Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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La complejidad económica empeora los problemas

La columna semanal de nuestro corresponsal en la capital de la provincia.

“El hartazgo social con la clase política en general permite que todavía una parte de la población tenga esperanza en el Gobierno nacional, a pesar de las traumáticas medidas de ajuste económico que atraviesa el país y que repercuten particularmente en la Provincia”, señalaba con preocupación un ministro ante un grupo de funcionarios del oficialismo bonaerense en las puertas de la residencia gubernamental.

Claramente, el “cambio cultural” que promueve el presidente Javier Milei atraviesa la cúpula de todas las fuerzas políticas. Es una situación atípica desde el retorno de la democracia  hasta acá, con un gobierno libertario que tiene anclajes en la opinión pública y aprovecha el complejo estado de confusión que padece el peronismo, en cuanto a qué figuras deben liderar dicho espacio opositor tras décadas de conducción del kirchnerismo puro.

Por ahora Milei sigue apareciendo en el radar de la política como un fenómeno indescifrable. Algunos pueden verlo como un torpe jugador amateur, dando manotazos sin sentido en todos los frentes, y otros como un alumno exquisito de Maquiavelo.

Como sea, el tiempo lo dirá, pero por el momento es justamente esa variable, el tiempo, la principal aliada del Presidente, que prendió la licuadora y la motosierra al unísono, logrando un cóctel explosivo para el bolsillo de la clase media y trabajadora. 

Para la oposición, la aparición de Milei también significó un shock del que recién se está recuperando. Para el PJ, el desafío será mover las piezas internas con inteligencia, para mostrar ante la sociedad una cara que pueda hablarle y ser escuchada, desprovista del lastre de los últimos años de gestión K.

Incluso, dentro del microclima político de las diagonales algunos hasta parecen querer parafrasear a la dirigente Malena Galmarini cuando días atrás afirmó que la sociedad “se hinchó las pelotas” del peronismo, después de destacar que “no es momento” de discutir los próximos liderazgos partidarios.

Es que, mientras un puñado de intendentes oficialistas comienzan a proyectar una boleta presidencial con Axel Kicillof para las elecciones de 2027, voceros gubernamentales en calle 6 le bajan el tono al “juego prematuro de las proclamaciones” y aseguran que “no es una preocupación, ni prioridad una candidatura” del gobernador, en medio de la crisis económica a la que lo empuja Milei.

Para la oposición no peronista, la irrupción de Milei le pegó en el corazón de su fuerza. Ya casi nadie duda de que Juntos por el Cambio dejó de existir. Un acuerdo parlamentario, y una liga de gobernadores es lo único que por ahora lo mantiene a flote.

Para el PRO será quizá su destino final. Si el gobierno libertario tiene un poco de éxito seguramente se deglutirá al partido de Mauricio Macri. Está claro que el Presidente no quiere un pacto con el PRO, sino adueñarse del sello. Hoy tiene lo más importante y vital de cualquier fuerza política, que son sus votantes.

Para la UCR el camino también es sinuoso, pero tiene alguna alternativa, sobre todo apalancado en su larga historia de supervivencia territorial. Algún sector acompañará medidas de este gobierno, sobre todo por la presión de sus votantes, que todavía apuestan por un cambio de rumbo por sobre el pasado kirchnerista.

Esa inquietud es la que motivó a los alcaldes boina blanca de la Provincia a salir de su rol de administradores, y tomar un rol político más activo. Desde el Foro de Intendentes se reunieron con el jefe partidario a nivel nacional, Martín Lousteau, y con el gobernador Kicillof.

La reunión con Kicillof también arrojó una foto que marca la cancha, sobre todo a los legisladores bonaerenses, que en esta movida vieron todo por TV. Y serán los que ratifiquen en la Legislatura algunos de los temas que se plantearon entre el mandatario y los intendentes radicales.

Además, algunos espacios de reparto de sillas dentro del Estado, como la Suprema Corte o el Tribunal de Cuentas, se mezclaron en esas discusiones. La UCR deberá cubrir uno de los sillones del máximo tribunal de la Provincia, y la pulseada será quién coloca ese nombre. Hasta ahora,  el marplatense Abad viene demostrando buenos reflejos a la hora de llenar casilleros del poder, pero ahora habrá que ver si le puede torcer el brazo a este nuevo polo de poder que armaron los intendentes, con guiño a la figura de Facundo Manes.

El alza de los medicamentos y la situación general de la salud en el interior bonaerense fue otro eje del encuentro entre los alcaldes y el gobernador. Y en esas reuniones apareció la necesidad de la obra pública, y por qué no, la restauración del FIM. (Fondo de Infraestructura Municipal) por “millones” de razones.

Por su parte, en este toma y daca, Kicillof pidió apoyo a dos proyectos que duermen en los cajones de la Legislatura, que son la creación de una empresa pública de emergencias y un laboratorio de medicamentos, ambos con la figura de la Sociedad de Estado. Son señales. Para adentro y para afuera. El 2025 comenzó a jugar en los tableros de la política.

Mientras tanto, la gestión bonaerense procura reacomodarse a la “nueva realidad” a partir de la falta de fondos nacionales. Sobre ese escenario, el ministro de Economía, Pablo López, es el encargado de describir la compleja situación y de antemano cruzó las peticiones del sindicalismo por mejoras salariales.

La prioridad gubernamental pasa por poder afrontar el pago de sueldos y el aguinaldo de junio a docentes y demás empleados públicos. El segundo semestre asoma aún más complicado ante la fuerte caída en la recaudación de ingresos, en especial los de origen nacional. No hay certezas, pero queda poco margen de caja para continuar el ritmo de aumentos atados a la inflación como venía sosteniendo la Provincia