Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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Las visitas relevantes de Beatriz Guido y Juan Jusid

La escritora llegó para el estreno, en 1983, de Piedra libre, dirigida por Leopoldo Torre Nilson. El cineasta vino en 1984 para presentar su película No toquen a la nena. El comienzo de las temporadas 1983 y 1984 del Ciclo de Cine Arte contó con la presencia de la escritora Beatriz Guido y el director Juan José Jusid, respectivamente.

La escritora llegó para el estreno, en 1983, de Piedra libre, dirigida por Leopoldo Torre Nilson. El cineasta vino en 1984 para presentar su película No toquen a la nena.




 El comienzo de las temporadas 1983 y 1984 del Ciclo de Cine Arte contó con la presencia de la escritora Beatriz Guido y el director Juan José Jusid, respectivamente.


 Beatriz Guido concretó durante 25 años una fructífera y ponderada conjunción creativa con Leopoldo Torre Nilsson. Colaboró con él en la escritura de varios guiones y le proporcionó material literario para sus películas. Por caso, para La casa del ángel, La caída, La mano en la trampa, Fin de fiesta, La terraza y Piedra libre.


 La escritora llegó a Bahía Blanca el 30 de marzo de 1983 para el estreno de Piedra libre y para hablar sobre el cine de Torre Nilsson. El encuentro se realizó en el Cine Unión y el diálogo abarcó variados temas, incluida su relación afectiva con el director.


 La película fue protagonizada por Marilina Ross, Juan José Camero, Mecha Ortiz y Luisina Brando. El rodaje se concretó en 1975, pero su estreno se demoró varios meses. Inicialmente debía exhibirse a partir del 15 de abril de 1976, pero fue prohibida por el interventor del Ente de Calificación Cinematográfica, el inefable Miguel P. Tato, por "inmoral" y "atacar a la familia y la religión".


 Torre Nilsson había mantenido un controversia con Tato desde el rodaje de Facundo, el tigre de los llanos, en 1952. Con posterioridad a su prohibición, Piedra libre fue rehabilitada por una sentencia del juez federal Jorge E. Cermesoni. El estreno se produjo, finalmente, el 16 de septiembre de 1976.


 La idea del cuento que originó el guión se remonta a treinta años atrás, cuando en ocasión de un viaje a Europa Beatriz Guido descubrió en un museo un grabado titulado La novia de Módena, que mostraba un esqueleto vestido con traje de novia dentro de un arcón.


 La imagen guardaba relación con una leyenda sobre una joven que, temiendo a su noche de bodas, se escondía de su marido en un baúl y moría asfixiada. El tema ya había sido utilizado en La mano en la trampa, pero en Piedra libre es el punto de partida y de llegada del relato.


 El personaje central es Eugenia, hija de cómicos trashumantes, que regresa a su pueblo natal y es asimilada al universo de una anciana rica. Sobre esta historia converge la relación entre las dos últimas descendientes de una dinastía burguesa y unitaria (Amalia Grande y Amalita), y Ezequiel, heredero de "La Divisa Punzó", estancia vecina a la de "Las Amalias".


 Amalita se casa con Ezequiel, pero ante una recriminación de éste, escapa durante la noche de bodas y se oculta en un baúl veneciano, que se convertirá en su tumba.

De lo intelectual a lo comercial.






 Juan José Jusid arribó a Bahía Blanca el 27 de marzo de 1984 para presentar su película No toquen a la nena, una comedia realizada en 1976 sobre un guión de Oscar Viale y Jorge Goldenberg. Los personajes fueron asumidos por Norma Aleandro, Julio De Grazia, Lautaro Murúa, Luis Politti, María Vaner, Patricia Calderón y Julio Chávez.


 Esta película también tuvo algunos inconvenientes con el Ente de Calificación Cinematográfica (léase Miguel T. Tato), pero en especial porque algunos de los intérpretes estaban cuestionados por el régimen militar instalado en marzo de 1976.


 El filme examina con humor el fanático sentido de posesión que tienen algunos padres. En este caso, todo marcha viento en popa para el grupo familiar, hasta la aparición de un joven con pelo largo (un hippie), que se introduce en la casa con ánimo de iniciar un noviazgo con la hija.


 Jusid trabaja el guión como un contrapunto entre dos generaciones: el enfrentamiento entre un padre honesto y explosivo (Luis Politti) y un jovencito (Julio Chávez) igualmente sincero pero muy desorientado, producto de un hogar que no tiene tiempo de quererlo. Jusid ejecuta con igual eficacia la cuerda sensible y el humor.


 Hasta esa fecha (1976), Jusid había dirigido Tute cabrero (1967), La fidelidad (1970) y Los gauchos judíos (1974). Con posterioridad, realizó otras tres películas memorables: Espérame mucho (1983), Asesinato en el Senado de la Nación (1984) y Made in Argentina (1986).


 Pero a partir de esa fecha se pasó de las armas intelectuales (su talento es innegable) y pertrechos cinematográficos al cine comercial más trivial, dispuesto --según su propia confesión-- a no continar perdiendo dinero. Y, en términos económicos, le fue bien.




  Agustín Neifert