Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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La esquina de las maravillas

   El edificio de las Maravillas fue un obsequio de Alberto J. Trellini a la ciudad.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 50 años, en abril de 1972, salieron a la venta los últimos departamentos del Edificio Alberto J. Trellini, en la esquina de Zelarrayán y Rodríguez.

   “El nuevo complejo de cemento” (según se lo presentó) fue gestado por el comerciante Alberto J. Trellini, como una muestra de “fe en el futuro y expansión de Bahía Blanca”.

   La obra disponía de planta baja, donde se ubicaba el negocio de Trellini (Perpetua, casa de electrodomésticos), un entrepiso y seis pisos.

   Se lo llamó también “la esquina de las siete maravillas”, ya que en parte de su fachada sobre Zelarrayán, lucía un singular trabajo artístico del escultor Fortunato Jorge, consistente en figuras, hechas en cobre, de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, una por piso.

   Jorge trabajó “según una concepción moderna” y modeló, sobre paneles de cobre de tres milímetros, las imágenes del Coloso de Rodas, las pirámides de Egipto y los jardines colgantes de Babilonia, entre otros. Las placas fueron montadas sobre una estructura de madera y fijadas a la pared con tornillos.

   Durante diez años se mantuvieron en esa posición, hasta que el paso del tiempo afectó esas fijaciones, desprendiéndose algunas de ellas. Ante el riesgo de caída, el consorcio decidió retirarlas. Con el tiempo, las obras desaparecieron.

   La oferta de venta de 1972 era de departamentos de 1, 2, 3 y 4 dormitorios, con cocina, calefón y calefactores, escaleras, palieres alfombrados, instalación telefónica aprobada por ENTel y antena de TV.

   Los interesados podían acercarse a Casa Perpetua, en la planta baja del edificio, que ofrecía amplias facilidades de pago, a 5 años con interés bancario.

   Hoy el edificio sigue luciendo su desnuda medianera, donde una y otra vez vuelven a aparecer las marcas de donde estuvieron fijadas aquellas maravillas.