Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

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Ovaciones: dos noches con la banda que más gente convoca

"Los quiero felicitar por la medalla de oro (al básquet). Sabemos que Bahía tiene mucho que ver con eso". Ovación para Andrés Ciro Martínez. Debe ser más o menos la sexta y recién va el intervalo entre el cuarto y quinto tema. Después, el ineludible "Ar-gen-ti-na, Ar-gen-ti-na". Los comportamientos de la gente a veces son muy extraños, difíciles de explicar o comprender. Y así como hay una creencia con bastante de realidad que dice que el público bahiense es frío, también es verdad que cuando vienen Los Piojos, Bahía Blanca parece otro lugar: mucho canto, mucho grito, mucha bengala, mucho movimiento.
Líder. Andrés Martínez volvió a demostrar su notable dominio de la escena. (Adrián Fortunati-LNP)


 "Los quiero felicitar por la medalla de oro (al básquet). Sabemos que Bahía tiene mucho que ver con eso".


 Ovación para Andrés Ciro Martínez. Debe ser más o menos la sexta y recién va el intervalo entre el cuarto y quinto tema. Después, el ineludible "Ar-gen-ti-na, Ar-gen-ti-na".


 Los comportamientos de la gente a veces son muy extraños, difíciles de explicar o comprender. Y así como hay una creencia con bastante de realidad que dice que el público bahiense es frío, también es verdad que cuando vienen Los Piojos, Bahía Blanca parece otro lugar: mucho canto, mucho grito, mucha bengala, mucho movimiento.


 Está bien que la banda de Ciro y compañía siempre trae algo nuevo. Y no falta el respeto. Llega con despliegue escénico, de sonido, luces y pantalla gigante. Lo más parecido a sus conciertos en Buenos Aires, salvando distancias imposibles de acercar.


 El resto, lo hacen las canciones. Necesito, Chac tu chac, Ruleta, Pistolas o el hiperclásico Tan solo, cantado íntegramente por el público, fueron algunos de los que llevaron el peso de los shows de sábado y domingo en Universitario.


 En el medio, una joya que también es marca registrada. Los músicos se corren de la escena y la pantalla muestra el pie de micrófono del cantante, donde cuelga un par de botines histórico, marca Puma para más datos.


 Entonces empieza a sonar uno de los mejores temas de Los Piojos, Maradó, y una masa de casi 3 mil personas se pone a bailar como si fueran autitos chocadores, aunque sin autitos.


 "Es la nueva sensación/ la nueva generación/ es un salto/ es un frenesí", describe Ciro en su último hit pugilístico, Como Ali.


 En lo técnico-musical, es casi una obviedad destacarlo, pero el grupo alcanzó un punto de solidez quizás óptimo (y la palabra "quizás" está usada porque todo es perfectible), que los aleja definitivamente de algunos primeros recitales (siempre tomando en cuenta los que dieron en Bahía desde hace casi 10 años) en los que, agudizando un poco la exigencia, todavía había pequeñas fisuras.


 Eso ya no existe y salvo por algún momento en el cual Ciro deja el micrófono principal al guitarrista "Piti" Fernández, la curva va todo el tiempo para arriba.


 Por ejemplo, cuando el vocalista toca el himno nacional en armónica, en el homenaje a Sumo con un tramo de La rubia tarada, o cuando arman un videoclip en vivo para los bises, vestidos con batas de boxeadores, para hacer Como Ali y terminar a pura murga, bajo otra ovación, con El balneario de los doctores crotos.

Dos más. Chucky en teclados y el Changuito Farías Gómez en percusión se sumaron a la Gira Patagónica 2004 que concluyó anoche en nuestra ciudad. La formación estable es Andrés Ciro Martínez (voz, guitarra y armónica), Gustavo Kupinski (guitarra), Daniel "Piti" Fernández (guitarra), Mickie Rodríguez (bajo) y Sebastián Cardero (batería). Unas 5 mil personas los vieron, entre los dos shows.

Maximiliano Allica/"La Nueva Provincia"