los minerales"







 Este circuito comprende unos 37 kilómetros por caminos serranos, que siguen el viejo trazado hecho por los mineros que extraían piedra y mica, materiales que llevaban desde el socavón hasta los poblados.


A Tanti y Los Gigantes







 Este es un paseo que dura todo el día, y comprende un recorrido de unos 100 kilómetros.


 Se sale por la ruta 20, pasando por el Puente Negro, Tanti, Villa El Durazno y las canteras del Cerro Blanco.


 En Los Gigantes, está prevista una escalada y visita a refugios de montaña.


Deportes de Aventura







 Cicloturismo con descenso por los puentes colgantes; trekking cortos hasta Cascada de los Chorrillos; trekking largos hasta Parque Nacional Quebrada del Condorito, Champaquí y la Reserva Histórica Pampa de Achala.


 También, cabalgatas cortas y otras de día y medio; escalada, rappel y tirolesa fáciles en Cuesta Blanca y Tanti, y, con mayor dificultad, en La Olla y Los Gigantes.