Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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"Rico es un país que sabe", dijo Eduardo Charreau

--¿Qué ha sucedido con la investigación en el país, desde aquella "invitación" que, en 1994, hiciera Domingo Cavallo a los investigadores del Conicet, de ir a lavar los platos? --Aquella frase la dijo Cavallo, pero, con distintas actitudes, la dijeron muchos, con anterioridad: el tratamiento que se dio a la ciencia en la Argentina fue más cosmético que otra cosa.
Eduardo Charreau


 --¿Qué ha sucedido con la investigación en el país, desde aquella "invitación" que, en 1994, hiciera Domingo Cavallo a los investigadores del Conicet, de ir a lavar los platos?


 --Aquella frase la dijo Cavallo, pero, con distintas actitudes, la dijeron muchos, con anterioridad: el tratamiento que se dio a la ciencia en la Argentina fue más cosmético que otra cosa.


 "Recién ahora, con el actual gobierno, he notado, y conste que hace 40 años que estoy en este sistema, que Kirchner tiene bien entendido que la "sociedad del conocimiento" es importante para el país.


 "Es cierto que hay otras realidades que tienen que ser contempladas al mismo tiempo, pero la ciencia podrá ayudar enormemente a salir de esta crisis que parece no tener fin".


 --¿Cómo se manifiesta esa voluntad?


 --El presidente tomó, en estos dos años, medidas que no tuvieron otros gobiernos.


 "Por ejemplo: el sector científico tuvo un aumento de sueldos, mientras que el resto de la administración pública no, pese a que esa decisión le podía haber generado reacciones por todos lados.


 "Son actitudes que muestran la importancia que le da al sector. Por supuesto, no hemos salido del estado de crisis, pero, al menos, tenemos un respaldo al papel que podemos tener para la sociedad".


 --El presupuesto del Conicet, ¿es adecuado para su funcionamiento?


 --No, está por debajo de lo que la institución solicitó, con fundamento, para realizar un plan de crecimiento, pero se va modificando de tal manera que se ha podido hacer muchísimo más de lo que se hizo en los últimos diez años.


 --¿Cómo explica usted al ciudadano del común la importancia de los científicos en el bienestar del país?


 --Lo fundamental es que el habitante sepa el valor que tienen las investigaciones en todas las cosas de la vida. Es lo que llamaría la "apropiación social del conocimiento"; es decir, que conozca, por ejemplo, que, en el refrigerador de su casa, hay metido un montón de ciencia.


 "Los países que van teniendo mayor apropiación de la ciencia van estando mejor".


 --La ciencia marca una diferencia...


 --Mire: hoy día, la distancia entre ricos y pobres se ha transformado en la de los que saben y los que no; la dependencia esta ahí.


 "Es rico un país que sabe, un país cuya ciencia es utilizada para desarrollarse y salir de la dependencia".


 --¿Existe una relación directa o inmediata entre la investigación y su aplicación en la industria?


 --No, los hallazgos no se vuelcan de inmediato. En ningún país usted tiene una relación lineal entre la producción del conocimiento y su aplicación. Esta requiere tiempo y adaptación.


 "Pero sí podemos decir que esa relación se multiplica año a año por factores que no se veían diez años atrás y eso se relaciona con los proyectos de transferencia tecnológica".


 --Una especie de leyenda urbana señala que los científicos argentinos, acostumbrados a manejarse con limitaciones, son los mejores del mundo. ¿Cuánto hay de cierto en eso?


 --No sabría decirle si es así. Es cierto que nuestras universidades siguen generando recursos valiosos y, como la ciencia no tiene fronteras, la posibilidad de que un científico sea tomado por cualquier país es constante.


 "Que el científico argentino sea mejor que los de otros países no sabría decirlo, pero que son buenos, son buenos; eso, sin dudas".


 --Por eso se van con tanta facilidad...


 --Están preparados para hacer un excelente trabajo en cualquier parte del mundo, pero que se vayan no es sólo un problema argentino, también los países como Francia, Inglaterra o Alemania pierden a sus hombres.


 "Lo que pasa es que ellos también reciben de otros países; en cambio, nosotros dependemos de los nuestros".


 --¿Sigue siendo importante la fuga de cerebros?


 --Si bien la diáspora científica no está bien determinada, es cierto que muchos profesionales emigraron.


 "En el Conicet, esa cantidad no varió en estos años. El número de investigadores que deja el Conicet, por distintas circunstancias, es de alrededor de 140 por año; es casi una constante".


 --¿Se los puede retener?


 --Es claro que el profesional que tiene una posición estable y medianamente bien remunerada lo piensa dos veces, antes de emigrar.


 "Lo que ocurrió, además, en nuestro país es que, en la última década, el Conicet no podía incorporar investigadores; entonces, si usted no tiene lugar para hacer ciencia, difícilmente se quede".


 --Es decir, que tenemos pocos investigadores.


 --Sin dudas: Estamos muy lejos usando cualquier tipo de parámetro; aun comparándonos con países de similares.


 "Por caso, Australia tiene seis veces más investigadores que nosotros.


 "También es cierto que, si bien la cantidad de investigadores por habitante está muy por debajo, no así el funcionamiento del sistema, que es razonablemente eficiente".


 --¿A qué tipo de investigaciones se dedica, fundamentalmente, el científico argentino? O, planteado en otros términos, ¿cuáles son sus materias menos desarrolladas?


 --Diría que prácticamente en todas las áreas de la ciencia hay vacancias. Son muy pocas las investigaciones que se realizan en las distintas disciplinas.


 "Respecto de las más importantes a desarrollar, pensaría en las comunicaciones y la informática como disciplinas prioritarias, al igual que la biotecnología.


 "Eso en disciplinas duras, pero, cuidado, que los trabajos en materias humanísticas son importantes para situaciones de crisis, donde se necesitan estudios sobre inclusión social, pobreza y trabajo".


 --¿Se puede revertir esta carencia de investigadores?


 --Estamos muy esperanzados en esto, porque el presidente Kirchner acaba de anunciar que duplicará la cantidad de investigadores y becarios en los próximos cinco años.

Acerca de la Casa Coleman






 Presente en la habilitación de la Muestra de Ciencia y Tecnología que el Conicet y Fundasur desarrollaron en la remodelada Casa Coleman, de avenida Alem 53, Charreau destacó la importancia de la educación "no formal" para el desarrollo social del conocimiento.


 "Está demostrado que las organizaciones que divulgan la ciencia, incluido el periodismo, conforman un factor clave para que la población sepa de su importancia. Por eso mi entusiasmo por la inauguración de esta Muestra. Está comprobado que la ciencia crece o florece en aquellas sociedades donde la cultura es importante, donde el campo esta más preparado".
Mario R. Minervino