Bahía Blanca | Viernes, 27 de junio

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Dos mujeres tras la noble igualdad

Aunque iguales en educación y talento, las mujeres reciben sueldos más bajos que los varones. Contra lo que cualquier enfoque machista pueda suponer, la afirmación precedente no corresponde a una mujer, porque, sobre la brecha que persiste en Latinoamérica entre los sexos en cuanto a educación, participación política y económica, oportunidades laborales, salud y bienestar, quien se manifiesta es Augusto López-Claros, economista jefe del Foro Económico Mundial, en el estudio que tituló "Indice de Desigualdad entre Géneros".


 Aunque iguales en educación y talento, las mujeres reciben sueldos más bajos que los varones.


 Contra lo que cualquier enfoque machista pueda suponer, la afirmación precedente no corresponde a una mujer, porque, sobre la brecha que persiste en Latinoamérica entre los sexos en cuanto a educación, participación política y económica, oportunidades laborales, salud y bienestar, quien se manifiesta es Augusto López-Claros, economista jefe del Foro Económico Mundial, en el estudio que tituló "Indice de Desigualdad entre Géneros".


 Las argentinas, según dicho informe, se posicionan terceras en educación, por delante, incluso, de varios países escandinavos, pero quedan 54º en salud, 55º en participación económica, 29º en oportunidades económicas y 26º en política.


 Las conclusiones de López-Claros encuentran fuerte eco en los dichos de Cecilia Lipszyc, presidenta de la Asociación de Especialistas Universitarias en Estudio de la Mujer, quien indica que, por un mismo trabajo, a una empleada se le paga el 30 por ciento menos (que al varón), aunque asevera que, en los ámbitos científicos y técnicos, la desigualdad llega al 50 por ciento.


 Basada en un censo de 2001, esta socióloga advierte que, si bien surgen indicadores de algunas mejoras, los porcentajes también pueden haberse acrecentado, puesto que la muestra no recogió los datos de la crisis que explotó a fines del año señalado.


 --El esfuerzo de la mujer para afrontar esta crisis, ¿es similar al del hombre?


 --Es más fuerte, porque los roles de la mujer se multiplican: debe hacerse cargo del hogar, de los hijos y salir a trabajar. En los sectores más castigados, la mamá come lo que queda. Y en el norte del país, es la última para todo, porque si hay varones en la familia, ellos tienen la prioridad. En fin, las mujeres somos las que más sufrimos los ajustes.


 "Por cuestiones culturales, la carga mental y emocional es mayor", considera Silvia Natali, presidenta del Instituto Social y Político de la Mujer, con sede en la Capital Federal, quien también dice que crece el número de las jefas de hogar, pese a que, ante las encuestas, muchísimas mujeres, sobre todo del Conurbano bonaerense, por temores o prejuicios ancestrales, responden que tienen compañero, pero no es verdad.


 --¿Qué sucede con el empleo doméstico?


 --Sigue siendo subestimado. Como categoría censal, ocupa el 19 por ciento de toda la población de mujeres económicamente activas.


 Cecilia Lipszyc advierte que, si bien las condiciones son malas en general, en Buenos Aires, se nota una relación de mejor trato y salario, pero afirma que, en el norte, la situación es terrible y alude a una vivencia personal en Salta.


 --Me encontré con una chica de 17 años, mamá de un bebé de meses, que, por 30 pesos al mes trabajaba todo el día en la casaquinta de una familia de clase alta. Ella estaba agradecida, porque le permitían estar con su hijo.

Conciencia y ley




 --¿También hay mayoría femenina en la universidad?


 Natali: --Los mejores promedios corresponden a las alumnas. En todo el país, las egresadas son mayoría, salvo en matemáticas y física, en las que aún no se llega al 50 por ciento, pero, en el resto, las mujeres son más. Tengo que decir que, con esta mala copia del fracasado modelo español de educación, nuestros jóvenes llegan cada vez menos a la universidad.


 --¿Por qué 54º en salud?


 Natali: --El índice registra ese nivel por la falta de acceso a los programas de procreación responsable.


 --¿Qué nota de la gestión gubernamental respecto de la prevención del embarazo adolescente?


