El reino de los hedonistas
Si algo se pierde al llegar a este resort es la noción del tiempo cronológico.
Lo que sucede es que dentro del Gran Hotel Termas de Chillán las urgencias urbanas se diluyen y las prioridades apuntan al disfrute sensorial.
El arquitecto que diseñó este albergue sabía de la calidez de la piedra y la madera, materiales a los que ungió protagonistas absolutos.
Entre piedra y madera también transcurrió, en el pasado, la vida de los pehuenches, el pueblo nativo que descubrió que siempre había sol en esta comarca.
Buscando una razón, los ancianos sabios se fueron a pensar a las alturas y al regresar le dijeron a su pueblo:
"Aquí el astro amarillo se sienta a descansar". Y llamaron Chillán --"la silla del sol"--, a ese valle atravesado por misteriosas aguas calientes.
José Luis Giner es el dueño absoluto de este complejo de dos hoteles y seis condominios, un hombre que nació en la cercana ciudad de Chillán, donde lo educaron los frailes jesuitas.
En 1961, siendo muy joven, se fue a la ciudad francesa de Burdeos a cumplir con su sueño de ser enólogo y allí conoció los centros de esquí de los Pirineos.
Entonces supo que tenía que volver a los Andes y recrear lo que había visto.
Con ese proyecto en su cabeza regresó al hospedaje para viajeros que tenía su padre catalán, presagio y simiente de una actividad que abrasaría para siempre. Y con un grupo de amigos fundó el Club Andino Chillán.
Después de algunas experiencias, como el viejo Hotel Termas de Chillán, construido a fines del 1800, al que recuerda "como arcaico y frío", nació el Pirigallo "en lengua nativa "cumbre nevada".
Finalmente, el cinco estrellas inspirado en los sofisticados enclaves europeos de montaña, con puertas dobles para que el calorcito interior no se escape, y ascensores vidriados que suben lentamente y dejan ver las pistas y las piscinas.
Giner cuenta que si bien la cultura termal es antiquísima, en las décadas del 40 y el 50, del siglo pasado, comenzó el Termalismo de Sanación, englobado ahora como Turismo Salud, que bajó el slogan de "Salud para Sanos" fue cambiando el concepto de que el termalismo era sólo para gente de la tercera edad.
"Chillán es un lugar con mucha energía, un lugar donde he podido hacer cosas porque la naturaleza me las entregó", dice este hombre, de profunda fe católica, que afirma que "sin la ayuda de `arriba' nada se hace en la montaña" y que se define como "un empresario que pone los dedos en la calculadora pero también en el corazón".
Desde que comenzó a levantar el complejo, su filosofía fue "dar trabajo y capacitación a gente de la zona, actualmente tenemos 950 empleados y consolidar este destino a nivel nacional".
Pero muy pronto la belleza del paisaje y la buena nieve que perdura en las laderas orientadas hacia el sur, atrajeron a equipos extranjeros que, en el verano boreal, llegan a entrenar en las pistas de Chillán.
"Junto con el Cerro Castor, en Ushuaia, somos los dos centros de Sudamérica al que vienen a entrenar más equipos de Europa y los Estados Unidos", informó Giner.
Para el invierno 2008 este centro, que tiene 10 mil hectáreas de dominio esquiable, 9 andariveles y 32 pistas que, en total, abarcan 46 kilómetros, contará con una silla cuádruple que elevará su capacidad de arrastre de los actuales 3.800 esquiadores hora a 6 mil.
Y hay planes para adquirir otros medios de elevación, apuntando a que Chillán será, en el 2010, la sede del Campeonato Mundial Juvenil de Esquí.
Todos los hombres de la montaña saben que tendrán mucho trabajo para que esa competencia los catapulte a lo más top del deporte blanco.
