Aprehendieron a un matrimonio que manejaba un prostíbulo
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Un matrimonio dominicano fue aprehendido durante un allanamiento e imputado de explotar económicamente --les incautaron 4.800 dólares y 52.000 pesos-- la situación de prostitución que desarrollaban doce mujeres de la misma nacionalidad en un local que funcionaba como prostíbulo en una zona rural ubicada a unos cinco kilómetros de Médanos.
Se trata Cripriano Garrido y María Cristina Herrera De la Rosa, quienes fueron alojados en dependencias de la delegación bahiense de la Policía Federal, a disposición del fiscal Mauricio Del Cero, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 14.
Según se informó oficialmente, la investigación, iniciada de oficio en el mes de diciembre pasado, se encolumnó en la línea de la política de persecución penal que impulsa la Procuración General de la Provincia y la Fiscalía General de nuestra ciudad, tomando intervención la doctora Marisa Promé, a cargo del Juzgado de Garantías Nº 4.
La aprehensión de la pareja se concretó durante un allanamiento realizado, desde las 2 hasta las 11 de la víspera, en el establecimiento rural que funcionaba como prostíbulo, denominado “Chupacabras”, ubicado en el kilómetro 737,5 de la ruta 22, en su intersección con el camino de acceso a la laguna Chasicó.
En ese lugar se constituyó el fiscal Del Cerro, con diecisiete colaboradores, pertenecientes a la UFIJ Nº 14; la Ayudantía Fiscal de Villarino, la Dirección de Migraciones y del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de las Damnificadas por el Delito de Trata de Personas, además de ocho efectivos de la Policía Federal.
“En el inmueble fueron encontradas doce mujeres en situación de prostitución, todas ellas de nacionalidad dominicana, y cuatro clientes ocasionales. Y a todos ellos se les tomó declaración testimonial”, dijo a La Nueva un vocero cercano a la investigación.
Y agregó que “Herrera es la dueña del lugar y su marido controlaba el ingreso y cobraba la entrada al local”.
“Se le tomó declaración testimonial a las doce mujeres, quienes sindicaron que como dueños del comercio a la mujer y su cónyuge, y certificaron que se ofrecía sexo por dinero, situación que también, mencionó el informante.
En el mismo predio, pero en la parte posterior del comercio, se corroboró la existencia de un colectivo y una casilla rodante, donde supuestamente vive una de las mujeres, ya que las once restantes están radicadas en Algarrobo y Médanos.
Al hacer hincapié en los testimonios brindados por las jóvenes, la fuente consultada indicó que “nadie manifestó estar en contra de su voluntad”.
Es más, ninguna de ellas aceptó la posibilidad otorgada por Migraciones de contar con protección durante un mes para reencauzar su vida en cuanto a la actividad laboral o volver a su país sin tener que hacerse cargo del traslado, dijo la fuente consultada.