Bahía Blanca | Viernes, 18 de julio

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Murió Robert Fischer, un genio del ajedrez

El estadounidense Robert Fischer, campeón mundial de ajedrez entre 1972 y 1975, de fuerte temperamento, hosco y ermitaño, pero un verdadero genio, falleció ayer en Reykjavik (Islandia), a los 65 años. El gran maestro, quien ganó notoriedad durante la Guerra Fría tras vencer al soviético Boris Spassky, en 1972, murió de una enfermedad no revelada.
Murió Robert Fischer, un genio del ajedrez. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

 El estadounidense Robert Fischer, campeón mundial de ajedrez entre 1972 y 1975, de fuerte temperamento, hosco y ermitaño, pero un verdadero genio, falleció ayer en Reykjavik (Islandia), a los 65 años.


 El gran maestro, quien ganó notoriedad durante la Guerra Fría tras vencer al soviético Boris Spassky, en 1972, murió de una enfermedad no revelada.


 Fischer obtuvo la ciudadanía de Islandia en 2005, para evitar ser deportado a Estados Unidos, donde era acusado de traición.


 A los 15 años se convirtió en el Gran Maestro más joven de la historia, tras ocupar el quinto puesto en el Internazional de Potoroz, en la ex Unión Soviética.


 La genialidad de Fischer, nacido el 9 de marzo de 1943 en la ciudad de Chicago, comenzó cuando su hermana Joan, quien prácticamente lo crió, le regaló un juego de ajedrez, que se convirtió en una pasión.


 Esa obstinación lo llevó a convertirse en campeón de los Estados Unidos a los 14. Ya nada detendría al estadounidense, un hombre generalmente malhumorado y con problemas de conducta.


 En 1992 Fischer jugó un encuentro de exhibición conmemorando los 20 años del match ante Spassky (nacionalizado francés) y el mismo se desarrolló en la antigua Yugoslavia, venciendo nuevamente a su rival.


 Le costó caro ese viaje al genio, ya que Estados Unidos había bloqueado Belgrado y su viaje fue considerado como una traición a su país.


 No se supo nada más de él hasta 2004, cuando pretendió viajar a Filipinas desde Japón y fue detenido en el aeropuerto de Narita.


 Los japoneses lo encarcelaron, pero el gobierno islandés aceptó darle asilo político y escapar a la extradición. Fischer soportó las presiones del gobierno de su país y el 9 de marzo de 2005 recibió en la cárcel un pasaporte islandés como regalo por su 62 cumpleaños. (Télam).