Desde Everets Reyes, el gerente de Montaña, responsable del mantenimiento integral del centro, hasta Ricardo Belcredi, el director de la Escuela de Esquí, cuyos instructores son expertos en esquí alpino y nórdico, snowboard y trineos arrastrados por perros Alaskan Malamute, del propio criadero, los preferidos de los esquimales.
Los travesías en motos de nieve y los paseos en raquetas, divertidas y fáciles de usar, son otras de las actividades del centro.
Placeres interiores
Todo eso afuera, en los dominios del dios Tor. Adentro del hotel la historia es otra, es una historia sin estridencias y con aromas suaves. Los huéspedes del invierno 2007 encontrarán un spa con nuevas instalaciones y una propuesta alucinante: el masaje tailandés.
Sandra Platz, la gerente del Spa, cuenta que este año se inauguró un ascensor circular que une los tres pisos del spa, aludiendo a las tinas de jacuzzi, para una o dos personas, privadas y con regulación individual de temperatura, y a los hidrospa de 100 chorros.
El fango de los volcanes, apenas procesado y siempre tibio, es para baños de placer que dejan la piel suave y lisa, mientras que para los masajes relajantes hay un silencioso sector de diez salas, cada una con nombre de piedras, como obsidiana, malaquita, turmalina.
Una suave música oriental, el aroma de las esencias y las toallas color verde manzana son los resortes sensoriales de este spa donde no faltan los baños sauna, los de vapor, el shiatsu y la reflexología, y tampoco los drenajes linfáticos y la thalasoterapia.
Lo más sofisticado es la cápsula de Cromoterapia, un derroche de luces de colores que van y vienen mientras se escucha el canto de los pájaros y el sonido del agua. A su lado, la sala de yoga es uno de los espacios más concurridos.
Esto es parte de un universo pensado para gratificar el cuerpo, el alma y el espíritu, donde los huéspedes visten batas de toalla blancas, largas y cómodas.
Ya sin tiempo, lo prioritario puede ser ir hacia un baño de lavanda y mandarina, que aleja insomnios y tensiones, hacia una sesión de reiki o hacia los "masajes del alma" que curan el estrés.
El estadounidense Michael Nelly es quién imparte los "masajes del alma" y quién dice que su técnica es una "mezcla de reflexología, acupresión y reiki", y que sabe buscar con sus manos los meridianos corporales; "soy una nana que limpia el cuerpo con un plumero", dice.
Sin saberlo, los huéspedes siguen los principios de Hipócrates, el padre de la medicina antigua, que ya en el año 400, antes de Cristo, decía que "el camino de la salud es tener cada día un baño aromático y un masaje con esencias".
El corazón de tanto hedonismo es la gran piscina termal que tiene una parte cubierta y otra al aire libre, a la que se sale por un pequeño túnel.
Afuera una cascada aporta el sonido ideal y una hilera de camas de agua somete al cuerpo a gratificantes masajes de burbujas. Si nieva, mucho mejor.
La temperatura del agua, cargada de azufre, sale del volcán muy caliente, se enfría en el trayecto y llega a la piscina a 37 o 38 grados centígrados.
Miles de sabores
Mientras los deportistas regresan de las pistas, el pisco sour Tres Erres, categoría reservado, se impone en el bar durante las tertulias que preceden a la cena.
Ese es, también, el mejor momento para hablar con Alejandra Belart Sabogal, en su tarjeta jefa de ventas internacionales, pero en lo cotidiano el mejor referente ante cualquier duda, sobre todo si tiene que ver con el equipo que dirige la animación y los deportes.
A esa misma hora el chef Sergio Calderón ya está supervisando lo que ocurre en la cocina y Eduardo Figueroa, el gerente de alimentos y bebidas, que además oficia de somelier, orienta a los comensales sobre el mejor maridaje para las 300 etiquetas de la bodega, sólo de vinos chilenos --"porque son los que piden los extranjeros", afirma Figueroa--, aunque también disponen de una cava española y de champagne francés.
