Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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“Acosta García es uno de los representantes más importantes de la cultura popular dorreguera”

El profesor Fabián Barda presentó su séptimo libro, una biografía del payador de Coronel Dorrego que conoció a Gardel, Agustín Magaldi y Cátulo Castillo, y para quien Atahualpa Yupanqui escribió Cantor del Sur.

Barda le entregó un ejemplar a Roli Cabello, descendiente directa del payador Luis Acosta García. / Fotos: Agencia Coronel Dorrego

Pablo Javier Marcó / [email protected]

“…Don Luis Acosta García se llamaba el payador

Hombre nacido en Dorrego y que mucho trajino’

Hombre de lindas riquezas: guitarra, amigos, canción

Don Luis Acosta Garcia: lindo nombre pa’ un cantor

Que anduvo de pago en pago y en ninguno se quedó…”

(Cantor del Sur, Atahualpa Yupanqui).

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   El profesor Fabián Enzo Barda presentó en Coronel Dorrego el libro Tenés que ser payador. Una biografía de Luis Acosta García.

   “Luis Acosta García es, sin dudas, uno de los representantes más importantes de la cultura popular dorreguera porque, más allá de su espíritu andariego, por aquello de: anduvo de pago en pago / y en ninguno se quedó, su corta vida pivoteó permanentemente con su pertenencia a nuestro pueblo”, dijo Barda sobre el protagonista de su nuevo trabajo.

   “Desde la primera obra editada hasta los constantes regresos, incluso el año de su fallecimiento lo hacen entrañablemente ‘dorreguero’. La trascendencia de su obra, calidad de su poesía, la perfección de su canto repentista, que muchos consideran superior a lo escrito, son cualidades que lo ponen en el panteón de nuestra cultura y, si a eso le agregamos que nunca se olvidó de su pago y que siguió frecuentándolo hasta sus últimos días, no hay dudas del lugar que ocupa en nuestra historia lugareña”, elogió.

La figura de Luis Acosta García.

   Consultado sobre las razones que lo llevaron a realizar la biografía sobre el Cantor del Sur, el autor respondió que lo cautivó todo lo que fue escuchando de quienes llegaron a conocerlo, como sus primas Severa y Cristina, de los recuerdos que otros familiares —como Abel y Blanca Visconti rescataban—, la reverencia y el respeto que todos los payadores le profesan y la idea de completar una historia que tenía algunos vacíos o había caído en ciertos “mitos”.

   “Por ejemplo, —amplió— uno de ellos ubicaba a un casi niño Acosta García partiendo de Dorrego con un circo, no regresando a su lugar de nacimiento, cuando en realidad no fue así. Siempre regresó”.

   Barda recordó que su primer material para su nuevo libro lo recopiló en 1989. Antes, ya había conversado bastante con Severa García, prima hermana de Luis.

   “La circunstancia que ella fuera una asidua colaboradora de la Peña Nativista hacía que la viera bastante seguido, incluso en su casa. Severa y su hermana me facilitaron material para fotocopiar y fotos”, dijo.

   “A partir de 1990, cuando recopilamos datos de autores locales para el aniversario de la Biblioteca Popular, pude lograr más fuentes, pero fue a partir del año 2003 que, por circunstancias de la función pública, impulsamos el homenaje anual al payador y pude comenzar a relacionarme con Lira, la hija de Luis Acosta García, viajar a Rosario para buscar material sobre su radicación allí y eso fue llevando a otras fuentes. El trabajo más intenso para la edición del libro se da a partir del año 2017”, admitió.

   Destacó que sus fuentes fueron muy variadas: sus libros, los registros de sus presentaciones, cartas, revistas, diarios y periódicos de la década de 1920 y principios de la de 1930, documentos oficiales como partidas de nacimientos, de defunción y entrevistas a payadores, poetas y el testimonio de familiares.

   También mencionó que hecho o revelación que desconocía y que pudo descubrir por la investigación lo sorprendió.

   “En general, lo contrastante de una vida durísima y sacrificada con el hecho de haber frecuentado lugares y haber mantenido amistad y relación con figuras representativas de la cultura popular argentina”, dijo.

   “En ese sentido, lo más conocido era su relación con Agustín Magaldi pero no fue muy difundido que Cátulo Castillo integró una formación musical que lo acompañó durante algún tiempo, o que Osvaldo Pugliese iba a verlo a sus presentaciones y la sospecha que tenía, que quedó confirmada, sobre su relación con Carlos Gardel”, subrayó.

   —¿Crees que la de Acosta García es una figura desconocida para la mayoría de los dorregueros?

   —Es conocida en la medida que, a partir de 1965, merced a la iniciativa de Pedro Iribarne y la Peña Nativista se realizó lo que podría definirse como la “reivindicación final”. En ese momento fue impuesto el nombre de “Payador Luis Acosta García” a la calle 29, se colocó un placa sobre una de las paredes laterales de la Escuela de Educación Especial N° 501 sobre calle Luis Acosta García, luego la referencia histórica en lo que la casa de su Madre y, finalmente, los homenajes que desde 2003 se le vienen tributando.

Barda, junto a la guitarra de Luis Acosta García, algunas pertenencias y un cuadro alegórico realizado por el artista dorreguense Raúl Franceschini.

   "No debemos olvidar que la musicalización y adaptación del poema “Tenés que ser Payador” del “Dorreguero”, José Alaiz que realizaron Los Hermanos Visconti fue difundido por toda Latinoamérica. Quienes nunca lo olvidaron son los payadores de antes y de ahora, eso es realmente conmovedor como es una referencia a la altura de Gabino Ezeiza o el mismísimo Santos Vega. Lo que realmente es desconocido son los aspectos de una corta vida, murió a los 38, fue intensa, cautivante y a la vez muy dura".

   —¿Estás trabajando en alguna futura publicación?

   —En estos momentos abocado a la recopilación de todo lo referente a Ñusta de Piorno y Dorrego. La importancia de Ñusta para la construcción del tradicionalismo surero excede el hecho trascendental de ser la autora del Poema “Este pago de Dorrego”, hoy poema oficial. Ella con obras posteriores, con la relación anterior a la hoy Fiesta de las Llanuras influyó fuertemente junto a Atahualpa Yupanqui, Carlos Castello Luro, Suma Paz, Alberto Merlo, entre otros, a definir la “utopía surera” de Iribarne y, sobre todo, a darle fundamento a la “Simbiosis Pampa” que tan bien reflejó Raúl Franceschini en su obra.

Anteriores investigaciones

   Es el séptimo libro del profesor Barda.

   Antes, vieron la luz Revistando Hojas-Construcción del tradicionalismo surero (2002); Patria y Tradición en el Dorrego de los ’30 (2003); Del megáfono a la AM. Historia de la radiodifusión dorreguense (2006); Republicanos en Dorrego–Solidaridad y participación durante la Guerra Civil Española (2011), La cuestión Capital (2015), y 1937 La Revolución (2017).

Sobre Ñusta de Piorno

   “Estoy abocado a la recopilación de lo referente a Ñusta de Piorno y Dorrego. Su importancia para la construcción del tradicionalismo surero excede el hecho trascendental de ser la autora de Este pago de Dorrego, hoy poema oficial”, dijo Barda. 

   “Ella, con obras posteriores, con la relación anterior a la hoy Fiesta de las Llanuras influyó junto a Atahualpa Yupanqui, Carlos Castello Luro, Suma Paz, Alberto Merlo, entre otros, a definir la utopía surera de Iribarne y, sobre todo, a darle fundamento a la Simbiosis Pampa”, añadió.