Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Casa Muñoz

Hace 71 años, el 1 de junio de 1936, comenzó sus ventas en un nuevo local la tradicional Casa Muñoz, una de las sastrerías más prestigiosas del país. Instalada en nuestra ciudad desde principios del siglo pasado, Casa Muñoz se dedicaba especialmente a confecciones para hombres y había logrado imponerse entre el público. No sólo por la calidad de sus servicios, sino por sus precios, sostenidos con un eslogan que todavía forma parte de la memoria colectiva: "Casa Muñoz, donde un peso vale dos".


 Hace 71 años, el 1 de junio de 1936, comenzó sus ventas en un nuevo local la tradicional Casa Muñoz, una de las sastrerías más prestigiosas del país.


 Instalada en nuestra ciudad desde principios del siglo pasado, Casa Muñoz se dedicaba especialmente a confecciones para hombres y había logrado imponerse entre el público. No sólo por la calidad de sus servicios, sino por sus precios, sostenidos con un eslogan que todavía forma parte de la memoria colectiva: "Casa Muñoz, donde un peso vale dos".


 Aquel año 1936, el comercio se mudó unos metros desde su ubicación en O'Higgins 22, al flamante edificio construido en la esquina de O'Higgins y Drago, aprovechando la apertura de esta última arteria, en su tramo desde la avenida Colón.


 La inauguración fue realizada de manera oficial un día antes, cuando, a partir de las 18, comenzó un show estelar propalado a la calle por poderosos altoparlantes y transmitido por LU2 Radio Bahía Blanca. Actuaron las orquestas de Oscar Orzali y Antonio Totti (que interpretó los tangos Maniquí vivant y Sentimiento gaucho) y Guillermo Ríos y su trío típico. Hubo un concierto de violín a cargo de Pedro Sosnitsky; el conjunto regional Leoni interpretó la chacarera La gallina; el cantor criollo Pedro De Cervi interpretó Pobre madre, de Gardel y Razzano, y, por último, el trío popular Sosnitsky interpretó el fox-trot Il piccolino.


 Las Grandes Sastrerías Muñoz ocuparon esa esquina referencial del microcentro bahiense durante poco más de 59 años. Cerró sus puertas en 1995. Hoy, un café resguarda su nombre.