Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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¿Ekeko? No, en Huracán y en el bule el que atrae la suerte y hace feliz a la gente es el “keko”

Víctor Sebastián Torrero, de él se trata. Sobre la hora y de palomita, marcó el 1-0 para Huracán, que volvió a ganar el clásico de White ante Comercial después de siete años.
¿Ekeko? No, en Huracán y en el bule el que atrae la suerte y hace feliz a la gente es el “keko”. Deportes. La Nueva. Bahía Blanca

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

"El 6-2, el 6-2, se va a la p... que lo p..."

Los hinchas de Huracán tenían una espina de tiburón atravesada de lado a lado en sus gargantas. Aguantaban semejante dolor desde el 24 de septiembre de 2014, cuando Comercial lo vapuleó con seis goles y lo gozó comparando al clásico de Ingeniero White con un set de tenis.

Pero ayer, los seguidores del "Cangrejo" aliviaron su pena cuando Víctor Sebastián Torrero, "Keko", marcó el 1-0 sobre la hora y le permitió al "Globo" volver a ganar el derby whitense después de siete años.

El clásico tuvo dos aristas muy marcadas: Huracán, enchufado a mil volts, hizo el gasto y Comercial entró "gastado" emocionalmente porque una hora antes del partido su DT, Hernán Bel, decidió no entrar a la cancha a cumplir con su función debido a un cortocircuito con el plantel (ver aparte).

La tensión y la intranquilidad de los jugadores verdiamarillos se notaron enseguida. Y, lo más triste, es que la visita se contagió del aire enviciado y por eso el cotejo arrancó a tono con tarde: gris y plagado de nubarrones.

El Globo, con un 3-4-1-2, con Apud delante de la línea defensiva, siempre intentó quebrar a un rival que sólo dependió de las corridas de Sabatini y Barroso, y que se la jugó con tres hombres en el fondo aún sabiendo que se medía contra el equipo más goleador del torneo y que venía de convertir "de a cuatro" en sus dos últimas presentaciones.

¿Fue un error que el dueño de casa haya defendido con línea de tres?

El problema venía de arrastre. Había sucedido antes, en el vestuario, y si no estás bien anímicamente, es imposible que rindas en todo lo que quieras hacer. Y es así en la vida, en el fútbol o donde sea.

El más entero del conjunto comercialino pareció ser Petercic, quien en el segundo tiempo manoteó una bola dificilísima y alta impulsada por Torrero y al ratito sacó con los pies un zurdazo de Navarro.

El encuentro era malo, el trámite no se desenredaba nunca y el 0-0 parecía lo más sensato.

Pero Huracán está bendecido por un "Ekeko". Perdón, por un "keko", que es real y totalmente visible, y pudo pasar de la incertidumbre de una magra igualdad, al éxtasis de un triunfo que le posibilita olvidarse de "viejos" males y de heridas que parecían que nunca iban a cicatrizar.

Ekeko: ser sobrenatural de la cultura popular que atrae la suerte y la prosperidad a quien lo invoca. Dios de la abundancia, de la fecundidad y de la alegría.

"Keko": ser que viene alegrando al mundo huracanense, que tiene abundantes puntos, que está fecundando una ilusión y donde la felicidad se multiplica partido tras partido. ¿Estará de acuerdo Víctor Sebastián Torrero?