Bahía Blanca | Jueves, 26 de junio

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Procesan a una médica psiquiatra

Una médica psiquiatra que presta sus servicios en la Clínica del Sol está imputada de homicidio culposo por la muerte de dos pacientes, ocurridas en 2004, en ese centro de internación, mientras la profesional se encontraba de guardia. La causa se tramita en la Unidad Funcional de Instrucción del doctor Eduardo Quirós, quien resolvió procesar a la profesional en ambos casos.




 Una médica psiquiatra que presta sus servicios en la Clínica del Sol está imputada de homicidio culposo por la muerte de dos pacientes, ocurridas en 2004, en ese centro de internación, mientras la profesional se encontraba de guardia.


 La causa se tramita en la Unidad Funcional de Instrucción del doctor Eduardo Quirós, quien resolvió procesar a la profesional en ambos casos.


 Se trata de la doctora Gloria Ulloque, de 51 años, quien se desempeña en el establecimiento de Chiclana 464.


 Una de las víctimas es Luis Armando Alvez, quien falleció al ahogarse con su propio vómito.


 Según consta en la causa, el 11 de mayo de ese año, a las 20.30, el paciente llegó a la Clínica del Sol derivado de Patagones con un cuadro de excitación moderada con verborragia, trayendo el diagnóstico de delirio persecutorio e ingesta de alcohol durante las últimas 72 horas, de las cuales había pasado 48 en vigilia.


 En el establecimiento local fue medicado y enseguida concilió el sueño pero, a los 10 minutos, un enfermero fue a controlarlo y notó que padecía una dificultad respiratoria.


 Ese inconveniente rapidamente se transformó en un paro cardiorrespiratorio. Personal de la entidad y de Alerta le efectuaron maniobras de resucitación pero murió por broncoaspiración al ingerir el propio vómito.


 Un testigo de identidad reservada, que trabajaba en aquel momento en el lugar, complicó la situación de la clínica al relatar que, al día siguiente de ocurrida la muerte, la jefa de personal de la clínica lo llamó para que corrigiera la planilla elaborada por el enfermero que había estado de turno al momento del deceso.

¿Dosis doble?




 En particular le pidió que reemplazara la anotación respecto de la medicación que había sido dada a Alvez, y por los datos a cambiar dedujo que se había dado una dosis doble respecto de lo indicado.


 El testigo afirmó también que la medicación que se encontraba en la caja con la cual se asistían las emergencias estaba vencida.


 Sobre el particular, Ulloque declaró detalladamente en sede judicial que se suministró a Alvez la medicación en forma cautelosa y en menor grado que lo hace habitualmente en pacientes con ese estado de excitación psicomotriz, y que en ningún momento dejó de tener en cuenta la observación de este paciente.


 Añadió que el control particular se iba a prolongar durante toda la noche, y que el mismo se transformó, luego, en una emergencia psiquiátrica.

Otro deceso.




 Otra de las víctimas es Gabriela Virgili, de 35 años, que murió en diciembre de ese año por las quemaduras que le ocasionó el incendio de su cama, mientras estaba internada en la Clínica del Sol.


 Según consta en la causa, la paciente llegó a la Clínica de la Asociación Empleados de Comercio el 8 de ese mes proveniente del nombrado establecimiento psiquiátrico con quemaduras de segundo y tercer grado en el 35 por ciento del cuerpo, y falleció 5 días más tarde.


 La víctima pesaba 40 kilos y padecía un cuadro psicótico grave.


 Su hermano, Marcelo Fabián Virgili, dijo en sede judicial que la Clínica del Sol no efectuó los cuidados necesarios, que no realizó la denuncia del supuesto accidente y que un empleado de la entidad fue a casa de sus padres a comunicar lo sucedido, con la visible intención de minimizar el episodio, antes de descartar de plano que su hermana haya querido suicidarse.


 Ulloque dijo al respecto en sede judicial que había estado observando durante toda la noche la conducta de la paciente porque tenía un cuadro de excitación psicomotriz.

Alto riesgo.




 Añadió que era una paciente fumadora con un alto riesgo cardiológico y que, en las últimas horas, se encontraba descompensada de su cuadro psiquiátrico.


 También explicó que la noche anterior se habían tomado todos los recaudos para que la víctima no fumara y que se le hizo una medicación adicional a la 4 y a las 8 de la mañana con el fin de que la paciente se durmiera.


 Señaló que después del último refuerzo, la paciente se durmió y que ella, que estaba de guardia, se dirigió a su habitación mientras que a las 9 la enfermera le informó del incendio.


 "No veo en qué punto dejé de atender a la paciente", se defendió la médica, antes de aclarar que la víctima se encontraba con mayores cuidados de observación entre los 60 o 70 pacientes que se encontraban internados ese día.


 "Le pregunté a la paciente, que se encontraba lúcida cuando la retiramos de la habitación, de dónde había sacado el encendedor, y me dijo `de la cola'", añadió.


 Consultada acerca de si efectuó la denuncia, contestó que no, pero que dio aviso a la dirección del establecimiento.


 El médico tratante de la paciente, doctor Brufman, destacó que la mujer, debido al agravamiento de su cuadro, estaba en un sector muy controlado con pacientes dependientes o crónicos, que requieren de vigilancia permanente.


 "Fumaba a escondidas, no estaba atada, pero sí sola, por estar insomne y agitada", declaró el profesional.