El hospital de Buratovich goza de buena salud
Las cuestiones vinculadas con la salud de los habitantes de la localidad de Mayor Buratovich, en el distrito de Villarino, se están reponiendo en forma lenta, pero firme.
Luego de un tiempo teñido con no pocas polémicas --por guardias médicas que no cumplían con su trabajo, ambulancias que llegaban tarde, muerte de pacientes y tres meses de intervención municipal-- el hospital menor Doctor Juan B. Sartori ha retomado su cauce normal, gracias a una dirección prolija y permanentemente preocupada por sus pacientes.
En esto tiene mucho que ver la llegada del doctor Eduardo Daniel Krutti, quien asumió como director del nosocomio en marzo de este año.
A su llegada desde Rivadavia, provincia de Salta, promovió la creación de un registro de historias clínicas para cada uno de los pacientes y una reorganización administrativa en cuanto a la farmacia, la administración y las estadísticas del hospital.
Hoy en día, y luego de casi seis meses de incesante trabajo, ya se llevaron a cabo unas 3 mil historias clínicas (se habían realizado unas 600 durante la intervención municipal).
"También tuvimos que preparar al personal, e incorporar más gente en la parte administrativa", señaló el doctor Krutti.
El plantel de la institución consta de más de 20 empleados, entre los que se cuentan tres personas en la administración, dos en el sector de limpieza, dos cocineras, 7 enfermeros, una psicóloga, pediatras, obstetras, ginecólogo, odontólogos y médicos de guardia.
"Las necesidades básicas las tenemos cubiertas. Contamos con un laboratorio y un equipo de rayos (radiografía) tercerizados. Además, cada 15 días tenemos el servicio de ecografía", dijo el director del establecimiento.
Sin embargo, en lo que se refiere a cirugía no se hace nada, y se derivan todos los casos al Hospital Interzonal Penna, en Bahía Blanca, del mismo modo que las urgencias.
"Sí realizamos internaciones de baja complejidad y clínica general, para lo que contamos con 13 camas. De cualquier manera, no siempre se ocupan todas, ya que tenemos épocas con mayor y menor demanda", agregó Krutti.
Plan Remediar
Desde abril pasado, el hospital recibe siete botiquines del plan nacional Remediar, por el cual se otorga medicación básica (para tratamientos simples) a quien la necesite, de acuerdo con la patología que presente.
"Remediar es un plan que implementa la Nación, por medio del ministerio de Salud, y con financiamiento internacional hasta 2007. De esta manera, el municipio ahorra bastante dinero; y eso permite reinvertir en otros medicamentos", explicó Oreste Retta, director de Salud, Desarrollo Humano y Acción Social de Villarino.
Los fármacos se entregan a cada inspector (hospital o sala médica) y desde allí se le otorga a cada beneficiario.
En tanto, la cantidad de botiquines se establece de acuerdo con el número de prestaciones mensuales que se realicen (el mínimo es 50).
La entrega de medicamentos también se efectúa de acuerdo con la temporada, ya que algunos sólo son necesarios en determinados momentos del año.
Para entregar cada fármaco se prepara una receta, con la que el paciente pasa por la administración del hospital. Allí se le entrega la medicación recetada y se la registra en una planilla, en la que se especifican ciertos datos del paciente, como el peso, el grupo familiar o el número de documento, entre otros.
En ella también se anota el diagnóstico del médico, que es elevada a la Nación junto con otra planilla que contiene los recetarios generales, que permiten una reposición de los productos.
"Así, desde el ministerio de Salud pueden observar qué medicamentos quedan aquí y cuáles son los que necesitamos", añadió Retta.
El funcionario municipal de Villarino indicó que, en lo que se refiere a psicofármacos, se está trabajando con el Hospital Regional Penna de Bahía Blanca, ya que en el distrito de Villarino no hay un farmacéutico municipal.
"Esto último no se justifica si no se elaboran medicamentos. Y sólo para entregarlos, menos aún", dijo Retta.
Obras de construcción y ampliación
El Hospital Municipal Doctor Juan B. Sartori ha sufrido una serie de remodelaciones en los últimos meses, destinadas a mejorar el funcionamiento administrativo y el trato a los pacientes.
"Llevamos a cabo algunas ampliaciones, como un consultorio de guardia, que fue inaugurado hace unos pocos días", explicó el doctor Krutti.
"También cambiamos algunas cosas de lugar y, donde antes estaba el consultorio, pasarán a estar la administración y el archivo de historias clínicas, a fin de organizar el sistema de atención", agregó.
De la manera en que estaban ubicadas estas oficinas con anterioridad, el paciente tenía que ingresar a la parte trasera del edificio, para acceder a las documentaciones y después volver al sector delantero para que lo atienda.
"Desde ahora, primero podrá acceder a la administración y después a los consultorios", comentó el director del nosocomio, quien explicó que otra de las intenciones que persiguen estas obras es la separación del sector de guardia de los consultorios.
