Huracán, el primero en codearse con los más grandes
17 de agosto de 1968. Viaje de vuelta y colectivo repleto. Larga caravana. Bombas de estruendo, banderas y un aliento permanente surgían de la seguidora hinchada. La ruta 3 se vistió de rojo y blanco durante el trayecto Mar del Plata-Bahía Blanca, con un solo grito: "¡Dale glooobo!, ¡dale glooobo!",
Era Huracán, el equipo del bulevar, que comenzaba a escribir el primer capítulo de su glorioso recorrido regional. El desaparecido estadio General San Martín marplatense fue testigo directo de la clasificación del "Globito" al torneo Nacional.
La escuadra whitense cayó por la mínima diferencia ante San Lorenzo de esa ciudad, pero le alcanzó con el 2-0 logrado en el cotejo de ida para sacar el boleto al fútbol profesional.
Rubén Becchio, Jorge Solís, Roberto Ginder y Bartolomé Lliteras se reencontraron en una fecha particular y, mate de por medio, rememoraron aquella hazaña, que hizo vibrar a toda una ciudad ya hace cuatro décadas.
"Huracán es sinónimo de barrio, orgullo, fidelidad y amor a la camiseta", inició Jorge Solís este recorrido virtual por el túnel del tiempo.
"Saben una cosa --esgrimió Ginder a sus compañeros en el viejo camarín del Bruno Lentini--; con el paso de los años tomé conciencia del significado de aquel logro.
"¡Le hicimos pata ancha a Olimpo! Y, sin darnos cuenta, estábamos jugando con los grandes del fútbol argentino", recordó "Cacho".
--¿Pasa rápido el tiempo?
Lliteras: --Realmente, parece que fue ayer. De todas maneras, me animo a decir que jamás buscamos llegar a jugar en el fútbol grande. Se fueron dando las cosas. Nosotros íbamos a divertirnos, despuntábamos el sano vicio de jugar a la pelota y, cuando nos quisimos acordar, estábamos jugando el Nacional.
Ginder: --Ni nosotros creíamos que podíamos jugar con los mejores equipos del país. Además, el club no estaba preparado para disputar un certamen de esas características. La cancha no era apta, debíamos mudarnos a Olimpo y, como si fuera poco, jugábamos dos partidos en dos días. Ningún equipo nos adelantaba en la Liga del Sur.
--¿Cuál era el secreto de aquel equipo?
Solís: --El estado mental y físico. Nosotros jugábamos a 50 kilómetros por hora. Y San Lorenzo, por ejemplo, jugó el primer tiempo a 80. Huracán siguió jugando de la misma manera en el segundo tiempo y ellos mermaron a 30.
"Ahí estaba la diferencia, si algo tenía ese equipo era la regularidad física y futbolística. Mantenía un equilibrio constante, se jugaba de memoria y, a la larga, te liquidaba".
--¿Entonces, 40 años atrás ya se apuntaba al aspecto físico?
G: --El preparador físico nos hacía correr 70 kilómetros tres veces por semana. Te lo grafico en tres ejemplos. Los carrileros volaban por los extremos, los defensores siempre llegaban al cruce y los delanteros alcanzaban aquellas pelotas que parecían imposibles.
--Y sufrieron hasta el final. Incluso, tuvieron que jugar un suplementario en Mar del Plata?
Becchio: --Sí, pero estaba dentro de las posibilidades. San Lorenzo tenía un equipo con mayoría de profesionales. La diferencia radicaba en la unión y fortaleza del grupo. Era un equipo de hombres. En el primer partido, a los 15 minutos del primer tiempo, nos quedamos con uno menos (se retiró lesionado Lliteras), pero suplimos esa baja y terminamos ganando 2-0.
S: --Huracán tenía jugadores que eran técnicos dentro de la cancha. Sabíamos cuando debíamos apretar, jugar, demorar y presionar. Eramos prácticos, teníamos nuestro librito y casi siempre jugamos de la misma manera. Hasta manejábamos a los árbitros. Había dos o tres jugadores especialistas para esa función.
--¿Nombres propios?
S: --Eran varios. No los quiero quemar (risas)...
El día que Azcoitía se colgó del travesaño
--¿Es verdad que, en el partido de ida ante San Lorenzo de Mar del Plata, bajaron varios centímetros el arco a pedido del arquero Azcoitía (Carlos) debido a su escasa estatura?
G: --Se habló mucho de eso (expresó con tono irónico).
--¿Mito o realidad?
L: --Decí la verdad "Cacho" (reaccionó "Chiquito" con la intención de ofuscar a su viejo aliado). Fue cierto... El "Vasco" (por Carlos Azcoitía) tenía muchísimas virtudes, aunque su estatura siempre le jugó en contra. Y más en un puesto como el de arquero. En los centros era cómico porque directamente ni observábamos como terminaba la jugada. Sabíamos que él siempre ganaba en el área.
B: --El problema estaba bajo los tres palos. Saltaba y casi que ni tocaba el travesaño (risas). Entonces se recurrió a bajar algunos centímetros el arco para que cumpliera su sueño de colgarse del palo. Y, siempre dice que ese fue un momento inolvidable para él. Al final, jugamos de esa manera, nadie se dio cuenta y quedó la anécdota.
--¿Cómo fue el regreso al bulevar?
L: --Inolvidable. Básicamente por la cantidad de gente que se agrupó en la entrada a la ciudad y la expectativa que generamos. Alrededor de 37 colectivos viajaron a Mar del Plata. La ruta era una locura.
--¿Quién era el cabecilla del grupo?
G: --Había varios. Cuando empezamos a jugar el Nacional empezamos a cobrar de las recaudaciones y "Chiquito" (Lliteras) era el encargado de hacer los números del plantel. El 70 por ciento era para nosotros y el 30 para el club.
