El Senado trataba el pedido de exclusión de Barrionuevo
BUENOS AIRES (DyN y Télam) -- En una escandalosa sesión marcada por fuertes cruces verbales y un sospechoso e inédito corte de luz, el Senado trataba, al cierre de esta edición, los pedidos de exclusión del justicialista Luis Barrionuevo de su banca por considerarlo responsable de los violentos disturbios que se produjeron el domingo en las elecciones a gobernador de Catamarca.
La moción es impulsada por el radicalismo y los partidos provinciales, pero el PJ ya anticipó que está dispuesto a dar el debate, pero no a votar hoy mismo (por ayer), sino a derivar el tema para un análisis más profundo a la comisión de Asuntos Constitucionales.
De este modo, lo más probable es que el debate se extienda durante la madrugada, aunque es difícil que se produzca una definición inminente sobre la continuidad de Barrionuevo en el Senado porque el PJ es mayoría en la cámara y sin su apoyo es imposible alcanzar los dos tercios necesarios para votar la exclusión.
Toda la jornada estuvo marcada por un profundo nerviosismo y por múltiples negociaciones tendientes a moderar un debate que amenazaba con ser muy duro.
El bloque del peronismo, inclusive, analizó seriamente la posibilidad de no bajar al recinto para evitar tener que exponerse a un debate con altos costos políticos.
Pero la posición de algunos miembros del oficialismo, la más visible de las cuales fue la de Cristina Fernández de Kirchner, en favor de concurrir y votar un giro a comisión, obligó al conjunto de la bancada a ir al recinto para no aparecer divididos e inclusive correr el riesgo de perder la votación.
No obstante ello, el jefe del bloque, Miguel Angel Pichetto, insistió en reiteradas oportunidades que su partido quería tratar la cuestión Barrionuevo después de los tres temas agendados para hoy: rechazar los vetos al arancel azucarero y al artículo 68 del Presupuesto nacional y convertir en ley los cambios al Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC).
Como no hubo acuerdo con la UCR y los provinciales sobre el orden temático de la sesión, el oficialismo forzó una votación, e impuso su mayoría para que la cuestión Barrionuevo pasara a último término.
En consecuencia, tal como ya habían acordado previamente, radicales y provinciales apelaron a un recurso previsto en el reglamento del Senado, la cuestión de privilegio, que tiene absoluta prioridad sobre cualquier otro tema y que debe ser planteado de inmediato.
Sin embargo, el mecanismo es muy forzado porque cada orador debe presentar una cuestión de privilegio por separado, sólo cuenta con diez minutos para hablar, y cada exposición no puede ser debatida en el recinto.
La cadena de cuestiones de privilegio la inició la representante del Frente Cívico y Social de Catamarca, Marita Colombo, quien justificó su planteo en la actitud de Barrionuevo, "más propio de un líder que opera desde la clandestinidad, en un operativo comando y con guerra de guerrilla, que de un líder democrático que respeta el estado de derecho".
En la bancada de enfrente, Barrionuevo seguía atentamente cada una de las palabras de sus rivales provinciales.
A Colombo lo siguió el radical Raúl Baglini. Pero cuando estaba hablando se produjo un hecho inédito en el Senado, al menos desde 1983, que le dio a la sesión un carácter absolutamente anormal: se cortó el suministro eléctrico de toda la cámara y los senadores quedaron en la total oscuridad.
Una confusión completa envolvió a todos los senadores, porque sólo se podía ver algo gracias a los cuarzos de las cámaras de televisión y porque los micrófonos no funcionaban.
En medio del caos, algunos memoriosos recordaban que nunca había ocurrido algo de ese tenor en el Senado, el presidente provisional del Senado, José Luis Gioja, explicaba que era un problema de la empresa suministradora del servicio y Baglini bramaba que la empresa había aclarado que era un problema del Senado.
Pichetto pidió investigar el caso y trasladarse a la Cámara de Diputados (allí no se cortó la luz), Gioja propuso formar una comisión para averiguar qué pasó, Baglini sugirió que era un corte provocado y Barrionuevo, desde su banca y envuelto en risas, sentenció: "Esto lo hicieron ellos. No ven que no tienen ni argumentos".
Para aventar cualquier sospecha, Pichetto dijo que el PJ iba a habilitar el tratamiento del tema libremente y sin necesidad de recurrir a las cuestiones de privilegio.
Después de 40 minutos de interrupción, y gracias a un generador de los bomberos, la sesión pudo ser retomada y se inició un extenso tratamiento.