¿Qué escondemos detrás de una nariz roja...?
La causa más frecuente de rinitis --inflamación de las fosas nasales con intensa mucosidad-- son virus; los otorrinolaringólogos consideran que prácticamente no hay quien no "pesque" una rinitis viral al menos una vez al año.
La segunda causa es la alergia, cuando la persona tiene esa predisposición. En ese caso, la rinitis se vuelve crónica.
"Es habitual que las personas que la padecen se acostumbren a convivir con ella, pero afecta muchísimo la calidad de vida", dijo el doctor Hugo Neffen, jefe de la unidad de Medicina Respiratoria del Hospital Alassia de la ciudad de Santa Fe.
También hay rinitis "ocupacionales" (intoxicación con solventes, por ejemplo) o debidas a la polución ambiental.
Estos pueden ser factores que actúen por sí mismos o bien que empeoren la acción de los alergenos.
Neffen añade que, incluso, hay rinitis causadas por medicamentos.
"La rinitis alérgica moderada a severa viene con síntomas que van más allá de la congestión", advierte Mario Zernotti, jefe de Otorrinolaringología (ORL) del Sanatorio Allende, profesor titular de la Universidad Católica de Córdoba y presidente del último Congreso Argentino de ORL.
Se refiere a trastornos del sueño, irritación ocular, dificultades auditivas por inflamación de las trompas de Eustaquio y a la correlación de la rinitis con otras afecciones alérgicas, como el asma.
¿Es alérgica o viral?
En primer lugar, es necesario identificar la causa.
Las rinitis alérgicas cursan con una abundante secreción nasal acuosa, picazón, ardor y lagrimeo de los ojos y estornudos a repetición y es persistente y crónica.
La rinitis por infección viral, por el contrario, se caracteriza por secreciones más consistentes y no hace estornudar.
La diferencia fundamental es que dura entre 4 y 10 días, a lo sumo, y se va sin dejar rastros.
Las maneras de tratarlas, explican los especialistas, son diferentes, especialmente porque los medicamentos a los que se recurre para el alivio de una rinitis breve, si se usan de manera prolongada, pueden producir acostumbramiento.
Cuando la causa es la alergia
La rinitis alérgica es una reacción inflamatoria de las vías nasales frente a alergenos como el polen, los ácaros del polvo, la caspa de animales y esporas de hongos microscópicos.
Al contacto con el alergeno, el organismo de la persona alérgica libera como respuesta mediadores inflamatorios, como las histaminas, que son responsables de las reacciones.
Por eso, las principales líneas de tratamiento de los síntomas de las alergias son los antihistamínicos, por un lado, y, por el otro, los antiinflamatorios, que pueden administrarse por vía sistémica o local.
El tratamiento con vacunas antialérgicas, explica Neffen, tiende a la desensibilización del organismo respecto de un alergeno específico.
No son una "vacuna contra la alergia" propiamente dicha, sino que requieren pruebas previas para saber cuál es la sustancia que le provoca alergia al paciente y, en base a eso, decidir los componentes adecuados para hacer que el organismo sea menos sensible a esa sustancia.
"No tiene nada que ver con el concepto de vacunación frente a las infecciones", especificó.
El arsenal de hoy
Antes de la medicación, aclara Neffen, es fundamental disminuir el contacto con los alergenos y tóxicos del ambiente.
Luego, la medicación a la que más se recurre ante cualquier rinitis (a veces mediante la automedicación) son los descongestivos nasales, que producen un alivio rápido de los síntomas.
Fenilefrina, nafazolina, oximetazolina, xilometazolina, son drogas con efecto vasoconstrictor que, usadas prolongadamente, producen acostumbramiento y trastornos de la mucosa respiratoria.
El doctor Zernotti explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, para la rinitis de origen alérgico, los antihistamínicos.
Como antiinfamatorios, aconseja los corticoides de aplicación nasal, que actúan directamente sobre las mucosas respiratorias y sólo son absorbidos en muy poca proporción por el resto del organismo (en el caso de la fluticasona, por ejemplo, sólo un 1% para a la sangre, aseguró, aunque en otros corticoides la proporción es mayor).
Sin embargo, aclaró, estas drogas deben ser prescriptas por el médico y se aplican durante períodos no menores a tres meses para controlar el proceso inflamatorio crónico.
No están pensadas para el alivio momentáneo de los síntomas y, por eso, tampoco tiene sentido usarlos en rinitis virales, que duran sólo unos pocos días.
A no olvidar que no pueden ser usadas en niños pequeños.
Los corticoides por vía sistémica (oral o inyectable) actúan de manera rápida y potente, pero su aplicación prolongada expone al paciente a los efectos adversos de este tipo de medicación: debilitación de los huesos, incremento de la presión ocular (con riesgo de glaucoma), hirsutismo, disminución del ritmo de crecimiento en los chicos.
"Siempre hay que balancear eficacia y seguridad en los tratamientos", advierte Neffen.
Los antihistamínicos suelen ser los más indicados en rinitis alérgicas leves.
Con los de primera generación (difenhidramina, clorfenhidramina) se debe tener la precaución de que producen somnolencia y sedación (algunas presentaciones incluyen componentes como la pseudoefedrina, que disminuyen tales efectos adversos).
Los de segunda generación son cetirizina, desloratadina, fexofenadina, loratadina, terfenadina, ebastina.
Mensajes para sobres de pañuelos
A. Las enfermedades alérgicas tienen la misma prevalencia en América que en Europa y están aumentando en todo el mundo, aunque, al decir de los especialistas, las causas no están del todo claras.
B. Un 40 por ciento de quienes tienen rinitis alérgica son, además, asmáticos y un 80 por ciento de los que tienen asma suelen tener, a su vez, rinitis alérgicas.
De hecho, hay evidencias de que, tratando (correctamente, según las guías internacionales) una de las dos afecciones, mejoran los síntomas de la otra.
C. Factores emocionales pueden ser disparadores de rinitis, así como de cualquier otra reacción alérgica.
No obstante, actualmente los especialistas no los consideran la causa en sí.
D. Uno de los factores que más afectan la calidad de vida de las personas con rinitis es la dificultad para dormir, con todos los inconvenientes que acarrea en la vida diurna.
E. La rinitis, como todas las reacciones alérgicas, son mucho más frecuentes entre la población urbana que en las áreas rurales.
F. Después de que, en 1990, cayó el muro de Berlin, en Alemania, se comprobó que las afecciones respiratorias por alergia tenían el doble de frecuencia en Alemania Occidental (donde la gente pasaba más tiempo dentro de su casa, con la TV, la calefacción y el aire acondicionado) que en la parte Oriental, donde vivían en condiciones menos confortables.
De ahí que se considere que la calidad del aire que se respira en la casa es fundamental.
G. La morbilidad (es decir, el impacto de las manifestaciones alérgicas) es mayor cuando no hay acceso a los tratamientos y medicamentos.