Para redescubrir a Fellini con "Las noches de Cabiria"
En el marco del ciclo de cine "De Fellini a Bob Fosse" que organizan el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, distrito X; y la Secretaría General de Cultura y Extensión Universitaria de la UNS, se exhibirá Las noches de Cabiria (Le notti di Cabiria, 1956), de Federico Fellini, con la actuación de Giulietta Masina, Amadeo Nazzari, François Perier y Dorian Gray.
Como es habitual se realizará el próximo martes, a partir de las 20, en el Aula Magna de avenida Colón 80, con presentación y comentarios del Centro de Estudios de Cine de Bahía Blanca. Como entrada se solicitará un alimento no perecedero a beneficio de instituciones de bien público.
La copia incluye una secuencia que fue eliminada en la versión que se comercializó y sólo se había visto en el Festival de Cannes de 1957.
Antes de su debut como director, Fellini colaboró como guionista con varios directores. Por caso, Roberto Rossellini, a quien en 1946 le propuso dos temas para el filme de episodios L'amore (1947). Rossellini aceptó El milagro y rechazó la historia de una prostituta que conoce por azar a un actor de cine.
Diez años después, esa historia pasó a formar parte del guión de Las noches de Cabiria. La película fue financiada por el productor italiano Dino de Laurentiis, con un aporte de la empresa francesa Les Films Marceau.
El guión lo escribió el propio Fellini, conjuntamente con Ennio Flaiano y Tullio Pinelli, habituales colaboradores del director, quien también convocó al entonces joven poeta y novelista Pier Paolo Pasolini, por su conocimiento del lenguaje y los ambientes marginales de Roma.
Una mujer perdida.
Las noches de Cabiria describe las peripecias de una trotacalles sentimental y desamparada, que vive en constante búsqueda de un hombre que la redima de su condición. Pero Fellini transformó este material argumental en un drama sobre la soledad de una mujer perdida en medio de la indiferencia de una gran ciudad.
Por eso no es un filme sobre la prostitución y los bajos fondos, sino sobre la ilusión, la esperanza y el flanco mágico que puede esconder la realidad cotidiana.
"Hay una línea vertical en la espiritualidad --afirmó Fellini--, que va de la bestia al ángel y en la que oscilamos continuamente".
Este desgarramiento interior, "entre la bestia y el ángel", fue una de las obsesiones en el cine de Fellini, abocado al examen de conciencias sumidas en la desesperanza y que súbitamente se iluminan con un relámpago de luz. Es lo que le ocurre a Zampanó en La strada (1954) y a la protagonista de Las noches de Cabiria.
Camino al éxito.
El director extrajo el nombre de la heroína del filme Cabiria (1914), de Giovanni Pastrone. En ese filme, el personaje era una doncella cristiana que era arrojada a la arena del circo romano y salvada por el forzudo Maciste, mientras que la Cabiria de Fellini es una joven que "hace la calle" cerca de las termas de Caracalla, mientras espera al héroe que la salve de su destino.
Fellini definió a su heroína como "la hermana caída de Gelsomina, la protagonista de La strada. Ambos personajes fueron interpretados por Giulietta Masina. La música la compuso Nino Rota, quien conjugó temas populares con otros más dramáticos, según los vaivenes de la historia, para concluir con una bella canción que constituye un verdadero canto a la esperanza.
La película fue un éxito de público en ocasión de su estreno, tanto en Italia como en otros países, ganó el premio Oscar de la Academia de Hollywood al mejor filme en idioma extranjero, mientras que Masina obtuvo el correspondiente a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes de 1957.