Además, se está construyendo una sala médica en el barrio Matadero, que se encuentra a más de 20 cuadras del hospital, para facilitar el acceso de los vecinos a la salud, que contará con la atención de una enfermera y de un médico de guardia.
"Esto nos permitirá descomprimir el nosocomio. Pensamos que va a estar listo para fin de año. Allí están trabajando beneficiarios de planes sociales. Los materiales los provee el municipio", aseguró Krutti.
"Además, nos permite descentralizar, ya que a veces se junta mucha gente en el horario de consultorio, coincidiendo con personas que vienen a buscar leche o bien a vacunarse", amplió.
Una sensación de renovación y cambio
El secretario de Salud, Desarrollo Humano y Acción Social de Villarino, contador Oreste Retta, destacó que la sensación de renovación y cambio dentro del hospital de Mayor Buratovich es palpable, sobre todo luego de la designación del doctor Krutti, al margen de las obras que se realizaron.
"Tenemos una mayor comodidad, y una mejor capacidad de respuesta por parte de la entidad. Estamos más que satisfechos con la labor del doctor (por Krutti) y por el accionar de la asociación cooperadora, que colaboró con la comuna para llevar a cabo las obras", manifestó.
Retta señaló que, con la llegada del profesional médico al hospital, se buscaba una mayor dedicación y una personalización en la atención a los pacientes.
"El buen resultado que hemos conseguido se debe, seguramente, a la experiencia que ha ido acumulando en otros lugares donde ejerció la profesión, y que ha trasladado acá. A todo eso, tenemos que agregarle los medios para que pueda satisfacer sus objetivos", remarcó.
"Creo que ha dado una visión distinta al tema de la salud, como (por ejemplo) la importancia de los controles o de la medicina preventiva para evitar que llegue la enfermedad", continuó Retta.
"Todo eso es bueno, porque la gente está acostumbrada a no concurrir al médico hasta el momento en que está enferma --aclaró--. Eso es caro para nosotros, y malo para la gente".
Por su parte, el doctor Krutti comentó que todo lo realizado fue un cambio que vino de la mano junto con la demanda de una mejor prestación de servicios, sumada al paso del tiempo.
"Estamos luchando para que esto avance y que cada día sea mejor. Y tratamos de llevarlo adelante, teniendo en claro que, en este lugar, la necesidad es diaria", manifestó.
La atención primaria de la salud
El hospital se encuentra trabajando en un programa de medicina preventiva, de acuerdo con las directivas enviadas desde la Nación, focalizándose en la atención primaria de salud e intentando acercar la medicina a la gente.
En Mayor Buratovich, un claro ejemplo de esto es la sala médica que se está construyendo en el barrio Matadero, lugar que se encuentra a más de 20 cuadras del nosocomio.
"La intervención que se hace en este barrio tiene, y no tiene que ver con medicina..., porque desde Acción Social estamos pidiendo que sea incorporado al Promeba (Programa de Mejoramiento Barrial), ya que es el sector más carenciado del distrito", consignó Retta.
Según explicó el funcionario, el Matadero se formó como un asentamiento para los inmigrantes que se acercan a la región a trabajar en la cosecha de cebolla.
Krutti explicó que, gracias a las historias clínicas, es posible discernir cuántas personas llegan desde otros lugares, ya que en ellas se incluyen las identificaciones.
De esta manera, y en razón de todos estos datos, semanalmente son enviados a Región Sanitaria informes sobre problemas respiratorios, diarrea o meningitis, entre otros.
"Así logramos una suerte de referencia-contrarreferencia. Si bien no necesitamos las historias clínicas para conocer la realidad que tenemos, sirve para que los médicos de guardia (que no son de aquí) sepan con qué se puedan encontrar", explicó Retta.
El secretario de Salud y Acción Social de Villarino agregó que el distrito ostenta, en la actualidad, el mayor índice de tuberculosis de la región sanitaria: 94 casos cada 100 mil habitantes. La media, en la provincia de Buenos Aires, es de 35 casos.
"Más allá de estos números, la enfermedad está controlada", aseguró.
Retta recordó que, a principio de este año, Villarino realizó, junto al distrito de Patagones, un estudio a unos 4 mil trabajadores, quienes son los potenciales portadores de enfermedades.
"Practicamos una reacción de Mantoux (estudio por el que se mide el grado de infecciosidad que existe para la tuberculosis) a cada uno de ellos, y estamos dentro de los parámetros normales", señaló la doctora Patricia Cobello, directora de Salud Preventiva de Villarino.
Durante el transcurso de ese estudio, se aprovechó para buscar otras patologías, ya que se proyecta realizar, en un futuro cercano, un libreta sanitaria para los trabajadores.
"También encontramos hidatidosis, mal de chagas y brucelosis, con un alto índice en el segundo caso, por lo que nos tenemos que poner a trabajar en su prevención", agregó.
Para ello, se pondrán detectores de vectores (de esta manera se le llama a todo lo que transmite una enfermedad), para tratar de encontrar vinchucas y ver si las que hay en la zona son infecciosas.
