Coplanacu, de la peña a los grandes escenarios
BUENOS AIRES (Télam) -- El dúo Coplanacu llevará el 31 de este mes, al teatro Opera, las canciones reunidas en Taquetuyoj que ya mostró en Santiago del Estero y también en la peña que monta en Córdoba capital una vez por mes, siguiendo una lógica que Julio Paz definió como "compartir entre todos lo aprendido en el camino".
Puesto a analizar la mecánica de los recitales propios, Paz narró que "antes tocábamos los dos sentados y había como un halo de solemnidad, pero ahora integramos a la gente y si vemos que el público quiere bailar no vamos a ser odiosos clavándole una vidala. Hacemos otro gatito más y ya habrá tiempo para la vidala".
En el mismo sentido, aseguró que el dúo aprendió a no dar cátedra de nada, "pese a que en el folklore hay mucha gente fundamentalista que parece que sube a un escenario a hacer docencia".
Roberto Cantos aportó que "no nos sentimos súper importantes sino que estamos en un camino que ha dado frutos, que es útil y que cumple una función dentro de la manifestación cultural".
"Sentimos --añadió-- que no hemos llegado a ningún lado ni nos interesa llegar, sino que vamos caminando siendo concientes que ocupamos un espacio dentro de lo diverso que hay y que tratamos de ser una opción tras haber comprendido que es importante recorrer este país inmenso".
Desde idéntica mirada, Julio admitió que "nos carga de responsabilidad ser concientes que nuestro discurso le llega a la gente y por eso no creemos que estemos allá arriba, sino que nos ubicamos frente a frente porque nos pasan las mismas cosas que a las demás personas".
En pos de redondear esa vivencia cargada de ideología, concluyó que "uno no es un light que vive sin sentir sino que sale a compartir la vida. Para nosotros cada disco, cada actuación, implica la posibilidad de juntarnos a charlar".
Involucrados con la realidad.
De la mano de Taquetuyoj, el dúo Coplanacu sostiene con belleza y compromiso un camino que vence al tiempo ya que retoma sonidos de su historia de 23 años y reafirma contenidos en una combinación donde "la simpleza es un estímulo que nos atraviesa la sensibilidad", según explicó Cantos.
"Después de haber dado toda una vuelta hemos llegado nuevamente a esta historia. Uno empieza a profundizar y para mucha gente parece que estamos al principio, pero no. Le volvemos a cantar a las mismas cosas desde otra mirada", sintetizó Paz.
Al desmenuzar el tránsito que Coplanacu desarrolló para llegar a este álbum, Julio insistió que en el repertorio registrado hay chacareras "que son como acuarelitas que en alguna época podrían haber sido escuchadas como postales costumbristas y ahora tienen otro peso" por el contexto en que las cantan donde, dijo, "al lugareño que vivía armónicamente en el monte ya no lo dejan estar ahí".
El ejecutante de bombo y quena apunta de nuevo: "cantamos una canción vieja pero la ubicamos en lo que pasa hoy porque a todos nos va arriando esta situación".
"En la provincia nuestra, --explicó este santiagueño-- más allá del desmonte y la sojización, está el avasallamiento ético a la vida, a la biodiversidad y al hombre viviendo armónicamente en un medio natural-rural. Y eso sin duda repercute en lo nuestro".
Para Roberto, intérprete de caja y guitarra, "la honestidad frente a lo que pasa no tiene que ver con dónde uno viva sino con el compromiso", y enseguida señaló que "todo el mundo sabe las consecuencias de que no haya monte pero no hay una decisión política de enfrentar esa grave situación".
Contentos con el sonido y las palabras
La placa estira un recorrido antes plasmado en los discos Dúo Coplanacu (1991), Retiro al norte (1995), Paisaje (1997), Desde adentro (1999), El encuentro (2000), Guitarrero (2002) y Corazón sin tiempo (2005).
En Taquetuyoj (vidala escrita por Cantos como homenaje a las teleras que se reúnen en el departamento Loreto), Coplanacu integra con protagonismo al bandoneón de Omar Peralta y al violín de Julio Gutiérrez para ofrecer un cancionero de 14 piezas en que se cuentan Desmonte, Mirando lejos, Yo fui de aquí y Escondido de los bombos.
El listado de este octavo álbum se completa con Gato para Don Fermín, Volver a los 17, Velay no sé, La Causaleña, Donde alguien me espera, A Don Ponciano Luna, Si yo fuera río, Zamba de los mineros y Zamba alegre.
"Hemos quedado muy contentos sobre todo por el sonido, por la cosa de identidad que tiene el disco", resumó Cantos mientras que Paz se detuvo en el cancionero y refirió "al radar que ya tenemos para ver lo auténtico, lo verdadero, aquello que nos emociona".
En el repaso por las obras reunidas en el CD, Julio confesó que "el tema más viejo es Zamba de los mineros que para mí es muy especial porque cuando la escuché hace un montón de años en Córdoba, se me caían compulsivamente las lágrimas porque el hombre castigado socialmente que se resguarda en la naturaleza me resulta muy impactante".
Sobre Volver a los 17, Roberto contó "que es una canción que nos hemos hartado de cantar en los 80, pero que al grabarla nos reunió con mucha changada que no conocía ni la canción ni a Violeta Parra y está bueno que los pibes no se pierdan la fuerza y el talento de esa artista".
Acerca de las canciones nuevas y propias, ironizó que Desmonte, conmovedor alegato que inaugura Taquetuyoj, "les gusta hasta a los mismos que desmontan. Ellos saben que lo se dice ahí es cierto porque son concientes de lo que están haciendo".
En Cosquín, una fiesta popular
La peña de los Copla en Cosquín es un ámbito que, al mismo tiempo, conlleva tradición y ruptura ya que ostenta 14 años de historia en la que ofrece una propuesta estética que se diferencia de la que impera en el escenario mayor del festival.
"Nuestra peña no es ni a favor ni en contra de nada, sino que es un ámbito con sus particularidades dentro de un festival que tiene que existir porque debe contener a todas las regiones musicales y a la mayor cantidad de artistas", fundamentó Paz.
Cantos añadió que "nosotros siempre tomamos a Cosquín como a una fiesta popular que excede a lo que pasa en la plaza Próspero Molina y que tiene al Congreso del Hombre Argentino, a las artesanías y a las peñas".
"Con nuestra peña --comentó-- hemos intentado sumar para que muchos artistas que están empezando puedan actuar dignamente ante un público receptivo, pero hay otras peñas como las de Facundo Toro y los Carabajal que proponen otra cosa y que también es bueno que existan".