La vida de Abril depende de un trasplante de corazón
La bebé tiene 16 meses y está internada en el Hospital Garrahan, de Buenos Aires. Precisa el órgano de una criatura de entre uno y tres años, con sangre del grupo B negativo.
Sergio Dispenza espera, muy ansioso, que suene el teléfono (011) 155-635-6006.
Aguarda un llamado salvador para Abril, su bebé de 16 meses, que lucha por su vida en el Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan y necesita, con suma urgencia, un trasplante de corazón debido a una cardiopatía dilatada que padece desde hace cinco meses.
El papá explicó ayer que la bebé afronta un adenovirus que le afectó al corazón.
"Pido que aquellos padres que sufran la pérdida de un hijo tengan la grandeza de donar el órgano para Abril", reiteró ante periodistas de todo el país.
También precisó que el corazón para su hija debe provenir de una criatura de entre uno y tres años, cuyo cuerpo no supere los 15 kilos y tener sangre del grupo B negativo, uno de los tipos sanguíneos minoritarios.
La beba, que vive junto a sus padres en el partido de Ciudadela, comenzó hace cinco meses con algunos síntomas de su patología, por lo que fue trasladada a la ex Casa Cuna, donde comprobaron la cardiopatía dilatada.
El papá comentó, también, que Abril tuvo una recaída hace tres días, lo que originó su ingreso al primer lugar de la lista de emergencia nacional del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablaciones e Implante (INCUCAI).
Abril tiene un hermanito de 3 años, Nicolás, y su papá trabaja como disc-jockey.
Guadalupe. Un antecedente cercano a este tipo de casos se remonta a septiembre del año pasado, cuando Guadalupe, la beba de un mes de vida y apenas 1,300 kilogramos a quien un equipo de 26 médicos le reconstruyó el corazón, falleció días después en el hospital porteño Pedro Elizalde.
La bebita había sido trasplantada, pero tuvo que ser intervenida de nuevo por una complicación post operatoria.
Guadalupe sufría una malformación por la que se le comunicaban los ventrículos, a la vez que le faltaba la arteria pulmonar. Para sustituirla, los médicos le fabricaron el vaso con un injerto donado.
Por tratarse de un mal que impedía el crecimiento de la beba, la principal dificultad que se le presentó a los médicos para la operación fue el peso y el tamaño de la paciente.
La plegaria de una niña bahiense
--Sí, ya sé lo de Abril. Lo acabo de ver en la tele y ojalá que ella tenga la suerte que tuve yo, que pude recibir un corazón. Ahora, todo está en manos de Dios.
Sabrina Mesa tiene 13 años y desde los 9 vive con un corazón que le fue trasplantado en el mismo lugar donde Abril está internada.
La niña bahiense sufría una miocardiopatía en su ventrículo izquierdo, insuficiencia cardíaca que los médicos le encontraron cuando tenía un mes de vida. Una neumonía agravó la situación y el 21 de julio de 2000 quedó internada en el área de Terapia Intensiva de Cirugía Cardiovascular del Hospital Garrahan.
Inscripta en la lista de emergencias del Instituto Nacional Centro Unico Coordinador de Ablaciones e Implantes, permaneció diez días con la ayuda de un respirador mecánico.
El trasplante, el primero en el Garrahan, se cumplió entre la noche del domingo 1 y el lunes 2 de octubre.
Tanto el operativo de ablación como el de trasplante, demandaron unas 20 horas y la participación de entre 25 y 30 profesionales.
Sabrina mira hacia al mañana con alegría y cada seis meses cumple controles en el Garrahan.