Adiós a un apóstol de la comunicación
El 10 del corriente, a los 93 años, falleció en la Capital Federal, como consecuencia de un proceso infeccioso imposible de controlar, el sacerdote José Felipe Blanco.
La noticia causó profundo pesar en nuestra ciudad, ya que durante muchos años cumplió una destacada actuación en el Colegio Don Bosco.
Había nacido en Villa Iris, el 10 de octubre de 1909 y cursado la escuela primaria en el Colegio Don Bosco.
Respondiendo al llamado de Dios, en 1926, pasó al Seminario Salesiano de Fortín Mercedes, siendo admitido en la congregación fundada por San Juan Bosco, dos años después.
Tras cursar Magisterio y Filosofía, viajó a Italia para proseguir su formación sacerdotal en el Instituto Internacional Salesiano de Teología de Turín, donde se ordenó como sacerdote en 1937.
De regreso en la Argentina, se desempeñó, en primer término, como docente y formador en el Seminario de Fortín Mercedes. Luego, continuó su misión en el Colegio Don Bosco de nuestra ciudad. Aquí, entre 1940 y 1950, desarrolló una intensa labor: fue un eximio docente que programó y dispuso su tarea con esmero y gran capacidad, preparando incluso textos para el mejor aprendizaje de los alumnos.
Prueba de ello fueron los libros Picada y Huella adelante, que resultaron de grandísima utilidad para centenares de alumnos a la hora de procurar dominar el idioma castellano.
Por otra parte, la prosa fluida y la facilidad de versificación, eran en este sacerdote notas características. En ese sentido, fueron clásicas sus composiciones poéticas en lenguaje gauchesco que con el seudónimo de "Alpataco" solía dedicar a los egresados.
Su labor sacerdotal también alcanzó el terreno mediático con semanales charlas radiales, irradiadas durante 10 años consecutivos --con muy buena repercusión-- a través de los micrófonos de LU2.
Estas cualidades en el creciente campo de la comunicación, motivaron que la superioridad de la congregación dispusiera su traslado a la Capital Federal para pasar a integrar el consejo directivo de la edición argentina del Boletín Salesiano, órgano de difusión de la Obra de Don Bosco en nuestro país, cuya tirada asciende a 100 mil ejemplares mensuales.
Sería la nueva etapa de su vida con una tarea, a la que se brindó con inteligencia, generosidad y entusiasmo, la que se extendería hasta que su recia contextura de fuerte raigambre gallega comenzó a sucumbir al inexorable paso del tiempo.
Sus últimos años los pasó en situación de retiro, en el colegio San Juan Evangelista, del barrio de La Boca, en Buenos Aires.