Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Caso Moretti: “Lo peor de todo es que confié en la justicia y ahora me siento abatida”

“Estoy dolida y defraudada”, dijo Antonella Moretti sobre la posible libertad del hombre que descuartizó y quemó a su hermana, Pablo Cuchán.
Un sentimiento grabado en la piel. Antonella se resiste a bajar los brazos en homenaje a su hermana y su padre.

Por Cristian Lema / clema@lanueva.com

“Siempre, donde esté, estarás conmigo”. Esa frase tiene tatuada desde hace ocho meses Antonella Moretti en su brazo izquierdo, en memoria de su hermana Luciana y su padre Julio.

“Estoy sin palabras, muy shockeada. Todavía no puedo entender lo que está pasando. Este año sucedieron muchas cosas que me derrumbaron, como la muerte de mi papá. Admito que aún no puedo recuperarme de esa pérdida y encontrarme con esta noticia me dejó conmovida”, admitió.

Sostuvo que ese estado de ánimo es provocado por la posibilidad de que Pablo Víctor Cuchán, quien lleva 11 años preso y sin condena firme, alcance la libertad asistida en los próximos días.

Como se informara, el Tribunal en lo Criminal Nº 1, integrado para el caso por los jueces Hugo De Rosa, Ricardo Gutiérrez y Eduardo d'Empaire, había denegado por mayoría de opiniones la salida del imputado por la muerte de la joven whitense, aunque la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal dispuso lo contrario, por una cuestión de términos.

Los magistrados rechazaron esa decisión y ordenaron dictar una nueva resolución, por lo que, según manifestaron altas fuentes judiciales, la libertad de Cuchán sería inminente.

“Ahora quiero tranquilizarme, aunque admito que estaba al tanto del pedido que había realizado la defensa. Lo peor de todo es que confié ciegamente en la justicia y ahora me siento abatida. Estoy desilusionada con los jueces y los camaristas. Estoy dolida y defraudada con toda la justicia de Bahía Blanca”, agregó.

Consideró que desde “hace once años vengo modificando un montón de cosas en mi vida. Mi padre luchó todos esos años por la memoria de su hija, sufrió hasta último momento y puso en juego su propia vida para intentar hacer justicia. Todavía hay una familia que sigue destruida. Esta salida produce muchos cambios y, sinceramente, me encuentro desbordada por la tristeza”.

Los camaristas no sólo tuvieron en cuenta el tiempo transcurrido desde el momento que arrestaron a Cuchán sino también el concepto y la conducta intramuros: calificada con la nota máxima de diez, al menos en los últimos cinco años.

“En la cárcel de Saavedra no hay máxima seguridad y ahí podes andar en los pasillos como si nada. Es como estar en tu casa. Es lógico que Cuchán tenga una conducta ejemplar, porque la pasa bien. Y no me extrañaría que esté poniendo plata como lo hicieron sus familiares cuando estaba en Villa Floresta. Cuando fue a Sierra Chica suplicó irse de ese lugar y lo logró. Después fue a Saavedra y de ahí en más la pasó bárbaro”.

“Cuchán siempre tuvo privilegios en las cárceles y también lo tiene en la justicia. Es lamentable y vergonzoso lo que está pasando, porque la muerte de mi hermana no puede quedar en vano. Esta decisión de la Cámara Penal es gravísima, pero no me voy a quedar con las manos cruzadas”, advirtió.

La palabra temor no encaja en la vida de Antonella, quien tomó la posta de su padre.

“No le tengo miedo a Cuchán, a su familia ni a la justicia. No le tengo miedo a nada ni a nadie. Lo que sí me duele es que la justicia no se ponga un poco de nuestro lado. Espero que a los fiscales y a los jueces nunca les pase algo similar a lo que vivimos nosotros”, indicó.

Mencionó luego que “no entiendo cómo los jueces pueden determinar que este hombre abandone la cárcel después de matar a una persona y de la manera en que lo hizo. De todas maneras, lo peor de todo es que Cuchán puede llegar a vivir a una cuadra de mi casa. Esto puede llegar a ser una batalla campal”.

“Esta decisión no sólo me afecta a mi, sino que también al resto de mi familia y a muchísimos ciudadanos que me apoyan en esta lucha”, siguió diciendo.

Antonella reclamó ser escuchada y advirtió que no bajará los brazos.

“Voy a viajar a La Plata y Buenos Aires para dar el paso hacia adelante en el plano judicial. Quiero que alguien me escuche y que me ayuden, porque busco evitar todo tipo de violencia. Tengo el apoyo de toda la gente de Bahía, de la zona y de Buenos Aires. Confío en la ciudadanía, pero no en la justicia de mi ciudad”.

Finalmente, respecto de Pablo Víctor Cuchán, dijo que “hay que dejarlo; está enfermo. No se le puede decir nada".

"Todo se paga en esta vida y todo llega, tarde o temprano. Si sale de la cárcel, vamos a ver cómo sale y cuánto dura afuera. Sólo Dios lo sabe. Es momento de esperar. No voy a salir al ataque contra él porque está enfermo y es un psicópata pensante”, concluyó.