Remataron los bienes muebles del ex frigorífico Translink
Tras efectuar en los últimos días de febrero el depósito correspondiente ante el juzgado que entiende en la quiebra, el empresario Manuel Smiriglia adquirió en 2.668.000 pesos los bienes muebles del ex Frigorífico Translink, que funcionara en General Daniel Cerri.
"Lo que el comprador adquiere por ese valor son las acciones del Frigorífico Bahía Blanca SA., en la parte que le corresponde a Translink, es decir los bienes muebles", aclaró el doctor Isaac Jospe, síndico de la quiebra.
"Como el Frigorífico Bahía Blanca tiene una deuda territorial con Rentas de la provincia de Buenos Aires y otra con la comuna de Bahía Blanca, que en este momento suman aproximadamente tres millones y medio de pesos, si el adquirente quisiera realizar, por ejemplo, un negocio inmobiliario, tendría que abonar dicha monto", añadió, a la hora de explicar el escaso valor en que se vendió la planta.
En la primera convocatoria, el martillero tasó el predio y las instalaciones en 6.450.000 pesos, menos 1.700.000 pesos adeudados, en ese momento, a Rentas y la Municipalidad, pero al demorarse el remate por falta de interesados, la deuda impositiva fue creciendo.
"Con Rentas se da una situación particular, ya que son deudas solidarias y el Frigorífico Bahía Blanca tiene el 97 por ciento de las acciones del patrimonio, aunque el otro tres por ciento dice que lo cobró afirmó Jospe.
"INCOOP SA., titular del resto, habría llegado a un acuerdo con Rentas de la Provincia, porque quería salir del paso, pero este es un tema que tendrá que tratar el comprador", acotó.
¿En manos de un chatarrero?
Cuando los comentarios de la venta llegaron a Cerri, cundió la desazón ya que, sin que esto signifique una desvalorización para el adquirente, se corrió la voz de que tanto a una persona de apellido Rojas, quien en definitiva quedó tercero en la puja, como al citado Smiriglia, a la postre comprador, se los conoce en el ambiente como "los chatarreros", ya que concurren a todos los remates de viejas fábricas para comprar y revender.
"No es tan así --aclaró el síndico Jospe, quien por el momento atiende las causas desde su domicilio, por estar convaleciente de una operación--, porque cuando regresé de la clínica me encontré con un mail de una abogada, quien hace más de un año y medio que me viene siguiendo con clientes del exterior que tienen interés en el frigorífico, que me preguntaba el 27 de febrero, cuando ya se había realizado el remate, quién había comprado y si habían pagado el importe, porque justamente había vuelto a contactarse con la gente del exterior.
"Yo le dí los teléfonos del abogado del adquirente, el doctor Daniel Silva, para que pudiera comunicarse con él, porque por allí realizan algún negocio", expresó el síndico.
Por muy poca plata quedó afuera de la puja el interesado originario, un empresario relacionado con el sector agropecuario y que, aparentemente, es propietario de una cadena de carnicerías en el sur del país y pensaba explotar el frigorífico.
"Le hicieron un 'sandwich' entre Rojas y Smiriglia y, finalmente, le ganaron por muy poco. Rojas estuvo en Cerri y vio la planta, y su postura fue tercera con 2.565.000 pesos. El interesado originario pujó en segunda instancia con 2.571.000 y ganó Smiriglia, con 2.668.000", comentó Jospe.
Cuesta creer que, por menos de 100.000 pesos, cambie radicalmente el destino de una explotación emblemática de todo un pueblo, con una historia más que centenaria.
"Ocurre que, para explotarla como frigorífico, la planta, vieja en sus instalaciones y también en su estructura para lo que son los parámetros actuales de la industria cárnica, se requeriría una inversión de entre 800.000 y 1.000.000 de dólares", sentenció el síndico.
De acuerdo con los edictos, en los primeros días del mes próximo, Manuel Smiriglia tendrá la posesión del frigorífico.
Un hombre de negocios
En diálogo con "La Nueva Provincia", el doctor Daniel Silva, abogado del adquirente del frigorífico, hizo referencia a los terrenos de la planta que, actualmente, están ocupados por el predio deportivo del club Sansinena; por el sector del muelle, cedidos al Club de Pesca, y por el complejo habitacional conocido como Colonia Sansinena, en trámite de expropiación, de acuerdo con un proyecto de ley presentado por la senadora Alicia Fernández de Gabiola.
"Sobre lo que se pueda hacer y que sea para beneficio de todos, no creo que vaya a haber oposición alguna", expresó el doctor Silva.
"Mi cliente es gente de negocios y no tiene intención de perjudicar a nadie. Sé que ha tenido algunas reuniones con gente interesada, pero mi intervención se limitó a asesorar para la compra.
"Por cuenta mía, puedo decirle que, por lo que ví cuando estuve en Cerri, sería un pecado que eso no siguiera funcionando. Más allá de que la especialidad de mi cliente no es la industria cárnica, ojalá alguien pudiera plantearle la posibilidad de hacerse cargo de esa actividad.
"Creo que eso redundaría en un beneficio para la inversión que ellos hicieron y sería algo importante para Cerri, por toda la actividad que se generaría", aseveró el abogado.
La sombra de la Lanera
Aunque pareciera que no todo está perdido, los habitantes de General Cerri no pueden olvidar el lento desfile de los carretones llevándose lo que quedaba de las viejas máquinas lavadoras y secadoras que supieron dar vida al antiguo lavadero de lanas, dejando cráteres siniestros bajo las amplias estructuras de la planta.
Allí también se remataron los bienes muebles, ya que el inmueble, merced a una antigua deuda bancaria, quedó en poder del Banco de la Nación y, en definitiva, tras ser adquirido entre la Provincia y la Municipalidad, estaría destinado a la concreción de un parque agroindustrial.
No queremos pensar que el destino definitivo de una planta que permitió que cerrenses de varias generaciones se ganaran dignamente el pan, sea el desguace.
Por ahora, todo depende de Manuel Smiriglia y de los posibles interesados en negociar con él.
Elba Cufré/Agencia General Cerri