Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El científico ruso que cita a San Agustín y habla de Dios

“Yo diría que las leyes de la física lo explican todo. Ahora, quién es el creador de esas leyes, eso es otra cosa. Es una pregunta abierta”, explica el cosmólogo Viatcheslav Mukhanov.
“Sí, podemos tener múltiples universos”, indicó Viatcheslav Mukhanov.

El cosmólogo ruso Viatcheslav Mukhanov habla alto y claro, en todos los sentidos. Vehemente e impetuoso, escucharlo es todo un espectáculo; por su discurso rápido, rotundo y fulminante, la energía que desprende su voz y un acento que suena en inglés, y en esto hay cierta ternura, a un malo de las películas de James Bond.

Al igual que Stephen Hawking piensa que las galaxias, las estrellas, los planetas... todo se formó a partir de un fenómeno microscópico llamado fluctuaciones cuánticas, generadas después del Big Bang.

—Entonces, ¿toda la materia surgió de la nada?

—El hecho de que el Universo se origine de la nada no contradice ninguna ley física. En eso incluso estaban de acuerdo los teólogos antes del Medioevo, pero entonces eran palabras y ahora son hechos confirmados experimentalmente. El Universo surgió de la nada y si me pregunta qué había antes...

—¿Qué había?

-La pregunta no tiene sentido, porque el tiempo también fue creado cuando surgió el Universo. San Agustín decía esto mismo.

—Cita a San Agustín... ¿Dios tiene un espacio en esa ecuación?

—Yo diría que las leyes de la física lo explican todo. Ahora, quién es el creador de esas leyes, eso es otra cosa. Es una pregunta abierta.

—Si esto ha sucedido una vez, ¿pudo suceder más veces? ¿Puede volver a suceder?

—Sí, podemos tener múltiples universos. De hecho, no parece una idea nada loca, pero esa tesis está fuera de la física, porque no es una conclusión sin ambigüedad y no sabemos cómo verificarlo. La física se encarga sólo de las cosas que se pueden verificar, y la cosmología, gracias a la experimentación de los últimos años, es parte de ella, una ciencia natural.

—Los experimentos sí confirmaron los cálculos que usted hizo una vez con lápiz y papel.

—Durante los últimos 25 años hubo 70 experimentos que nos dieron la imagen del Universo cuando tenía sólo 300.000 años de edad; apenas un “bebé”, ya que ahora es muy viejo, tiene 13.700 millones de años. Pues bien, esa “foto” del Cosmos se solapa perfectamente con lo que yo dibujé hace 30 años. Son la misma imagen.

—¿Y no hay nada que le haya sorprendido, algo que no encajara como esperaba en sus cálculos?

—Lo más sorprendente es que no hubo sorpresa. Todo fue confirmado. Era asombroso que las imágenes coincidieran. Todos los experimentalistas intentaban buscar desviaciones y anomalías, pero finalmente todo coincidía. Era exactamente igual.

—¿Qué experimento fue el definitivo, con el que ya no cabían dudas?

—La última palabra la dio la sonda Planck (telescopio espacial de la Agencia Espacial Europea), su contribución es tremenda, enorme, ya que gracias a ella los científicos pudieron establecer la imagen más completa del Universo. El experimento fue 500 veces más sensible comparado con otros anteriores, como el WMAP (Sonda de Anisotropía de Microondas Wilkinson, de la NASA). Con Planck no se puede ir más allá, no se puede mejorar más.

—No puede haber mayor satisfacción para un científico que le den la razón de esa forma...

—Por supuesto. Fue una satisfacción enorme. Fijate que en los 80 estaba en completa contradicción con todas las observaciones astrofísicas en aquel momento, pero lo que parecía una mala teoría finalmente ganó.