Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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¿Habrá llegado el momento esperado para el “Castillo” de White?

El asbesto lo mantiene fuera de uso, pero su futuro será analizado por un equipo multidisciplinario en febrero

Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

   La idea de poner en marcha, desde el Consorcio de Gestión del Puerto, de un plan de transformación integral para Ingeniero White, volvió a abrirle una puerta a la recuperación de la exusina General San Martín, monumento histórico nacional.

   Si bien hasta ahora no se registraron avances en tal sentido, pudo saberse que en el trabajado encargado por el titular del CGPBB, Miguel Donadío, a un equipo encabezado por el arquitecto José María Zingoni, el futuro del Castillo será objeto de un minucioso análisis.

   En ese estudio multidisciplinario, que tendrá por objeto poner en sintonía el desarrollo de la localidad con el que registró en las últimas décadas la estación marítima, también participarán especialistas del ministerio de Transporte de la Nación.

   Las acciones, según anunció Donadío, comenzarán en febrero del año próximo.

   Principal inconveniente

   Más allá del deterioro que viene evidenciando el inmueble, el principal obstáculo para su recuperación reside en la presencia de asbesto en el interior y los altos costos que insumiría eliminarlo.

   Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la EPA (Environmental Protection Agency) el asbesto o amianto es un agente cancerígeno en humanos.  Por eso esta vedado el ingreso de personas a varias de sus áreas.

   En realidad se trata de una fibra resistente al calor, utilizada algunas décadas atrás como material aislante.

Desde el 1 de octubre de 1932, hasta su salida de servicio el Día de los Inocentes en 1988, la Central iluminó durante décadas a toda la ciudad.

   El ingreso a varios sectores también está vedado por el riesgo de derrumbe en varios sectores.

   En octubre de 2015 se habilitó un área de 200 m2 donde se había determinado que no existían restos de asbesto.

   Junto al Castillo funciona, muy ligado a su pasado, presente y futuro, el Museo Ferrowhite.

   Incluso todo el área dio lugar a variados proyectos como el de la Rambla de Arrieta o el empleo de un antiguo muelle para ser utilizado como punto de partida de excursiones turísticas por el estuario o sitios  gastronómicos y de esparcimiento junto al mar. 

   Las posibilidades son muchas y el valor arquitectónico e histórico de edificio exige acciones concretas para que vuelva a ser parte de la comunidad.