Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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Un chico simple que no se deja caer en la tentación

"Soy una persona normal, con sus días buenos y malos". La frase surge, muy despacio, entre las reflexiones de Nicolás Cabré, uno de los actores jóvenes con mayor éxito del momento. Veamos. Se desempeña junto a Adrián Suar y Antonio Grimau en la miniserie Sin Código --que se emite en Bahía Blanca por Canal 7--, y va por su segundo protagónico junto a Alfredo Alcón, en la obra El gran regreso, la misma que la semana pasada colmó tres funciones en el Teatro Municipal.




 "Soy una persona normal, con sus días buenos y malos". La frase surge, muy despacio, entre las reflexiones de Nicolás Cabré, uno de los actores jóvenes con mayor éxito del momento.


 Veamos. Se desempeña junto a Adrián Suar y Antonio Grimau en la miniserie Sin Código --que se emite en Bahía Blanca por Canal 7--, y va por su segundo protagónico junto a Alfredo Alcón, en la obra El gran regreso, la misma que la semana pasada colmó tres funciones en el Teatro Municipal.


 "Me contiene mi familia", explica cuando alude a la manera de cómo controlar su ego y mantener sus pies sobre la tierra.


 "Mi papá es taxista; mi mamá trabaja como auxiliar en una escuela, mi hermano en una distribuidora, y yo, en esto. Pero soy igual que ellos. Tengo la posibilidad de hacer lo que me gusta y que me da acceso, tal vez, a otros espacios. Pero estoy orgulloso de la familia que tengo y si puedo aceptar lo que soy es gracias a ella, que me enseñó a ser así".


 Todo eso lo afirma en su convicción, tanto que si cambian las circunstancias, por ejemplo, si de repente desapareciera de la televisión o de los escenarios, él cree estar listo para sentarse frente al volante de un taxi, como su padre, y sentirse igualmente orgulloso.


 "Si uno se prende en todas las mentiras que nos quieren hacer creer algunos de quienes nos rodean, termina metido en un gran lío", asevera ante los rumores que sobre su vida privada se suelen ventilar, ciertos programas de televisión mediante.


 ¿Qué rescata de este camino? No tiene dudas cuando habla del afecto que el público le prodiga cuando camina por las calles del país.


 "Es muy lindo y hasta divertido que la gente se me acerque. Pero, bueno, tampoco soy una estrella del pop que no puede salir a caminar tranquilo".


De La ola a Vulnerables.







 Siendo chico, Cabré empezó su recorrido por la televisión con una pequeña participación en La Ola está de fiesta, un programa infantil que condujo Flavia Palmiero, a comienzos de los '90.


 Continuó su rumbo adolescente en Son de diez, junto a Claudio García y Silvia Montanari; Ilusiones, al lado de Oscar Martínez y Patricia Palmer; y Carola Cassini, con Araceli González, Juan Palomino y Federico D'Elía.


 Se lo vio más aplomado, más cercano al hombre, en Gasoleros, junto a Mercedes Morán y Juan Leyrado; se consolidó en Son Amores, con Miguel Angel Rodríguez y confirmó todo su talento en Vulnerables, donde se puso a la par de Alfredo Alcón.


 Mientras tanto, compartió escenario en teatro con Ricardo Darín y Ana María Picchio,en Algo en común, y en cine hizo Yepeto, con Ulises Dumont y Dejala correr, con un elenco de jóvenes.


 Cuando mira a su pasado, suspira y dice que se siente satisfecho. Nada más.


 "Sé que estoy haciendo una carrera que va muy bien y que tiene un objetivo muy claro, aunque aún reste un largo camino para llegar a él. Apunto a crecer, a ser un gran actor.


 "Cuando empecé, siendo chico, lo hice jugando, por el gusto de estar en la televisión. Después, tomé conciencia de que se trataba de un trabajo y que tenía que responder a ciertas obligaciones. Entonces, asumí las cosas con mayor seriedad. Pero en este medio hoy te va bien y mañana desaparecés. Soy feliz por lo mucho que me queda y por el privilegio de trabajar en lo que me gusta. También tuve la suerte de encontrar un representante que me cuida y me guía. Son muchos factores que me propician cosas buenas".
María Inés Di Cicco.


Alcón: una grata sorpresa








 "Está bueno esto de tener a Alfredo Alcón como papá", señala Cabré acerca de la experiencia de trabajar junto a ese gran actor de la escena nacional.


 Con Alcón, Cabré recrea por segunda vez, para El gran regreso, la conflictiva relación entre un padre y su hijo. La primera fue en Vulnerables.


 "Cuando me dijeron que trabajaría con él, no terminaba de creerlo. No veía la hora de empezar a grabar. Finalmente, lo ví en el set y lo notaba contento. Se acercaba y me decía `¡Qué bueno que vamos a trabajar juntos..!' Y yo lo miraba extrañado. Era Alfredo Alcón quien me hablaba.


 "Antes de grabar la primera escena juntos, yo estaba feliz pero nervioso; él se me acercó y me preguntó cómo me parecía que la teníamos que hacer... Fue muy raro, pero de ahí en adelante, cada experiencia a su lado resultó un valioso aprendizaje", recuerda y añade que enfrentarlo a esta suerte de pruebas es una costumbre de Adrián Suar.


 "Un año y pico después de haber trabajado con Alfredo en Vulnerables, Adrián me propuso hacer esta obra con él y yo no encuentro palabras para definir a Alfredo como persona y como profesional".