Terminar con 9 jugadores no es ningún problema para Liniers. ¿No?
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Por Gerardo Ariel Lorenzo / glorenzo@lanueva.com
Desde la recordada final con Bella Vista, cada vez que Liniers logra imponerse en inferioridad numérica es como que aquella hazaña lograda en el Carminatti cobra vida.
Algo de eso sucedió ayer en la avenida Alem, luego de que los dirigidos por Fabián Tuya superaran a Defensores de Valeria del Mar, por 3-1, en uno de los adelantos de la 10ª fecha de la Zona 2 del torneo Federal B.
La primera tarjeta roja, bien sacada a Franco Franzino por un patadón a destiempo sobre Ivanoff, obligó al dueño de casa a jugar todo el segundo tiempo con uno menos.
Con el Cachi Lagrimal desdoblándose por derecha, el Chivo salió con un 3-4-2 y tapó el hueco que dejó el Nº10 desplazando a Barez al carril izquierdo.
Tras un primer tiempo deslucido, donde Liniers podría haber hecho algún gol, la apertura llegó en el arranque del complemento: córner del Tuti Monzón y puente aéreo con Fede Nievas.
Ni se sentía que los de la avenida tenían uno menos. Incluso, a Barez le sacaron el 2-0 en la línea y Torraca cometió su primer gran error de la tarde tras no cobrar un claro penal sobre Acosta.
Para colmo, de esa jugada llegó el empate, al capitalizar Giachero un leve desvío que desacomodó a Partal.
El 1-1 duró apenas cinco minutos porque en tres toques, el Chivo recuperó la ventaja con la secuencia Lagrimal-Pulgar-Acosta.
Con el 2-1 a favor, el desafío del flamante campeón del Apertura de la Liga del Sur era controlar las subidas de Ivanoff y Jofré, los dos más picantes de la visita. Y en gran parte lo logró...
Cuando parecía que el albinegro tenía la victoria metida en el freezer, el cierre del partido se descontroló.
En el segundo minuto de adición, increíblemente Torraca sancionó una falta de Julito Acosta y le sacó la segunda amarilla al goleador de Conesa.
Con dos jugadores más y un par de minutos para ir por el 2-2, Defensores hizo todo mal y quedó expuesto en la última acción. Pancho Barez tuvo aire para una corrida más y el Cachi Lagrimal liquidó la historia empujando la pelota con una entrada triunfal.
El campeón está dulce, quedó a tres puntos de Sansinena y sabe que terminar con nueve jugadores no es ningún problema.