Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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Williamson guarda silencio en La Reja

LA REJA, provincia de Buenos Aires (EFE) -- La polémica entre el Rabinato de Israel y el Vaticano ha salpicado a la pequeña localidad argentina de La Reja, donde se refugia el obispo ultraconservador británico Richard Williamson, excomulgado en 1988 por su fidelidad a Lefebvre y recientemente perdonado por el Papa Benedicto XVI.

 LA REJA, provincia de Buenos Aires (EFE) -- La polémica entre el Rabinato de Israel y el Vaticano ha salpicado a la pequeña localidad argentina de La Reja, donde se refugia el obispo ultraconservador británico Richard Williamson, excomulgado en 1988 por su fidelidad a Lefebvre y recientemente perdonado por el Papa Benedicto XVI.


 La tranquilidad de La Reja, unos 50 kilómetros al oeste de Buenos Aires, se ha visto alterada en los últimos días por la presencia de periodistas interesados en conocer detalles del seminario dirigido por el obispo lefebvriano.
Williamson, quien sostiene que las cámaras de gas nazis no existieron y que en los campos de concentración alemanes murieron unos "200.000 o 300.000 judíos", no los seis millones que calculan los historiadores.



 Oculto tras los muros de este complejo de arquitectura neocolonial ubicado en las afueras de La Reja, Williamson guarda un mes de retiro y celebra misas en privado, según el hermano Juan de Dios, el único miembro de la congregación que accedió ayer a conversar brevemente con EFE.


 El seminario, apuntó este joven francés, sigue con su actividad normal, ajeno a la polémica desatada por los comentarios de Williamson, que coincidieron con la decisión de Benedicto XVI de levantar la excomunión dictada en 1988 por Juan Pablo II a los seguidores del arzobispo cismático francés Marcel Lefebvre (1905-1991).


 "Somos católicos y seguimos a la Iglesia de Roma, ahora ha bajado la actividad porque la mayoría de los seminaristas está de vacaciones, pero seguimos ayudando al pueblo, aunque mucha gente ha venido aquí en estos días y deforma la realidad", añadió el sacerdote, que se negó a hablar sobre la controversia porque "tenemos instrucciones de no hablar con la prensa".


 "Se ha tomado la decisión de no tener contacto con los periodistas", advirtió en tono mucho menos amistoso otro sacerdote de la congregación, que prohibió tomar imágenes del interior de la iglesia donde Williamson acostumbraba a celebrar misa.


 Apenas una docena de fieles acudió ayer a la ceremonia matutina, en su mayoría mujeres y niñas que, como exige la liturgia lefebvriana, vestían faldas largas y cubrían sus cabezas con pañuelos.


 Ninguno de los feligreses accedió a hablar con EFE, siguiendo instrucciones del seminario.


 "Todo está normal aquí, los fieles están ajenos a la polémica porque no ven la televisión", se limitó a comentar brevemente una monja de las Hermanas de la Fraternidad San Pío X, que se encuentra dentro del recinto.


 La congregación lefebvriana de La Reja imparte clases en el seminario y cursos de formación, cuenta con un dispensario de comida y medicinas y nunca, según los vecinos, ha tenido problemas con la comunidad.


 "No son muy populares porque el pueblo no tiene mucho interés en ellos", apuntó un sacerdote católico de la parroquia de La Reja, distante apenas un par de kilómetros del seminario.


 "Somos gente normal que no busca problemas", señaló Alejandro, un panadero lefebvriano que ha bautizado su negocio como "El Angelus" y que respeta fielmente las orientaciones de su iglesia y se niega a hablar con periodistas.


 La mayoría de los vecinos de La Reja se mantiene al margen de la polémica porque apenas conocen a Williamson, como Rodolfo, el dueño de la gomería (recauchutados) a la que acuden los sacerdotes del seminario, que no sabía nada del tema hasta hoy.


 "No sabía nada. Nadie me había contado y me extraña porque los sacerdotes vienen por aquí a arreglar los autos o me llaman para arreglar cosas en la casa", explicó.



Nuevo testimonio para la polémica








 CIUDAD DEL VATICANO (EFE) -- El jefe de los "lefebvrianos" en el noreste italiano, el sacerdote Floriano Abrahamowicz, relanzó ayer la tesis revisionista sobre el Holocausto hecha por un obispo tradicionalista al asegurar que la "única cosa segura sobre las cámaras de gas es que se usaron para desinfectar".


 En medio de la polémica desatada por el obispo rehabilitado Richard Williamson, Abrahamowicz dijo ayer en el diario "La Tribuna", de Treviso, que "junto a la versión oficial (sobre el número de muertos) existe otra basada en las observaciones de los primeros técnicos aliados que entraron en los campos (de exterminio)".


 "No sé si las víctimas murieron por el gas o por otros motivos. No lo sé, de verdad. Sé que las cámaras de gas existieron por lo menos para desinfectar, pero no sé decir si también mataron o no, ya que no he profundizado sobre el tema", añadió el sacerdote.


 Respecto a si fueron seis millones los muertos a manos de los nazis, el lefebvriano dijo que "no lo pone en duda", que basta que una persona sea asesinada injustamente ya es demasiado, "es como decir que uno es igual a seis millones".
"Hablar de cifras no cambia nada respecto a la esencia del genocidio, que es siempre una exageración", agregó el sacerdote, que precisó que esos números "derivan de lo que el jefe de la comunidad judía alemana dijo a las tropas angloamericanas tras la liberación.



 Según el tradicionalista, el jefe judío "en medio de la vehemencia soltó una cifra". El cura se preguntó "¿como podía saber ese número".


 Abrahamowicz añadió que la crítica que se puede hacer es "sobre el modo en que ha sido gestionada la tragedia del Holocausto, al que se le ha dado una supremacía con respecto a otros genocidios".


 "Si monseñor Williamson hubiese negado el genocidio de un millón doscientos mil armenios por parte de los turcos los diarios no hubieran hablado como lo hacen", aseguró el tradicionalista, que se refirió también "a la orden dada por Churchil que mandó bombardear Dresde (Alemania) con fósforo".










 "Si monseñor Williamson hubiese negado el genocidio de un millón doscientos mil armenios por parte de los turcos los diarios no hubieran hablado como lo hacen", Floriano Abrahamowicz, sacerdote lefebvriano.