Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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“La sentencia no nos reconforta ni repara el daño que nos hizo”

Lo dijo la madre de dos chicas que fueron abusadas por su padre. El hombre fue condenado en la víspera a 16 años de prisión por el Tribunal en lo Criminal Nº 3.
Los jueces hallaron probada durante el debate la responsabilidad del procesado. En una de las audiencias habló y admitió su culpabilidad.

“Lo quiero ver en la cárcel y que no salga más de ahí, porque nos hizo sufrir mucho. Estas personas no pueden quedar en libertad; salen y siguen lastimando”.

Dolor y bronca sintió una mujer poco después de escuchar la condena a 16 años de prisión para su expareja, hallado culpable de abusar de sus dos hijas en una vivienda de Punta Alta.

El hombre, de 64 años y que se desempeñó como personal civil de la Armada, fue sentenciado por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, integrado por los jueces Daniela Fabiana Castaño, Eduardo d`Empaire y Guillermo López Camelo.

El procesado, de quien no se brinda la identidad para preservar a las víctimas, se encuentra detenido en la Unidad Penal Nº 4 de Villa Floresta.

Para los magistrados se acreditó durante el debate que el imputado sometió a una de las chicas entre los 6 o 7 años y hasta los 10 (2003 a 2007), en la vivienda de la familia y aprovechando la ausencia de su madre.

De acuerdo a la declaración de la víctima, el hombre la manoseó y obligó a realizar otras prácticas sexuales.

Se determinó que le hacia mirar películas pornográficas, amenazaba con golpearla y en ocasiones le daba dinero para que callara.

Por otra parte, también comprobaron abusos respecto de su otra hija entre los 8 y 9 años (2012 a 2013).

“Mis hijas están bien y tenemos la ayuda de psicólogos, pero vamos mejorando de a poquito. Las mamás nunca se van a dar cuenta de las cosas que hacen (sus parejas), porque lo hacen tan bien... Yo me iba a hacer mis cosas confiando que ellas estaban con su papá”, afirmó.

La mujer también brindó su testimonio en el juicio, donde comentó que la situación salió a la luz una noche, cuando servía la cena y estaban viendo un programa de televisión sobre un profesional que abusaba de sus pacientes.

Dijo que una de sus hijas comenzó a llorar y que su marido se puso pálido, por lo que le empezó a preguntar por la situación y éste le admitió haber abusado de las chicas.

Explicó que el hombre le manifestó que él también había pasado por una situación similar en su niñez.

“Es muy doloroso porque no le dejé mis hijas a un vecino ni a cualquier persona, sino que a su padre. Pero gracias a Dios confío en la justicia desde el primer momento, por eso dejé todo en sus manos".

Más adelante, la mujer manifestó que está conforme con el monto de la sanción impuesta.

“Ahora hay que seguir adelante y luchando por ellas, porque tenemos que salir de esto. La sentencia no nos reconforta ni repara el daño que nos hizo. Quería que fuera juzgado como la ley lo establece y recibiera todo el castigo que se merece”.

Durante el juicio el procesado declaró y admitió “lisa y llanamente los hechos en relación a su hija mayor”, mientras que respecto a su hija menor “sólo refirió una suerte de excusa”.

Respecto al último caso, los magistrados sostuvieron que su versión cae por tierra ante la declaración de la nena en Cámara Gessel.

Por todo ello, entendieron probada la responsabilidad del sospechoso en los casos investigados y le impuso la pena de 16 años de cárcel.