 Lipszic: --Por primera vez, hay campañas importantes y sistemáticas, no sólo espasmos, tanto para prevenir el embarazo adolescente como el sida y los abortos clandestinos. Claro, no llegan a todos lados; hay resistencias y falta debate para que se instalen en la sociedad. Pero se está en camino.


 --¿Qué piensa de los cupos en las listas para cargos políticos?


 Natali: --Son un avance, pero estamos en el 30 por ciento, que quedó como un techo. Queda llegar al 50.


 --La discriminación, ¿se supera con la conciencia o con la ley?


 Natali: --Con ambos. Hay, por ejemplo, acuerdos internacionales que aquí todavía no tienen vigencia.


 Lipszyc: --Hace cinco años que hemos elevado al plano constitucional una serie de tratados internacionales de derechos humanos; entre ellos, la convención sobre toda forma de discriminación contra la mujer, que, justamente, es el único que no se aprueba, porque todavía es resistido por sectores conservadores.


 Silvia Natali concluye que, para vencer la desigualdad, hay que cambiar las prácticas culturales desde el interior de cada individuo y, también, exigir responsabilidad a los gobernantes.


 Respecto de los cambios logrados, Lipszyc los atribuye a la lucha de las mujeres y de algunos varones que las acompañaron, pero también aboga por otra actitud cultural, donde la biología no condicione y limite cada destino.

El tráfico




 Cecilia Lipszyc afirma que el tráfico de mujeres es mundial y que, en nuestro país, continúa, aunque no a los niveles del pasado, cuando evoca una red internacional que traía polacas, francesas y judías que eran explotadas en los prostíbulos del porteño barrio de Once.


 --Era una organización europea que, por Buenos Aires, accedía a los demás países. Hasta que, en 1930, una de las víctimas, Raquel Liberman, se animó a radicar la denuncia y, gracias a la decisión del comisario Julio Alzogaray, se activó una gran investigación, que desbarató la red. Los traficantes, por un tecnicismo de la Cámara de Apelaciones, no fueron encarcelados. Hoy, nuestra legislación no castiga a la prostituta sino al proxeneta.


 --¿Cómo es la situación argentina, en comparación con otros países latinoamericanos?


 --No tan grave como la de Ecuador, Colombia o la República Dominicana. En este último país, la mitad de los ingresos son de las remesas que envían las mujeres prostituidas en Europa o en otras partes. De todos modos, las chicas argentinas son blancas y muy buscadas. Este tema excede lo que pueden hacer algunas organizaciones no gubernamentales que van a las provincias y denuncian, pero no siempre se actúa; por eso es necesario un plan nacional.


 --¿Y en el plano mundial?


 --El tráfico de personas es el tercer gran negocio, detrás del de los laboratorios y las armas. Pero armas y tráfico van juntos.

Protagonistas

* Cecilia Lipszyc tiene 60 años, es porteña y madre de un varón. Socióloga por la facultad de Filosofía y Letras graduada en la Universidad de Buenos Aires, trabajó dos años en París y uno, en Bruselas.






 "No conocía Bahía Blanca, por donde pasé hace unos 40 años, de viaje hacia Carmen de Patagones, que me atrajo por su historia".

* Silvia Natali, de 57 años, es whitense, estudió en la Universidad Nacional del Sur y en el Instituto Juan XXIII. Egresada de la Escuela de Servicio Social de Bahía Blanca, hace 20 años que vive en Buenos Aires, donde preside una asociación civil que trabaja en políticas del género, tanto en la Capital como en el interior.




 Muy vinculada afectivamente a nuestra ciudad, a la que viene cada 20 días, considera que las bahienses tienen que asumir mayor participación en los temas que les atañen y tomar conciencia de sus derechos.


 "Es una pena que, desde el gobierno municipal, no se impulsen políticas para la mujer. Y esto sorprende, porque el de la Provincia sí las tiene. Y muchos otros municipios, también".


 Lipszyc y Natali expusieron en la Defensoría Oficial del departamento judicial Bahía Blanca, sobre los avances y retrocesos de los derechos femeninos y las conclusiones surgidas en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas cumplida en marzo último, en Nueva York.

Ricardo Aure/"La Nueva Provincia"