"Hay que tener en cuenta la magnitud del estudio realizado, porque nuestro distrito no alcanza los 30 mil habitantes y en el proyecto se tomaron unas 4 mil muestras", destacó la profesional.
Una vida dedicada a los demás
El doctor Eduardo Daniel Krutti nació en la ciudad cordobesa de Unquillo, hace 50 años.
Luego de estudiar química, abandonar la carrera, casarse, dar clases en un instituto para menores, concebir su único hijo, retomar los estudios para graduarse de médico y trasladarse a Rivadavia (Salta) para ejercer su profesión, decidió recalar en Mayor Buratovich.
"Fue el destino el que me trajo. Vine a pasear para conocer a mi futura nuera y, con mi hijo, a mi mujer y a mí nos propusieron que nos quedáramos", comentó.
Por esos días, él estaba viviendo con su mujer --Nelly Celia Fanuz--, en Rivadavia, al sur del río Bermejo en la provincia de Salta, donde se desempeñaba como médico general.
"Pasa que mi único hijo (Eduardo Alejandro) se desempeña como suboficial en la base aeronaval Espora, y comenzó a salir con la hija del chofer de la ambulancia de Médanos... El contacto con la gente de Salud de Villarino nació desde allí", recordó.
Su especialidad es la medicina general, a la que se dedicó porque en el norte, debido a las necesidades que existen, es imposible dedicarse a una en particular.
"Me ha pasado de todo, como abrir un forúnculo, o que muera alguien porque llegamos tarde, o hasta tener que secuestrar un niño (con el apoyo de la policía) para poder salvarla la vida", relató Krutti.
"Esto se debe a la cultura de los aborígenes, que tienen miedo del médico y de sus agujas. Decían que no había que llevar a los chicos al hospital, porque le ponían inyecciones y los mataban", agregó.
"Entonces, era necesario ir y sacar al niño de los brazos de la madre para poder salvarlo... Lo tuvimos que hacer varias veces --continuó el médico--. Estas situaciones les permite a uno a usar todos los medios y la imaginación para salir airoso".
Destinos
Si bien desde pequeño soñó con ser médico, la universidad de Córdoba lo sorprendió estudiando química, carrera que abandonó porque sentía que le faltaba algo.
"En ese momento comencé a dar clases en un instituto de menores, y hasta trabajé como camionero. Pero siempre me preguntaba por qué no había terminado medicina", manifestó Krutti.
Hasta que se decidió a recomenzar sus estudios.
Claro que, para ese entonces, ya estaba casado, era padre de un niño y estaba establecido nuevamente en Unquillo.
"Cuando estaba estudiando, ya hacía las prácticas en mi pueblo todos los sábados y domingos, y era el médico del pueblo --rememoró--. Una vez recibido me fui a Salta, donde empecé a trabajar... Y acá estoy ahora".
¿Qué pasó?
El 18 de octubre de 2003, la comuna de Villarino intervino al hospital de Mayor Buratovich debido a "problemas leves de funcionamiento, propios del desgaste y la falta de recambio de autoridades", según se sostuvo entonces.
Hasta ese momento, el nosocomio estaba bajo la dirección del doctor Daniel Toubes, quien, un mes más tarde, fue suspendido del cargo y reemplazado por la doctora Patricia Cobello.
Los problemas habían surgido debido al mal funcionamiento de las guardias, al horario de atención al público y a las falencias en el mantenimiento de las historias clínicas.
Además, una paciente había fallecido --presuntamente-- debido a la tardanza de la ambulancia del nosocomio, que había llegado a buscarla una hora después que la habían llamado.
Nueva ambulancia
Desde el 23 de agosto último, el municipio de Villarino entregó una ambulancia nueva (Renault Kangoo) al nosocomio, que se sumó a la anterior (Chevrolet Corsa) que ya poseían. Ambas unidades están equipadas con tubos de oxígeno, una camilla plegable que permite ser manejada por una sola persona, implementos para accidentes de tránsito, y un botiquín con toda la medicación necesaria para una emergencia, como sueros y analgésicos, entre otros.
Voces
"Con el doctor Krutti el hospital funciona bien. Tanto la atención, como la entrega de medicamentos, están bien. Se nota el cambio en la conducción". Sgarabato Alejandra
"Desde la llegada del nuevo director, el hospital trabaja de muy buena manera. Y funciona todo bien. Además, se están realizando muchas obras. Faustina Cruz
"Vengo muy seguido aquí y todo está funcionando bien. Sin dudas, se nota el cambio respecto de la administración anterior". Demetrio Morales
"Hasta ahora, el funcionamiento es muy bueno. Sería necesaria una mayor atención de parte de los médicos, porque hay que esperar mucho para que atiendan". Rosario Alfaro
"Hay un poco de atraso con algunos medicamentos. Y la atención es `más o menos'. Sería bueno que algunos trámites se realicen en forma más rápida". Enrique Barrera
"Me parece que la atención es muy buena y cubren las necesidades que tiene cada uno. El cambio que se está dando ahora es notable". María Alfaro
Hernán Guercio/Especial para "La Nueva Provincia"