Calderón dice: "no me rijo por reglas sino por intuición", y se define como "un rápido inventor platos", un creador que no es un cocinero de libros y al que le gusta la comida con mucho sabor.
Su cocina es de orientación mediterránea, con excelentes combinaciones de mariscos y carnes, rescatando los mejores sabores de la América Latina y, como él mismo destaca, "con denominaciones simples, sin palabras rebuscadas", en la carta de platos que cambia dos veces al año.
Una sugerencia: las entrañas con mantequilla francesa, un plato muy chileno, con un cabernet Don Melchor, de la bodega Concha y Toro, el más pedido desde 1998. Y ante cualquier duda, el asesoramiento de Mario en el restaurante Shangrila es fundamental.
La historia de la humanidad revela que el hombre organizó instintivamente su trabajo, guiándose por los ciclos de la luz, los tiempos de la siembra y el reflujo de las mareas.
Pero organizar el ocio y alcanzar el placer del "dolce far niente" aún es una tarea ardua, lograda sólo en ciertos enclaves planetarios: el resort chileno de Chillán es uno de estos privilegiados lugares.
El casino de montaña
El primer Casino de Montaña de Chile es acogedor, íntimo, un casino boutique en medio de la Cordillera de los Andes.
Sergio Argomedo es el director general de juegos de este casino que para la gente de la región significó 75 nuevos puestos de trabajo.
Argomedo ocupó ese cargo durante 15 años en Iquique y otros 3 en Lima, Perú. Su filosofía es "que el jugador se sienta como en su casa", y sabe que la inversión de 8 millones de dólares en la ampliación del spa y la construcción del Centro de Convenciones (para 600 personas), y el Casino, con restaurante 5 tenedores, es una apuesta fuerte.
Los croupiers, hombres y mujeres, se capacitaron en Chillán y están al frente de 14 mesas: 3 de Ruleta Americana, 1 de Crap Americano, 4 de Black Jack, 2 de Draw Póker, 2 de Póker Caribeño y 2 de Punto y Banca, además de un Bingo con 120 posiciones.
Con las 100 máquinas tragamonedas compradas en Estados Unidos y Alemania la oferta de personas sentadas asciende a 380, y la total a 600. La apuesta mínima de ruleta: 50 pesos.
Cómo llegar
La empresa Lan opera un programa de una semana desde Buenos Aires a Santiago, y conexión a Concepción, con regreso a Buenos Aires, que incluye 7 noches de alejamiento en el Gran Hotel Termas de Chillán, con traslados de llegada y salida, desayuno y cena. También el uso de los medios de elevación, la piscina termal y los baños sauna y de vapor, la entrada al casino y 5 horas de clases de esquí colectivas.
Cuánto cuesta
La tarifa por persona para la media y la baja, con tasas e impuestos, 1.486 dólares. Sólo el aéreo round trip en Clase Turista, desde 262 dólares y en Clase Ejecutiva 545.
Distancias
Chillán está a 480 kilómetros al sur de Santiago; a 116 de Concepción y a 78 de la ciudad de Chillán, donde está el mercado más viejo de Chile.
A buena altura
La base del Centro de Deportes está a los 1.600 metros sobre el nivel del mar y la cumbre a los 2.700. Hay buenos lugares para el esquí fuera de pista.
El alojamiento
Existen 120 habitaciones en el Gran Hotel, categoría 5 estrellas; 48 en el Hotel Pirigallo, 3 estrellas, y 160 departamentos para 4 y 6 personas en 6 condominios. También integra el complejo el Hotel Pirimahuida, 35 habitaciones en Las Trancas, localidad distante 7 kilómetros del Gran Hotel, que dispone de traslados hasta este lugar y permite el uso de las instalaciones.
Dónde informarse
Más información sobre las Termas Chillán Ski and Spa Resort se puede conseguir en la web: www.skichillan.cl
Corina Canale/Especial para "La Nueva Provincia"