Impulsan mayores medidas para controlar la población de ratas
Debido al éxito del programa de control de plagas desarrollado en jurisdicción de las delegaciones municipales de Ingeniero White, Villa Rosas y Harding Green, de ahora en más se aplicarán los mismos mecanismos en otros sectores de la ciudad.
La idea es trabajar en cada barrio con sus propios vecinos e incorporar beneficiarios del plan Jefas y Jefes de Hogar para la colocación de cebos. Además, se buscará capacitarlos en tareas de desratización.
"Si bien ya veníamos realizando este tipo de tareas, ahora queremos expandirlas hacia las restantes delegaciones municipales que funcionan en la ciudad", explicó Hugo González, jefe de división del departamento municipal de Saneamiento Ambiental.
En ese sentido, se trabajará por sectores: periferia, centro y microcentro, además de lugares de tránsito.
El primero ya está en marcha. Allí colabora gente de los mismos barrios y beneficiarios de planes sociales. "Está bien desarrollado y varios, en vez de hacer mantenimiento de una plaza, se abocan a la desratización", explicó González.
Aseguró que llegan unas nueve denuncias por día, y ninguna pertenece a Ingeniero White, Villa Rosas o Harding Green, donde se trabaja desde hace años; lo cual indica --a su entender-- que todo está bien en esos sectores. Esa es la razón por la que quieren ampliar el espectro de cobertura.
Como aseguró, el proceso de cada tratamiento lleva mucho tiempo y, por esa razón, ahora se quiere optimizar los recursos utilizando beneficiarios de los planes Jefas y Jefes de Hogar.
En el centro y microcentro el caso es distinto. Allí se trabaja en comercios, depósitos y casas abandonadas. A partir de ahora, el objetivo es acompañar la limpieza con educación ambiental: "estamos preparando un proyecto para que la gente se cuide de una forma consciente y no tenga que ir un inspector a decirle que tiene que cumplir con una ordenanza", señaló el funcionario municipal.
La última etapa se hará en los lugares de tránsito: cloacas, caños y tuberías. Allí las ratas no anidan, pero sí pasan. Para esos casos se trabajará con Aguas Bonaerenses S.A (ABSA), con quien se elaborará un diagnóstico para atacar los problemas en cloacas. Se hará lo mismo en todos los sectores donde estén instalados muchos caños, como las empresas telefónicas.
Plaza Rivadavia
Finalmente, y con relación a los roedores en la plaza Rivadavia, González dijo que se trabaja de a poco y con las empresas relacionadas. "Allí es necesario contar con muchos recursos", agregó.
El programa diseñado apunta a sectores con población de bajos recursos y espacios verdes, donde las empresas de control de vectores no llegan.
Con referencia al control de mosquitos en la ciudad, el funcionario mencionó que se aplica el mismo cronograma mensual de la gestión anterior, aunque está abierta la licitación para comprar otro equipo.
No obstante, el mecanismo empleado no ha sufrido modificaciones. Las tareas se cumplen todos los días (de tarde y de noche, menos los domingos) por distintos barrios, con una fumigadora montada en una camioneta.
"Sé que la gente demanda más, pero no nos dan los horarios. Esperamos poder aumentar las frecuencias próximamente", dijo.
Dos tipos principales
En Bahía Blanca existen dos tipos principales de ratas: la gris de Noruega y la negra, también denominada rata de los techos o de los barcos.
* La primera de estas especies es la de mayor volumen corporal y peso, pudiendo alcanzar los 500 gramos y una longitud máxima de 45 centímetros.
No es muy proclive a permanecer en el interior de las viviendas, sino en desagües, cloacas, alcantarillas u otras madrigueras; sobre todo en proximidades de los cursos de agua.
Tiene mayor aptitud para caminar y nadar, no así para trepar. Durante las noches puede recorrer un máximo de 3 kilómetros hasta encontrar alimento.
En el plano local se la suele ver con mayor frecuencia en la zona portuaria, arroyo Napostá y entubado.
* En cuanto a la rata negra, su peso oscila entre los 200 y 300 gramos, pudiendo medir hasta 40 centímetros de longitud. A diferencia de su congénere noruega, su cola es más larga que el cuerpo.
También posee mayor aptitud para saltar y trepar. Habita en árboles, techos, terrazas y depósitos de basura, así como en árboles y palmeras (plaza Rivadavia, por ejemplo).
* Otro roedor común en nuestra geografía urbana es la laucha o ratón. Tiene un peso promedio de 25 gramos y compite ventajosamente frente a las otras dos especies por su menor tamaño, entre 15 y 20 centímetros (incluyendo la cola), ocupando lugares pequeños.
Los especialistas sostienen que la convivencia entre ratas noruegas o negras resulta imposible. Ambas tienden a ocupar distintos nichos ecológicos y donde existen las primeras (más agresivas) no lo hacen las segundas.
El microcentro es el sector más afectado
A fines del año pasado, cuando las ratas que habitan en la plaza Rivadavia sorprendieron a cientos de personas que presenciaban un espectáculo artístico mientras realizaban piruetas en las copas de los árboles y cables del tendido eléctrico, funcionarios comunales no dudaron en calificar al microcentro como el sector más afectado.
En tal sentido, dijeron que los mayores problemas se evidencian tanto en la manzana del club Argentino como en la de la Biblioteca Rivadavia.