Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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“La niña del napalm” volvió a sentir las caricias en su piel

Una cirugía le devolvió la sensibilidad. Pasaron 44 años desde el bombardeo en Vietnam donde fue retratada corriendo al grito de “quema, quema”.
La espalda con las dolorosas cicatrices que dejó la guerra en Kim Phuc. Hoy, luego de varias cirugías, tiene sensibilidad.

La cirugía laser obró un milagro para "la niña del napalm", (En Vietnam es Phan Thi Kim Phúc), que a los 53 años puede sentir la caricia de su nieto en la piel quemada en 1972 por una bomba lanzada desde un avión en Vietnam del Sur en plena guerra con los Estados Unidos.

Phan Thi tenía nueve años cuando Nick Ut, fotógrafo de la agencia estadounidense Associated Press, la inmortalizó el 8 de junio de 1972 mientras, aterrorizada y desnuda, huía de las bombas, una imagen que se convirtió en un ícono de los horrores de la guerra, además de ser galardonada con el Premio Pulitzer.

La mujer, que vive hace años en Canadá, finalizó en estos días en un hospital de Miami un ciclo de terapias que removieron las cicatrices de las quemaduras en la espalda y en un brazo, permitiéndole recuperar la sensibilidad, reportó la agencia italiana de noticias Ansa.

Para medir el grado de daño que causó en su cuerpo, Kim Phuc dijo: el napalm es el dolor más terrible que se puedan imaginar"... el agua hierve a 100 grados Celsius, el napalm genera temperaturas de 800 a 1.200 grados centígrados".

La ex "Napalm Girl", cuya foto fue eje de una polémica porque hace poco fue censurada en Facebook -por los controles automáticos contra la pedofilia, que se activaron ante la desnudez de un menor-, se había resignado a vivir con el dolor hasta que conoció a través de la televisión el método terapéutico que la médica Jill Waibel aplica en el Instituto de Dermatología y Laser en ese estado norteamericano.

El tratamiento era muy caro, desde 1.500 a 2.000 dólares cada sesión, pero la médica decidió no cobrarle luego de conocer a Phan Thi y escuchar su historia.

Sin embargo el éxito no estaba garantizado, pues el uso del láser para borrar las cicatrices es relativamente nuevo y el daño en el cuerpo de la mujer era enorme: el napalm le había causado quemaduras de cuarto grado cocinándole la carne y los músculos y fundiéndolos con los huesos.

"Nunca pensé poder curar las heridas o el dolor. Siempre pensé que el alivio llegaría solo en el paraíso, pero ahora la tierra se convirtió en mi paraíso", declaró la mujer al iniciar el tratamiento en el que Weibel empleó 50 tipos distintos de láser.

Los rayos incandescentes fundieron la piel cicatrizada permitiendo a capas de nueva piel y colágenos regenerarse.

Serán necesarias algunas semanas antes de ver los efectos del último tratamiento, pero los resultados de los ciclos anteriores dejan percibir una mejoría clara.

"En algunos puntos la piel es suave, es bellísima!", afirmó Phan Thi al diario "Miami Herald".

También los dolores disminuyeron, pero el efecto más extraordinario para la mujer fue la recuperación de la sensibilidad, porque el proceso regenerativo incluyó a algunos nervios cercanos a la superficie de la piel.

La niña con su piel calcinada por el napalm sobrevivió, se convirtió en mujer y, casi medio siglo después de aquel horror, "ahora puede sentir la caricia del nieto en su brazo", contó Weibel.