EE.UU.: una serie recuerda que la poligamia está viva
WASHINGTON (EFE) -- Una nueva serie de televisión pone de relieve en la pantalla chica a la poligamia, una práctica habitual entre los miles de mormones de Utah y Arizona, a pesar de llevar más de un siglo prohibida.
Al igual que Los Sopranos, uno de los mayores éxitos televisivos de todos los tiempos, Big Love (Gran Amor) es una historia de conflictos maritales en una familia atípica.
La diferencia es que en Big Love el protagonista no es un mafioso, sino un acomodado hombre de negocios con tres mujeres y siete hijos.
La serie, que debutó este mes en la cadena de televisión por cable HBO, refleja las vicisitudes de Bill Henrickson (Bill Paxton) para mantener física y materialmente satisfechas a sus tres mujeres.
Henrickson se turna para pasar cada noche con una esposa distinta en una de las tres casas adosadas del barrio residencial de Salt Lake City (en el estado de Utah) donde transcurre la historia.
Esa intensa actividad nocturna lo lleva a atiborrarse de Viagra, su gran aliado a la hora de mantener a la familia contenta.
La promiscua vida marital no impide, de todos modos, que Henrickson y sus cónyuges (Barb, Nicki y Margene) acudan a misa religiosamente, una mezcla explosiva que ha servido, según los críticos, para atraer audiencias.
Marc Peyser, crítico de la revista "Newsweek", mantiene que la nueva entrega de HBO hace un trabajo "excelente" a la hora de explorar por qué alguien querría compartir esposa.
Pero los mormones de la Iglesia de los Ultimos Santos han puesto el grito en el cielo y dicen que el programa es un ejercicio de indulgencia y pereza que "reforzará viejos estereotipos".
Y es que aunque los protagonistas de Big Love no son mormones, la serie recuerda que, pese a ser ilegal, la poligamia está muy aceptada en las recónditas áreas rurales de Utah 116 años después de que la iglesia mormona prohibiese la práctica.
La polémica llega en el peor momento para los mormones, que han visto cómo dos de sus acólitos han escalado hasta importantes puestos de la vida política y temen que la controversia pueda dañar sus ambiciones.
Además del senador republicano por Utah, Orrin Hatch, es mormón Harry Reid, el demócrata de mayor rango en el Senado, como también lo es Mitt Romney, gobernador de Massachusetts, y según todas las apuestas, uno de los republicanos con aspiraciones a la presidencia en las elecciones de 2008.
Los expertos creen que la fe de Romney podría impedirle el desembarco en la Casa Blanca y apuntan que el renovado debate sobre la poligamia tampoco le hará ningún favor.
Pero Big Love no sólo ha reabierto heridas entre los mormones, sino que ha calentado el debate sobre la legitimidad de sistemas alternativos a la pareja y la familia tradicional.
El comentarista conservador Charles Krauthammer fue uno de los encargados de inaugurar la discusión con un artículo en el diario The Washington Post", en el que se pregunta por qué existe un rechazo mayor a la poligamia que al matrimonio homosexual.
Krauthammer recuerda que hasta esta generación el matrimonio homosexual no había sido autorizado por ninguna sociedad conocida en ningún momento de la historia.
"La poligamia, por el contrario, fue aprobada y era común en muchas partes del mundo durante largos períodos históricos, entre los que destaca el Medio Oriente bíblico y la mayoría del mundo islámico", asegura en un artículo reciente.
Puede que los productores de Big Love se froten las manos ante esta acalorada polémica que, según los críticos, se traducirá en mayores audiencias.
Lo que dice Hanks. Tom Hanks, el productor de la serie, dice que su objetivo fue crear una serie con toques de humor que no busca burlarse de un estilo alternativo de vida sino reflexionar sobre el mismo.