Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Asaltaron un local en Bravard y Viamonte

Tras encañonar a su propietario, tres sujetos se apoderaron de dinero y cigarrillos por unos 5.000 pesos.
Virginia Vergara brindó detalles del robo que sufrió su esposo por sujetos encapuchados.

Momentos de gran tensión vivió el viernes a la noche un comerciante del barrio Pacífico, luego de que tres delincuentes lo encañonaran y sustrajeran el dinero de la caja registradora y cigarrillos por un monto importante.

El hecho se cometió alrededor de las 21 en el comercio que funciona en Bravard y Viamonte, donde su propietario --identificado como Javier Tumminello-- fue reducido por los desconocidos y despojado de 700 pesos y de una importante cantidad de mercadería por un valor superior a los 5.000 pesos.

Virginia Vergara, esposa del damnificado, confirmó que el atraco fue cometido por individuos que actuaron con el rostro cubierto y uno de ellos portaba un arma 9 milímetros.

“Justo se habían retirado unos clientes, mi marido quedó solo y empezó a anotar la cantidad de cajas de cigarrillos que había comprado. Cuando levantó la vista vio a tres personas encapuchadas que se mandaron al otro lado del mostrador y lo hicieron agachar”, dijo la mujer.

Agregó que “los ladrones tiraron la caja al piso y agarraron el dinero”.

“Los ladrones pedían plata en todo momento, hasta le agarraron la billetera a mi esposo y cuando se estaban yendo le tiraron los documentos de manera lastimosa. Todo habrá pasado en unos treinta segundos”, señaló la mujer y dijo que los asaltantes escaparon en un Renault Clio de color gris.

“Nadie pudo ver la patente porque el sector estaba bastante oscuro. Cuando mi esposo salió a correrlos se cruzó con un cliente y le pidió que llamara a la policía. Obviamente cuando llegaron el vehículo había desaparecido”, dijo Vergara.

“Una cosa es escuchar cuando le roban a otras personas y otra muy distinta cuando te pasa a vos. A esa hora debía estar yo atendiendo el negocio pero estaba en un bautismo y mi marido me reemplazó”, acotó la comerciante.

Sobre los delincuentes refirió que “no se los veía mucho, pero parecían jóvenes y muy lúcidos. Se notaba que tenían experiencia en este tipo de hechos. Hicieron un seguimiento increíble de cada uno de nuestros movimientos; tenían todo fríamente calculado”.

“Ahora tendremos que colocar una reja para atender en horarios nocturnos, y si observo un cliente sospechoso no le abro”, concluyó Vergara.