Bahía Blanca | Sabado, 28 de junio

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Nostalgia para grandes, divertimento para chicos

Entre nostálgica e hipermoderna se presenta Herbie a toda marcha, una versión reciclada del sesentista Cupido motorizado que logró convocar familias enteras frente a una pantalla de diverso tamaño. Para alegría de la Disney --empresa que detenta la franquicia--, la película filmada en 1968 produjo dos secuelas para el cine, una para la televisión y una serie, todos productos que ingresaron buenos réditos hasta una década después de su surgimiento.






 Entre nostálgica e hipermoderna se presenta Herbie a toda marcha, una versión reciclada del sesentista Cupido motorizado que logró convocar familias enteras frente a una pantalla de diverso tamaño.


 Para alegría de la Disney --empresa que detenta la franquicia--, la película filmada en 1968 produjo dos secuelas para el cine, una para la televisión y una serie, todos productos que ingresaron buenos réditos hasta una década después de su surgimiento.


 Luego llegó la decadencia y el consecuente olvido de los éxitos que popularizaron al personaje central, un Volkswagen "escarabajo" --vehículo curiosamente nacido de la inventiva de Hitler para uso de su pueblo-- extrañamente dotado de inteligencia y voluntad.


 Durante un cuarto de siglo, hablar de "Cupido motorizado" fue patrimonio de algunos memoriosos que delataban su edad a través del recuerdo de sus aventuras.


 Ahora, la productora procura volver a explotar el capital archivado y apunta para ello a una franja entre infantil y preadolescente. ¿Cómo? Con chapa y pintura para el viejo Volkswagen; la "estrella" adolescente del momento, Lindsay Lohan, al volante y una buena campaña publicitaria que en nuestro país se introdujo, incluso, en programas televisivos como Floricienta.


 Es, precisamente, con un recorrido por el glorioso pasado del coche de carreras número 53 que comienza este relato, que coprotagonizan Michael Keaton (Voces del más allá), en el rol de un padre algo machista y sobreprotector, y Matt Dillon (Loco por Mary) en el del villano.


 Luego aparece Lohan como Maggie Peyton, nieta, hija y hermana de corredores que hicieron más o menos historia en el californiano circuito de Nascar.


 Fanática de la velocidad, la chica pasó su adolescencia entre fierros, pero desistió de pilotear un automóvil después de un accidente en el que casi pierde la vida.


 Recién graduada, Maggie debe transcurrir el verano en su pueblo natal hasta su partida a Nueva York, donde tomará un puesto como productora de ESPN. Como premio a su logro, el padre decide regalarle cuatro ruedas, pero nada de un costoso cero kilómetro que además pueda pisar a fondo. Las opciones aparecen en una chatarrería donde Cupido o Herbie espera "su hora".


 Desesperado ante su inminente destrucción, Herbie se desarma en movimientos, bocinazos y sonidos "guturales" para llamar la atención de Maggie y, finalmente, lo logra.


 La chica no sospecha entonces las aventuras y el cambio que en su vida deparará la presencia de este montón de fierros, orgulloso de su pasado y con ánimo de revivirlo.


 Nada nuevo bajo el sol, el filme resulta una derivación de las comedias blancas de antaño con mucho de las adolescentes actuales. No por ello resulta descartable. Muy por el contrario, está hecha en un ambiente agradable, goza de una intensa acción y de actuaciones bien encuadradas, atractivas para las simpatías y antipatías necesarias al efecto esperado de una comedia.


 Los antiguos amantes de "Cupido" quizás encuentren en este desarrollo una excesiva exaltación de la muchacha por sobre el verdadero protagonista. Pero el espíritu del autito, con sus viejos "gestos" --y unos cuantos nuevos que acompaña con otras destrezas, gracias a la digitalización-- mantienen un atractivo que aparenta perdurar por algunas vacaciones más.