La música que une judíos, musulmanes y cristianos

Redacción de La Nueva.

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 NUEVA YORK (EFE) -- Un creciente número de músicos cristianos, musulmanes y judíos de los Estados Unidos encontraron en rock pesado, el reggae y el hip hop los vehículos idóneos para difundir masivamente su credo religioso y expresar su posición política.

 Bandas como Hip Hop Hoodíos, que combina las culturas latina y judía en sus letras de hip-hop en español, inglés y hebreo, y el cantante de reggae Matisyahu, un judío ortodoxo, son parte de esta tendencia creciente en Nueva York y otras ciudades del país.

 Desde hace ya varios años, Matisyahu sube al escenario con su traje negro, su sombrero y su larga barba para entregarle a Dios y a su público canciones de amor y esperanza al ritmo caribeño del reggae.

 Su propuesta musical llamó la atención de revistas como Rolling Stone y Entertainment Weekly, y su tema: "Rey sin Corona" es, hasta ahora, el único en mencionar a "Hashem" --el nombre judío empleado en lugar del de Dios-- en la programación del popular canal de videos musicales MTV.

 Matisyahu es el rostro más visible de un grupo de artistas judíos que exaltan sus raíces y su religión a través de la música, como So Called, que mezcla el judaísmo y el hip hop, y Gershon Kingsley, que fusiona la tradición judía y la música electrónica.

 Entre los hispanos, los más conocidos son los Hip Hop Hoodíos, una banda liderada por Josh Norek (conocido como Josué Noriega), un judío de raíces colombianas, y el percusionista Abraham Vélez, judío de ascendencia puertorriqueña.

"Un judío por Jesús"

 La canción "Hava Naguila", por ejemplo, proclama "un judío por Alá" y "un judío por Jesús" con la intención de conciliar a quienes profesan distintas religiones.

 Otro artista judío que busca crear un puente entre religiones y culturas opuestas es Ross Filler, conocido como Remedy, y quien se vale del hip hop para hablar sobre el Holocausto en canciones como "Nunca más".

 Su nuevo álbum, "Código Rojo", presenta composiciones de contenido mayoritariamente judío, pero también el tema "Un musulmán y un judío", en el que un cantante palestino presenta la perspectiva musulmana y Remedy la visión judía.

 Al igual que algunos subgéneros de la música cristiana, la música judía contemporánea se hizo popular al asumir sus raíces sin titubeo ni vergüenza, y al incluir abiertamente la religión, pero rechazando al mismo tiempo la clasificación cerrada de música religiosa.

 Los músicos árabes que viven en los Estados Unidos, entre ellos Offendum, Wattad y Ragtop, hacen rap y hip hop con letras que abordan temas religiosos y políticos, como la opresión militar, la situación de los campos de refugiados, Jerusalén, así como la Franja de Gaza y Cisjordania.

 "El hip hop es la voz de la resistencia ante la opresión, y si eres árabe, la política es muy importante, porque afecta tu vida en todos los niveles y formas", dice Offendum, el nombre artístico de Omar Chakaki.

 Los cristianos también le cantan a Dios y en géneros que van desde el rock pesado y el punk hasta el rap, el blues, la música country, el jazz y el hip hop.

 Entre los músicos más populares están Steven Curtis Chapman, Matthew West, Salvador, Natalie Grant, Third Day, Jeremy Camp, Nichole Nordeman y, notablemente, los Casting Crowns, ganadores de un Premio Grammy por su álbum "Canción de vida".

 A diferencia de otros centenares de bandas de rock cristiano en los Estados Unidos, que tienden a obviar cualquier referencia directa a Dios, ésta se distingue por sus mensajes explícitos, como los que lleva el tema "Padre, Espíritu, Jesús".