--¿Qué virtud tenía Alfredo Cortez (entrenador de ese equipo)?
S: --Más que un estratega era un gran armador de grupo. Sabía al pie de la letra los defectos del rival. Y, curiosamente, no daba ninguna indicación en medio del partido. No hablaba; con una mirada entendíamos lo que nos quería decir.
L: --Era muy vivo. La única vez que me dijo algo en pleno partido fue ante Olimpo. Llamó a varios y les dijo que pongan nervioso a Santiago Bosich (arquero aurinegro). Y en una jugada, uno de nosotros le tocó el c..., Bosich respondió con un golpe y lo expulsaron. Al final, ganamos 3-1. Se sabía todos los trucos.
--¿Jugaba con un 4-2-4?
G: --Siempre decía que ese era su dibujo táctico preferido. Lo concreto es que hasta el enemigo sabía el equipo de memoria. Se apuntaba a las jugadas preparadas y entrenábamos como profesionales.
"En las pelotas paradas, De Nápoli (Mario) y Ferlich (Ricardo) venían de atrás. Al principio, parecían estar en otra, pero cuando la pelota estaba en pleno vuelo, pisaban el área y casi siempre convertían".
"Nos daba lo mismo jugar con Liniers o Estudiantes"
--¿Cuando iniciaron el recorrido en el regional sabían que estaban cerca de jugar un Nacional?
B: --No teníamos ni idea. Cuando pasamos la primera rueda en Comodoro Rivadavia (ante Comferpet) nos dijeron que estábamos a un paso de jugar con los equipos de Buenos Aires. Realmente, a nosotros nos daba lo mismo jugar con Liniers o Estudiantes de La Plata.
"Y ahí estuvo el error. Eramos ingenuos, incluyendo al entrenador, porque no tomábamos conciencia de lo que nos estábamos jugando. Y cuando debutamos en el Nacional, ante Los Andes y en Lomas de Zamora, comenzamos a padecerlo: nos golearon 5-0".
--¿Pasaron de la diversión al profesionalismo en sólo un mes?
S: --Tal cual. Veníamos de convertirle 10 goles a Bella Vista, 9 a Villa Mitre y 5 a Olimpo, en el Carminatti. En las primeras tres fechas del Nacional, nos dimos cuenta que estábamos lejos del ritmo del fútbol profesional.
--¿Qué recuerdan del debut en Comodoro, camino al Nacional?
L: --Nos querían atar en la concentración y no sabíamos cómo hacer para escaparnos. La mayoría del plantel se subió por primera vez a un avión. Y viajamos 12 jugadores. ¿Las razones? Al mismo tiempo estábamos jugando con Sansinena por la Liga del Sur. Algunos titulares y muchos suplentes pusieron el pecho en la Liga.
"Teníamos un c... tremendo. Y como si fuera poco, en el medio del viaje, el "Ruso" Ferlich nos avisó que se estaba prendiendo fuego una de las turbinas del avión. Cuando llegamos a Bahía, nos estaban esperando los bomberos. Casi nos morimos de un infarto".
--¿Cuando tomaron conciencia del logro obtenido?
S: --Cuando empezamos a cobrar (risas). Nosotros habíamos arreglado previamente algunas cosas. En caso de jugar el Nacional nos llevábamos el 70 por ciento de la recaudación.
"Pero como nadie nos tenía en cuenta muchos dirigentes se animaron a apostar ese dinero porque pensaban que no íbamos a clasificar. Después se dieron la cabeza contra la pared. Al principio, jugamos siete meses gratis".
Solís, el pistolero
--"Ñato", ¿es verdad que una vez le puso una pistola en la cabeza a un entrenador para que juegue Lliteras de titular?
S: --Sí, fue así. Lo hice porque realmente era injusta su salida del equipo. Entonces, se me ocurrió agarrar una pistola (sin balas, obviamente) y amenazar al entrenador. Me hizo caso y "Chiquito" jugó.
--"Cacho", ¿también se regaba los andariveles de la cancha para que los volantes extremos resbalaran?
G: --Es correcto. Lo mejor que tenían los equipos de afuera eran los volantes externos. Nos ganaban en velocidad, llegaban mano a mano y no podíamos frenarlos. Entonces, a Cortez (Alfredo) se le ocurrió regar minutos antes del partido esos dos sectores. Y, a la larga, nos daba buenos resultados.
Así llegó
FechaRivalLugarResul.Goles
28-7-68ComferpetCR2-1De Nápoli y Rosales (H). Cárdenas (C).
4-8-68ComferpetIW4-2Giustini, Solís --2-- y Ferlich (H). Cárdenas y Acosta (C).
11-8-68San LorenzoIW2-0Rosales --2-- (H).
17-8-68San LorenzoMdP0-1Arce (SL).
El día de la consagración
San Lorenzo (1): Lucangioli; Acosta, Giannini, Raymondi, M. Benítez, Cardozo; Mayor, Arce, Benítez Oviedo, Ereczuma y Lauge. DT: J. M. Barreiro.
Huracán (0): Azcoitía; Becchio, V. Rodríguez, Fiore, Solís, Ginder, Rosales, Lucero, De Nápoli, Magagna y Ferlich. DT: A. Cortez.
PT: Gol de Arce (SL), a los 20m.
ST: No hubo goles.
TS: No hubo goles.
Definición: Como Huracán había ganado 2-0 en el primer partido se clasificó para el Nacional.
Arbitro: Luis Pestarino.
Estadio: General San Martín (MdP).
Recaudación: 2.856.800 pesos.
Cristian Lema/"La Nueva Provincia"