Kirchner y Duhalde en una foto de protocolo
Si no hay marcha atrás de último momento, los Kirchner y los Duhalde se encontrarán hoy en el Senado y hasta probablemente terminarán posando para una foto institucional, las llamadas "de oportunidad". El milagro podría ocurrir como consecuencia de la presencia de Cristina Fernández y de "Chiche" Duhalde en el recinto de la Cámara Alta para jurar como senadoras por la provincia de Buenos Aires, ceremonia a la que se sumará José Pampuro, una vez superados los requisitos legales que demoraron ese trámite en una semana.
Del lado de la Casa Rosada, se decía ayer que el presidente está dispuesto a asistir al juramento de su mujer. Si bien no hay nada escrito en la agenda, se sostiene que si el santacruceño estuvo en la jura de su hermana Alicia como diputada por Santa Cruz, con mucha más razón lo hará ahora.
Los Duhalde, por su parte, retornaron el lunes desde Montevideo, luego de que el ex caudillo bonaerense dejara la Comisión Ejecutiva Permanente del Mercosur en manos de su sucesor, Carlos "Chacho" Alvarez.
Desde uno y otro bando, llaman a no engañarse por la posibilidad de esa foto de familia. Por un lado, hay quienes alentaron el dato de un acercamiento entre los Kirchner y los Duhalde desde que, sorpresivamente, para su estilo eternamente confrontativo, el jefe de Estado elogió la tarea de su ex socio y ahora enemigo al frente de aquella comisión regional. Voceros gubernamentales sostienen que se trató sólo de "un gesto cívico" y que, en todo caso, la ponderación hacia el hombre de Lomas de Zamora se vinculó "exclusivamente" con su tarea en el Mercosur.
A su turno, voceros de Chiche Duhalde advertían ayer que la tarea que tiene por delante la flamante senadora no será ni blanda ni condescendiente con la Casa Rosada.
Esos confidentes anticiparon que en lo que se espera sea todo un golpe de efecto comunicacional, Chiche convocará a una conferencia de prensa apenas jure delante del vicepresidente Daniel Scioli. Allí, lo primero que hará será disparar munición gruesa contra dos aspectos centrales de la gestión del gobierno de Kirchner.
Por una parte, criticará sin dobleces el proyecto oficial para reducir el número de miembros del Consejo de la Magistratura. Esa iniciativa tiene el sello personal de Cristina Fernández, a quien secundó el menemista convertido al kirchnerismo Jorge Yoma, que ahora gozará de la comodidad de la embajada en Méjico. La mujer de Duhalde no tendrá empacho en criticar esa iniciativa, porque incrementa riesgosamente la influencia de la Casa Rosada sobre la designación y el enjuiciamiento de magistrados y, en consecuencia, la injerencia del Ejecutivo sobre el Judicial.
La siguiente crítica de Chiche estará referida a un tema sensible para Kirchner, más que para Cristina, como es la sospecha de manejos poco claros en los fondos destinados a solventar planes sociales. Sus confidentes dicen que el de la ayuda social es un tema en el que "la señora se mueve como pez en el agua". Y sabe, además, que le pega a Kirchner donde más le duele: abrir sospechas de corrupción en la administración del santacruceño. Ya se vio cómo él fue a Roberto Lavagna por haber sugerido manejos poco cristalinos con licitaciones de obras públicas a cargo de Julio de Vido.
Los voceros de la casona de Lomas de Zamora ratifican que Hilda Duhalde formará, a partir de hoy, un bloque unipersonal, y que no se sumará de ningún modo al rancho aparte que prometen formar los senadores Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá. En especial, no lo hará con el puntano, quien ya dio muestras de querer acercar posiciones con la Casa Rosada.
"Ella será una senadora muy crítica de las políticas del gobierno; no se va a callar nada", sostiene uno de los hombres que la acompañaron de sol a sol durante la campaña electoral.
Ratifican, al mismo tiempo, que la aparición fugaz de Duhalde en la ceremonia de hoy, salvo cambios de agenda de última hora, sólo significa eso: estar al lado de su mujer en el juramento. "Se ha retirado de la política, aunque hablará con Chiche y con la gente del Bloque Federal de Diputados para hacer un seguimiento crítico del gobierno", aclaran esos confidentes.
Por ahora, hoy se verán seguramente las caras los cuatro actores principales de la política argentina de los últimos tres años, por imperio de una ceremonia protocolar. Todo parece sugerir que no pasará de ahí.
Eugenio Paillet/"La Nueva Provincia"