Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Deseos Vitales

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Última columna del año y es inevitable el ritual, pues este conjunto de acciones predefinidas, rígidas, estereotipadas y repetitivas es inherente al ser humano. Eric Berne, en su teoría de la comunicación humana, en la década del ’60, aseveraba que el primer estadio de interacción con otras personas era el ritual. 

Al cabo de 10 años de columnas es parte de la liturgia este ritual de formular deseos privados pensando en el bienestar colectivo. 

Está comprobado que el ritual tiene funciones regulatorias ante emociones como la tristeza y el miedo, además potencia el sentido de conexión social con los otros y es un facilitador para lograr metas compartidas.

No hay que perder de vista que la ciudad está aún conmocionada. Días complejos, gobernados por el dolor intenso y la confusión, pues gran parte de lo que era ya no está, parte de lo que había desapareció y es inevitable la sensación de vacío, la sensación de estar haciendo equilibrio en una cornisa o peor aún, la sensación de algunos de estar frente a un abismo.

Si bien el duelo es un proceso individual, cada uno lo vive a su tiempo, a su manera, soltando, duelando aquello que perdió. No caben dudas que Bahía está impactada, conmovida y paulatinamente la tristeza, como sentimiento contagioso, se convierte en el indicador de la aceptación.

Si bien la ciudad está atravesada por el dolor y pareciera en “carne viva” un ritual calma las emociones negativas y proporciona esa sensación de sentirse acompañado en momentos tan adversos. Por eso te propongo que formular los deseos para el 2024 sea parte de un ritual que posibilite transitar este tiempo a pesar del dolor.

Deseo que Bahía tenga la fortaleza para que, a su ritmo, pueda recobrar su brillo y su luz. Cuanto más inesperado es un suceso mayor es el costo psicológico. Jamás hay preparación suficiente para enfrentar una pérdida, sea humana o material, concreta o simbólica; ante un cambio intempestivo se transita por un camino casi desconocido y si bien el proceso de duelo está en marcha, deseo que poco a poco, cada uno, se pueda poner de pie y continuar la marcha.

Es comprensible la tristeza ya que cuando hay pérdidas es “sano” experimentar esa emoción. Deseo que Bahía vuelva a desear, que brote el coraje y el valor para que el “deseo” pueda ser recuperado, sin deseo no hay posibilidad de acción a sabiendas que la falta y la carencia es lo que originan el deseo. Quedar adherido a lo que había trae consigo el riesgo de quedar atrapado y sumergido en la melancolía anhelando algo que tal vez ya no puede ser posible. 

Deseo que tengas la lucidez para detectar, atesorar y hasta convertir en ritual esos instantes de paz y felicidad, porque mientras estemos vivos la paz no será eterna ni la felicidad durará para siempre.

Con tu permiso concluyo con mi ritual de cada año, porque estoy convencida que es un acto de generosidad desear a la par que se agradece; así que quiero decirte gracias a vos mi querido lector: tu presencia, tu lectura, le dan sentido a mi pasión y significado a mis letras. ¡Feliz 2024!