Con goleada y buen juego, Sansinena pegó el salto al Federal B

Redacción de La Nueva.

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Sansinena alimentó su exitoso presente con otro título. Ayer, casi sin despeinarse, goleó en su casa a Deportivo Rincón 3 a 0 y logró el ascenso al Federal B de fútbol, que comenzaría a fin de mes.

El conjunto albirrojo, que partió como gran favorito de la llave, no le tuvo ningún tipo de contemplaciones a un limitado adversario en defensa, que dio demasiadas concesiones.

Y así cerró una campaña sin lunares, con 11 victorias en 14 presentaciones, ninguna derrota y sin goles en contra en su cancha en la etapa más rutilante de la competencia: los playoffs.

Oficio, temperamento, jerarquía individual y colectiva, entre otros argumentos, fue lo que sostuvo el actual campeón de la Liga del Sur para lograr su hito más importante en sus 101 años de vida.

Con un marco ideal, el conjunto de Cerri se plantó en terreno ajeno y comenzó a establecer claras diferencias.

Sin embargo, la jugada que abrió el camino llegó de la manera menos pensada. Tras un lateral ofensivo de Nicolás Ballestero desde la derecha, Mc Coubrey se anticipó a López Carrillo y a Fievet y peinó al gol.

El local no se quedó con el gol de apertura. Siguió jugando el balón a un toque con un Schefer encendido y con Lischeske llegando mucho por la derecha.

Además, los dos de arriba obligaron siempre. Y llegó el segundo antes del primer cuarto de hora. La inició Bowen y él la terminó. Chuky armó la maniobra por izquierda, pasó el balón para Lischeske, arremetió Mc Coubrey y tras rozarla le quedó a Linares, quien no pudo vulnerar a Fievet, pero el rebote le quedó a Bowen y el 7 sentenció a boca de jarro.

Tras el 2-0, Sansinena sacó el pie del acelerador. Comenzó a controlar los tiempos del partido con menos gasto del inicial.

Rincón intentó emparejar a fuerza de lucha, con demasiadas piernas fuertes y pocas ideas.

Y de contra, Fievet evitó el tercero del anfitrión y el segundo de la cuenta de Mc Coubrey.

Ya en el segundo tiempo, Sansinena le bajó rápidamente la persiana al juego. Necesitó otros 7 minutos para liquidar el pleito. Ocampo la regaló en la salida y Mc Coubrey abrió para Lischeske, quien mandó el centro rasante para que Bowen –en posición dudosa-- la empujara en el segundo palo.

Con todo resuelto, la escuadra de Marco González comenzó a rotar la pelota y desperdició varias chances de gol para ampliar la verdadera diferencia que existió entre uno y otro en el campo de juego.

Con el poco amor propio que le quedaba, los neuquinos trataron de descontar, pero en la única chance clara Inda chocó con la seguridad de Stefanof.

Luego, solo hubo que esperar el pitazo final para desplegar toda la algarabía albirrojo, que se acostumbró a festejar seguido en esta etapa contemporánea. Y en menos de un mes estará codeando con Villa Mitre, Bella Vista y Liniers en la cuarta categoría del fútbol argentino. Ni más ni menos...