Nicolás Quiroga dejó de atajarla para pasar a embocarla
Una historia particular engloba a Nicolás Quiroga, quien definitivamente nació para destacarse en lo deportivo.
Desde los 7 años, quizá porque por sus venas corre sangre de guardavalla, al ser primo segundo del también arquero Oscar "Torito" Quiroga, comenzó en el fútbol debajo de los tres palos.
De ahí no lo movieron nunca y siempre defendió los colores de Vista Alegre, su club de barrio.
Incluso, en los torneos no tradicionales "Ernesto Pilling", en tres años consecutivos mantuvo la valla menos vencida y también sucedió lo mismo --conjuntamente con el premio al mejor jugador-- en un torneo de verano de 2003 organizado por Villa Mitre.
Pero a los 10 años empezó a interesarle otro deporte: el básquetbol. Un amigo lo acercó a los Mini de 9 de Julio, pero desistió porque aún sentía más pasión por atajar.
Poco tiempo después, al año siguiente, un conocido de su padre le insistió para que probara en encestar en Argentino. Allí sí agarró viaje y empezó a dividir su día en tres: el básquetbol, el fútbol y el colegio.
"Al principio se me hacía fácil hacer la cosas a la vez: porque jugaba al fútbol, me iba a almorzar tranquilo y, después, me iba al básquet. ¿Estudiar? Cuando tenía tiempo...", reconoció risueñamente Nicolás.
Sus buenas actuaciones con los guantes y el buzo con el Nº 1 hicieron que, en 2004, se fijaran en él fuera de Bahía Blanca.
"Mario Garberi llevó a varios chicos de mi club a probarse a Buenos Aires para jugar con River. Perdimos 4-0, pero igual quedé seleccionado con otro chico. Pasó el tiempo y volví a hacer otras pruebas, aunque me molestaron las idas y vueltas y no le di tanta bolilla...", aseguró Quiroga.
"Después apareció gente de Defensa y Justicia para ver jugadores acá, en Tiro Federal. Ahí también me llevaron y en la última prueba me eligieron. Fui de vuelta a Buenos Aires en el verano, a Defensa y Justicia, pero no me sentí cómodo y preferí volverme. En febrero tuve otra oportunidad en San Lorenzo pero se me empezaron a complicar los horarios y tuve que decidirme por un deporte. Y elegí al básquet. Ahí largué el fútbol", contó.
--¿Qué tipo de arquero eras?
--No era de salir en los córners, pero tapaba muchos mano a mano y saqué varias pelotas difíciles. Un día que nos jugábamos la punta, ganábamos 1-0 y después nos dieron vuelta el partido 2-1. Empatamos 2-2. Y, faltando cinco minutos, un compañero le hizo penal al delantero rival. Por suerte, se lo pude tapar al tirarme a la izquierda. Poco después hubo un córner, saqué la pelota lejos, la agarró un compañero, hizo el gol y ¡ganamos sobre la hora 3-2!
Su romance con la naranja
Lentamente, el crecimiento físico de Nicolás Quiroga fue de la mano con el aumento de su amor por el deporte de los cestos.
De estar midiendo 1m72 pasó a 1m84 para luego llegar a 1m90. Allí progresivamente llegó a 1m97 de la actualidad, además de ser 48 su número de calzado.
Hoy el cadete de Argentino, que marcha en la segunda colocación en la zona B, con cuatro juegos ganados sobre seis, es el máximo goleador de su equipo y el segundo del grupo: acumula 126 unidades, a razón de 21 por presentación.
--¿Por qué te inclinaste por el básquetbol?
--Porque cada vez estoy pensando más en el básquet y siento que estoy jugando mejor. Progresé bastante.
--¿Cuáles ves como tus virtudes y defectos?
--Lo que mejor hago es agarrar el rebote ofensivo e ir rápido hacia el aro. Después, también cuando agarro el rebote en defensa, a veces, me gusta salir picando yo mismo. Me queda por mejorar el juego en el uno contra uno y también ir más para la izquierda.
--¿En qué te ponen más énfasis los entrenadores?
--Con (Gabriel) Colamarino estoy recién este año,. Toda la vida estuve con Andrés (Iannamico), desde chiquito. El es muy exigente con mi tiro, me hace practicar mucho y también en el manejo de la izquierda. Tiene algo que logra motivarme siempre. Aparte entreno mucho con Juveniles, que juegan distinto y me dan confianza.
--¿En Cadetes el juego pasa por vos?
--Jugamos en equipo, aunque a veces se da que me toca desequilibrar a mí. Pero me gusta hacer jugar a todos, para así tener conforme a todo el equipo.
--Estuviste en la preselección este año.
--Sí. Cuando me llamaron ya estaba conforme con eso, aunque obviamente me gustaría haber quedado. Pero hay chicos que son mejores que yo en el juego. Voy a trabajar para ver si puedo quedar el año que viene: estoy entrenando con pesas lunes, miércoles y viernes.
--¿Cuál es tu meta inmediata?
--Este es mi mejor año como basquetbolista. Mi próximo objetivo sería tener participación en el equipo de Primera de Argentino, para seguir progresando. Además, ojalá que el año que viene, siendo juvenil, me tengan en cuenta para la liga provincial.