Volvieron a marchar por Atahualpa en la capital rionegrina
VIEDMA (De nuestra agencia) -- Mientras las investigaciones todavía no han dado los resultados esperados para esclarecer el hecho, un centenar de personas marchó en la antevíspera por las calles de Viedma, a un mes del asesinato del joven Atahualpa Martínez, cometido el pasado 15 de junio.
Encabezada por sus familiares directos y compañeros de escuela, la movilización partió pasadas las 17.30 del martes desde el CEM Nº 18, donde estudiaba la víctima, recorrió las calles Italia, Caseros, 25 de Mayo y Buenos Aires, hasta llegar a la plaza Alsina, para luego trasladarse a la Iglesia Catedral, donde se realizó una misa conmemorativa, que fue oficiada por el obispo Esteban Laxague.
También se anunció que el próximo martes se realizará otra marcha, en la fecha en la que Atahualpa cumpliría 20 años.
"Los compañeros habían pensado en terminar con un recital, con grupos locales que se quieran sumar", manifestó Julieta Vinaya, madre del chico fallecido, sobre las actividades que se están programando para esa fecha.
En tanto, en los últimos días los compañeros del CEM Nº 18 pintaron la imagen del joven en la entrada al pasillo de la escuela.
Durante la marcha, Julieta Vinaya expresó su sentimiento y se refirió a su hijo asesinado de un tiro en la espalda, y cuyo cuerpo sin vida fue arrojado a un descampado ubicado cerca de la planta eléctrica de la ciudad.
"El dolor cada vez se siente más", indicó la mujer, que cada martes encabeza las marchas para pedir justicia.
"El vacío que uno siente, no hay nada ni nadie que lo pueda llenar, porque lo sentís en todo lo que vas haciendo. El estaba en la casa, compartía absolutamente todo, o estaba en la casa del amigo, al que visitaba todos los días, o en la casa de sus abuelos, donde también iba todos los días", dijo la mujer.
Vinaya agregó que "en la escuela, sus compañeros lo tenían adelante, era el que llevaba las fotocopias, con el que reían, con el que hablaban qué era lo que iba a estudiar cada uno".
Pese a las marchas y las múltiples actividades realizadas por Julieta en este doloroso mes, en la intimidad de su hogar, obviamente, no ha podido superar semejante pérdida.
"Una sigue mirando la puerta y sigue entrando en la habitación. La habitación está de alguna manera como él la dejó, todavía no he podido abrir su mochila, porque él era muy celoso con sus cosas, me cuesta mucho. Recién ahora estoy lavando la ropa que él dejó", manifestó Julieta.