La Bersuit y una recorrida visceral por la Argentina
Ya transformado en uno de los grupos vitales del rock argentino, Bersuit Vergarabat acaba de meter una serie de ocho shows consecutivos ante un Luna Park efervescente y blanquiceleste, con los temas de su reciente álbum doble La argentinidad al palo, su disco más conceptual y ambicioso.
Crudeza, testimonio, ironía, libertad, marketing, liviandad, alegría, despreocupación, pesar y ritmo conviven en el cóctel en que la Bersuit se regodea en un vale todo honesto y bestial.
En esa mirada abarcadora, el octeto abrió una saga de noches musicales de unas tres horas cada una, con casi una treintena de canciones, y reuniendo imágenes que mezclaban los conciertos que la agrupación ofreció en abril de 2003 en el mismo ámbito, las de la grabación de La argentinidad....
También, las de corte histórico que realizó para ser portada de la edición local de una revista de rock multinacional con casa central en Estados Unidos.
La esperada fiesta de abajo se desató inmediatamente después, acompañando los acordes del hit La soledad con bengalas y una colectiva necesidad de cantar, saltar y vocear bajo la batuta de ese anfitrión del descontrol que es el cantante Gustavo Cordera.
Desde ese rol, el Pelado fue capaz de pedir un poco de calma y observación para que el drama de las inundaciones en Santa Fe que se aborda en Otra sudestada pudiera ser visualizado.
Además resultaron antídotos contra la pasión extendida algunos de los no tan conocidos temas del último CD, pero esos remansos no resistieron el vendaval argentino a la hora de Mariscal Tito, El baile de la gambeta, Negra murguera, Un pacto, Amores perros, La parca, Es importante, Tuyú, Yo tomo, La bolsa y La oveja negra.
A lo largo de ese recorrido pasional y emotivo varias veces adornado por el grito "¡Argentina, Argentina!", la ajustada banda bañada por un sonido impecable y una certera puesta lumínica, recibió las visitas de varios ilustres como Ariel Prat, Lito Vitale y los integrantes de La Mancha de Rolando.
El poderío explícito se derramó a la hora de la despedida con el esperado La argentinidad al palo que sin las imágenes del video rodado por Jorge Lanata, igual impactó por la presencia de cuatro parejas bailando juntas desde sus diferencias (entre los personajes se contaron un obrero, un oficinista, un punk y una enfermera) y uniéndose al final, desprovistos de sus individualidades, para agitar banderas celestes y blancas.
El estupendo Murguita del sur y el enjundioso El viento trae una copla (acompañado por una lluvia de papeles cromados y una multiplicación de enseñas nacionales) clausuraron una noche donde el ser argentino pareció una cuestión sanguínea, múltiple, contradictoria e inevitable.
Sergio Arboleya/Agencia Télam