Bahía Blanca | Miércoles, 25 de junio

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Conflicto por el pase de un menor




 La contratación de parte de Barcelona del juvenil futbolista argentino de River Plate, Erik Lamela, de 12 años, levantó polvareda en España y se espera una denuncia en la FIFA por parte de la entidad de Núñez en contra del club catalán.


 La prensa española se hizo eco hoy de la contratación del chiquilín, goleador de las divisiones infantiles "millonarias", por parte de Barcelona, por cuatro temporadas y con un sueldo anual de 120 mil euros (un total de 443.000 pesos) para jugar en sus categorías infantiles.


 El diario As dijo que ese tipo de contratación, sin la intervención de River Plate, demuestra que "Barcelona se sumó ya a la lista de clubes poderosos que abusan de la precaria situación económica de otros países para contratar a niños futbolistas".


 El periódico recogió también expresiones del presidente de River, José María Aguilar.


 "Este episodio se puede tomar como un hecho de piratería. Vamos a defender nuestros derechos a ultranza y a agotar las instancias con los padres para llegar a una solución amigable", señaló el titular riverplatense.


 Según medios españoles, el club argentino está dispuesto a denunciar el caso ante la FIFA, y se indicó que Aguilar viajará en los próximos días a Barcelona para reunirse con el titular de Barcelona, Joan Laporta, para darle una solución definitiva al tema.


 Por su parte, el diario Mundo Deportivo ya aseguró que el chico, nacido en la localidad bonaerense de Munro, "se instalará la semana próxima en La Masía --donde se concentran las inferiores de Barcelona-- para continuar su desarrollo futbolístico", además de asegurar que también recibirá una beca de estudio.


 Según este diario catalán todo comenzó en el torneo "Arousa Fútbol 7", disputado en Galicia, donde Erik Lamela jugó para River, despertando el interés de Barcelona, y también de Sevilla, club que hizo una oferta.


 Se dijo también que a comienzos de setiembre pasado, los padres del joven futbolista viajaron a conocer la que pronto será su nueva casa, y que la empresa de ropa deportiva Nike ya ofreció un contrato de 8.000 euros para que el menor use esa indumentaria.


 La noticia de la contratación de Lamela fue difundida ayer por el diario argentino Olé y el director del fútbol "base" (divisiones inferiores) azulgrana, Josep Colomer, confirmó el tema.


 La prensa española comparó la contratación de Lamela con la de otro pibe argentino, Lionel Messi, quien llegó a Barcelona hace algunos años para integrarse a La Masía y ya juega, con 18 años, en la primera del club catalán.


 Erik Lamela jugará en el equipo donde lo hace Pol Laporta, el hijo pequeño del presidente del Barcelona.


 El diario Marca señaló que el coordinador de las divisiones infantiles de River, Jorge Viejo, alertó sobre la compra de futbolistas cada vez más jóvenes y agregó: "es terrible. Tanto el fútbol profesional como el juvenil están corrompidos, pero duele que se metan con el jardín de infantes. La tentación a la que someten a las familias pudrirá todo", señaló el entrenador albirrojo.


Amparado







 Los padres de Erik Lamela pueden apelar a la "patria potestad" para llevarlo a España, si River se niega a que abandone la institución, y el hecho tiene antecedentes; como el caso del hoy futbolista de Milan, Fabricio Coloccini, quien apeló a ese recurso para dejar Boca Juniors.


  La "patria potestad", contemplada en el artículo 264 del Código Civil, es "el conjunto de derechos y obligaciones que los padres tienen sobre las personas y los bienes de sus hijos, para su protección y formación integral, mientras sean menores de edad".


 El mismo Código establece, en su artículo 126, que "son menores de edad las personas que no hubieran cumplido la edad de 21 años".


 En virtud de ese recurso, Osvaldo Inri Coloccini, ex jugador de Racing de Córdoba, Argentinos Juniors y San Lorenzo, llevó a su hijo Fabricio, cuando tenía 17 años, al club Milan de Italia.


 El antecedente más remoto de la apelación a la "patria potestad" en el fútbol fue cuando el periodista Enrique Macaya Márquez concurrió a los tribunales, en 1978, para solicitar que su hijo Gabriel, por entonces futbolista y hoy preparador físico de River, fuera dejado en libertad de acción por All Boys, entidad que le negaba el pase.


 Con ese mismo recurso legal también emigraron a Europa Esteban Cambiasso y su hermano Nicolás (actual golero de Olimpo), quienes jugaban en Argentinos Juniors, y el delantero Luciano Galetti, de Estudiantes de La Plata.


 También dos ex jugadores de Argentinos, de 15 años, que jugaban en octava división, Juan Manuel Seijo y Cristian Bonilla, abandonaron el club por la presentación de los padres de ese mismo recurso, seducidos por un empresario que dijo que los llevaría a Portugal.