Villa Mitre halló oro en el barro de Madariaga

Redacción de La Nueva.

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Por Javier Quintero / fquintero@lanueva.com

Evaluar si Villa Mitre jugó bien o mal, a esta altura de las circunstancias y con una cancha en las condiciones en las que se presentó ayer el estadio Municipal de General Madariaga (Francisco Alcuaz), tiene poco sentido.

Lo que importa es que ganó y si bien es cierto que lo hizo ante tal vez el equipo más flojo de la Zona 2 del Federal B, el triunfo era una necesidad básica insatisfecha para este grupo golpeado por los flojos resultados y movilizado por la despreciable reacción de sus hinchas antes del encuentro frente a Sansinena.

El 2-0 ante Defensores de Valeria del Mar, por la 5° fecha, vino a ponerle fin a una sequía de seis partidos sin victorias y a quebrar un maleficio de 512 minutos sin convertir goles.

Arriesgar con tres delanteros, quitándole juego a la mitad de la cancha y dejando la recuperación manos de Cocciarini, Cantoni y Arroyo, fue la apuesta de Sergio Priseajniuc para enderezar el barco.

Al principio chocó con la combativa mitad de cancha del local, que intentó contrarrestar con un esquema 4-5-1. Sin embargo, la potencia de sus delanteros terminó marcando la diferencia.

Nungeser ganó cada vez que se lo propuso por la izquierda y el primer aviso llegó a los 26 minutos, cuando tras una corrida suya por ese sector, Cantoni exigió al arquero Puga con un remate rastrero. Enseguida, el Ruso ganó de arriba, pero su cabezazo se estrelló en el travesaño.

Parecía que la mala racha frente al arco rival se mantenía, aunque apenas 7 minutos después Nungeser demostró que además de polenta también tiene calidad. Tras un rechazo del fondo, el N° 11 arrastró por el barro a Gustavo Ramírez. Luego, y a pesar de lo resbaloso del terreno, le tiró la gambeta larga al arquero y así quedó con los tres palos a disposición. Golazo.

La salida de Cocciarini por lesión no alteró la fisonomía, porque Dauwalder cumplió bien con su tarea. Además, y antes que comiencen a surgir los nervios y el rival se agrande, los de Bahía ampliaron la diferencia. A los 6 de la segunda mitad, Puga salió mal ante un tiro libre de Héctor Romero y la pelota le terminó rebotando a Juan Pablo Zárate y metiéndose mansita adentro del arco.

A partir de ahí, Villa Mitre se asentó y mostró solidez defensiva para anular cada uno de los intentos de un rival que sintió la impotencia y terminó pegando en exceso (Giachero se fue expulsado).

Por primera vez en el certamen, Villa Mitre vivirá una semana tranquila. Ya ganó, ya cortó la sequía goleadora y ahora su ilusión es regresar a Bahía (visitará a Racing de Olavarría el próximo fin de semana) con 6 puntos en la valija.